En la actualidad están identificadas varias fuentes
generadoras de ozono superficial. Aparecen entre ellas el
crecimiento de las emisiones locales de gases nocivos al medio
ambiente, la quema de bosques, los compuestos volátiles orgánicos y
el transporte a larga distancia de masas de aire originadas en zonas
industriales, asociadas al desplazamiento de frentes fríos, bajas
extratropicales, centros de altas presiones de origen continental, y
otros fenómenos meteorológicos.
Si hace un tiempo atrás las áreas más expuestas a su
perjudicial influencia se localizaban en zonas industrializadas de
América del Norte y Europa, en la actualidad abarcan buena parte de
las naciones en vías de desarrollo, incluyendo Latinoamérica.
Organismos internacionales estiman que para el 2030,
las pérdidas atribuibles al ozono troposférico a escala mundial
ascenderán a un rango de 17 a 35 billones de dólares.
El Doctor en Ciencias Geográficas Jesús Ramírez
Almoguea, investigador del Centro de Contaminación Atmosférica del
Instituto de Meteorología, ha dedicado toda su carrera profesional
de más de 30 años al tema del ozono superficial y su influencia en
la Agricultura cubana.
Autor principal del Sistema de Alerta Temprana
(SAT-O3), para avisar a los productores agrícolas estatales y
privados con cinco días de antelación cuando deben esperar aumentos
en las concentraciones de este gas a nivel del suelo terrestre, el
especialista refirió a Granma que el mencionado procedimiento
es aplicado desde hace más de 15 años en nuestro país en cultivos
como el tabaco, ajo, papa, cebolla, tomate y más reciente en
frijoles, con resultados sumamente favorables.
"Los pronósticos han tenido una efectividad superior
al 92 %, y los encargados de distribuir esa información a los
productores son las estructuras de divulgación de la Asociación
Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), la Sanidad Vegetal,
TABACUBA y la Empresa Nacional de Seguros, entidades que conforman
el Grupo Multidisciplinario de Ozono".
Según manifestó el doctor Jesús Ramírez, cuando el
aviso llega de manera oportuna a la base es posible adoptar un
conjunto de acciones dirigidas a proteger las cosechas y disminuir
las pérdidas, entre las que aparecen polvorear con cal los
sembrados, activar los regadíos y usar determinadas sustancias
fungicidas.
Dijo que antes de la puesta en marcha del SAT-O3,
hubo años en que el país perdió el 73 % de la cosecha de ajo, y
hasta unas 2 500 hectáreas de tabaco, debido a la presencia de altas
concentraciones de ozono troposférico, cifras que afortunadamente
descendieron de manera significativa con la introducción progresiva
de ese resultado científico, validado por la práctica de tres
lustros.
Pese a tan promisorio comportamiento, en la
actualidad hay cierto desinterés en algunos directivos de empresas
agrícolas hacia el sistema de alerta, y conocemos que hay
productores del sector privado que no reciben la información o les
llega atrasada, afirmó el investigador.
Lo mismo sucede en las provincias, pues mientras en
Pinar del Río, Artemisa y Sancti Spíritus el engranaje de
transmisión del SAT-O3 funciona con puntualidad, en otras la
capacidad de respuesta es más débil, y ello impide obtener los
beneficios esperados.
Destacó, además, que la actual cosecha de invierno
2012-2013 muestra continuos periodos con altas concentraciones de
ozono, y hasta el 12 de febrero sumaban 14 los avisos de alertas
emitidos, principalmente para el occidente y centro del país.
"Recientemente recorrimos campos de la Empresa de
Cultivos Varios de Güira de Melena y de manera preliminar apreciamos
afectaciones provocadas por el citado gas en el ajo, papa, frijoles
y zanahoria. Allí las alertas no fueron recibidas con la antelación
requerida".
Como plantea el doctor Ramírez, lo importante es que
cada productor agrícola reciba esa información. La seguridad
alimentaria del país así lo amerita.