(24
de noviembre de 2005)
Evidencias en el
Chorro de Maíta
Valedera la tesis de
Guarch
ALEXIS ROJAS AGUILERA
nacionales@granma.cip.cu
HOLGUÍN.—La tesis del
doctor en Ciencias Históricas José Manuel Guarch Delmonte, sobre la
condición de sitio de contacto y convivencia entre aborígenes y
colonizadores hispánicos del célebre residuario de Chorro de Maíta,
en el cerro de Yaguajay, en Banes, tiene nueva confirmación.
La
cronología de este cementerio confirma su carácter excepcional para
Cuba.
Se trata del estudio de
las piezas metálicas encontradas en el cementerio localizado allí a
mediados de la década de los ochenta del pasado siglo, por una
expedición del Departamento Centro Oriental de Arqueología, del
Ministerio de la Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, la cual él
encabezó.
La investigación,
desarrollada en fecha reciente en laboratorios del Instituto de
Arqueología del Colegio de Londres (Gran Bretaña), demostró la
procedencia europea y sudamericana de esos objetos antiguos y se
considera un trabajo muy completo, de valor para toda el área del
Caribe.
Las evaluaciones con
equipos de avanzada tecnología posibilitaron definir que varios
objetos se elaboraron a partir de latón europeo y otros con una
aleación de oro, cobre y plata, probablemente de una cultura que
floreció en Colombia y que se vincula con la cabeza de avecilla
encontrada en el cementerio.
La cronología del
cementerio de Chorro de Maíta confirma su carácter excepcional para
Cuba y la región caribeña y deja sentado que una parte de los
enterramientos se realizaron tras el inicio del proceso de conquista
y colonización española, a principios del siglo XVI.
El arqueólogo Roberto
Valcárcel, quien estudio profundamente las evidencias halladas en el
cementerio, apuntó que las conclusiones del trabajo realizado en
Inglaterra abren interesantes perspectivas sobre el tema, la
temprana relación entre las culturas aborigen e hispánica.
También sobre la
existencia previa e incluso posterior de algún tipo de relaciones de
intercambio entre los aborígenes asentados en Cuba y los de América
del Sur, a partir de la aparición de objetos usados en ritos
mortuorios verificados en Maíta, precisó el investigador, quien
asistió en Londres a la materialización de esos estudios.
No obstante, indicó,
debe establecerse si tales objetos arribaron con los europeos o
fueron obtenidos antes por nuestros aruacos.
El cementerio de Chorro
de Maíta, ubicado cerca de la playa Guardalavaca, exhibe en los más
de 100 enterramientos descubiertos, todas las formas de estos
registradas en Cuba y en otras partes del Caribe.
Lo que hizo pensar al
desaparecido estudioso José Manuel Guarch la presencia de una prueba
de la convivencia más o menos prolongada de aborígenes y españoles.
El avance del conocimiento va concediéndole razón. Queda mucho
trecho por andar. Maíta sigue guardando incógnitas. |