(20 de
agosto de 2011)
Tras las huellas del pasado
Orfilio Peláez
pelaez@granma.cip.cu
Graduado de Licenciatura en Química en la
Universidad de La Habana, el profesor Jesús M. Pajón Morejón se
vinculó desde muy joven al atractivo mundo de la exploración de
cuevas, como miembro del Grupo Martel, de la Sociedad Espeleológica
de Cuba.
Mediante
el estudio de estalagmitas del sistema cavernario Majaguas-Cantera
pudo determinarse que, durante los últimos 18 000 años, la
temperatura media aumentó entre 6 y 8 grados Celsius en sectores
montañosos del Occidente de Cuba.
Su larga experiencia práctica en esa disciplina le
valdría años después para desandar el sistema cavernario
Majaguas-Cantera, en la pinareña Sierra de San Carlos, en busca de
la valiosa información que contienen las espeleotemas (incluyen las
estalagmitas, estalactitas y otras formaciones geológicas) sobre el
clima pasado.
Tales expediciones formaron parte de un proyecto
surgido en la década de los noventa del pasado siglo, denominado
Paleoclima del Cuaternario cubano: una caracterización cuantitativa,
incluido dentro del Programa Nacional de Cambios Globales y la
Evolución del Medio Ambiente Cubano.
El
investigador auxiliar del Instituto Cubano de Antropología, Jesús
Pajón, fundamenta la importancia de conocer las tendencias naturales
del clima pasado.
Una segunda fase de ese estudio denominado
Reconstrucción Paleoclimática y Paleoambiental del Pleistoceno
Tardío-Holoceno para Cuba occidental, dirigido por el propio Jesús
Pajón, se desarrolló a comienzos de la presente centuria, con la
participación de 40 investigadores del Instituto de Geofísica y
Astronomía, Instituto de Geografía Tropical, Oceanología y del Grupo
Martel, asesorados por expertos del Instituto de Meteorología. En el
2002 mereció el Premio Nacional de la Academia de Ciencias de Cuba.
MUCHO POR DESCUBRIR
Según explica Pajón, la paleoclimatología investiga
el clima del pasado a partir de indicadores geológicos naturales y
revela cómo evolucionaron las temperaturas y otras variables en los
diferentes periodos históricos de la Tierra.
Para la ciencia, indicó, resulta de sumo valor
conocer el comportamiento de esos indicadores en épocas anteriores,
pues así los especialistas pueden evaluar con objetividad el impacto
real de las acciones del hombre sobre las condiciones
medioambientales del presente y diseñar modelos de predicciones
climáticas futuras.
"En el caso específico de Cuba, su ubicación
geográfica brinda una oportunidad excepcional a la hora de analizar
la influencia de los periodos glaciales e interglaciales sobre las
regiones tropicales y subtropicales."
Para el hoy investigador auxiliar del Instituto
Cubano de Antropología, perteneciente al Consejo de Ciencias
Sociales del Ministerio de Ciencia, tecnología y Medio Ambiente (CITMA),
las cavernas de la Sierra de San Carlos son uno de los sitios más
favorables para acometer tales trabajos, pues contienen una amplia
variedad de estalagmitas, desde edades bien antiguas, hasta otras
muy jóvenes.
Ellas son una suerte de archivo natural de mucho
valor en el estudio de los cambios climáticos del pasado, porque en
sus anillos o bandas de crecimiento anual quedan registradas
variaciones en la composición o actividad de los isótopos de
oxígeno, que se producen si esos eventos ocurrieron.
Con el empleo de métodos y técnicas de geoquímica de
isótopos estables de oxígeno y dataciones isotópicas por carbono 14
y urano-torio, subrayó Pajón, pudimos determinar que entre el último
Máximo Glacial ocurrido hace 18 000 años y el presente, la
temperatura media aumentó entre 6 y 8 grados Celsius, para sectores
de montaña de la región occidental de Cuba.
También por primera vez se logró obtener registros o
curvas de paleotemperaturas correspondientes al periodo mencionado,
que confirman la tendencia al calentamiento gradual del clima en ese
sector de nuestro archipiélago.
Actualmente, y con la colaboración de la Academia de
Ciencias de Heilderber, Alemania, tiene lugar un monitoreo
sistemático de las características químicas y otros parámetros de
las aguas interiores que filtran el sistema cavernario
Majaguas-Cantera, cuyo propósito es verificar si las espeleotemas
presentes en las cavernas subterráneas del lugar son las más
adecuadas para continuar las investigaciones paleoclimáticas
iniciadas allí hace más de 12 años.
Los resultados citados han sido aplicados, además,
en la búsqueda de soluciones a diferentes problemas de la
arqueología cubana, y son la base de la tesis de doctorado en
paleoclima que prepara el profesor Jesús Pajón. |
|