(29 de
diciembre de 2012)
Centinelas del manatí
ORFILIO PELAEZ
Citados por los cronistas en sus escritos desde los
primeros tiempos de la colonización española, los manatíes
constituyen la única especie herbívora del grupo de los mamíferos
marinos que forman parte de la fauna autóctona de Cuba.
Integrantes
del equipo de especialistas del Centro de Investigaciones Marinas y
otras entidades que tomaron parte en la expedición.
Estos pintorescos animales suelen tener un promedio
de vida próximo a los 35 años en estado libre, que casi se duplica
en condiciones de cautiverio, pueden alcanzar los 1 500 kilogramos
de peso y cuatro metros de largo, mientras su reproducción ocurre
cada tres años. Por lo general tienen una sola cría y el periodo de
gestación varía de 12 a 14 meses.
Como refiere la Máster en Manejo Integrado de Costas
Anmari Álvarez Alemán, jefa del grupo de Ecología del Centro de
Investigaciones Marinas (CIM) de la Universidad de La Habana, en
nuestro medio habita el denominado manatí antillano (Trichechusmanatus),
y aunque la cantidad actual de las poblaciones no se conoce con
precisión, los estimados apuntan a una cifra entre 500 y mil
ejemplares.
Las expediciones científicas y las referencias de
pescadores indican que las zonas donde más puede visualizarse se
localizan en la costa norte y sur de Pinar del Río, oeste de la Isla
de la Juventud, Ciénaga de Zapata, norte de Matanzas y Villa Clara,
río Máximo en Camagüey, sur de Granma, y en la desembocadura del
Cauto.
Para
estudiar los parámetros clínicos fue necesario hacer extracciones de
sangre y colectar muestras de orina.
De acuerdo con la resolución 160/2011 emitida por el
ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, tan singular
mamífero es considerado una especie de particular significado para
la diversidad biológica cubana, y vulnerable a la extinción.
Señala Álvarez que en Cuba la caza ilegal constituye
la causa de muerte más frecuente del manatí, sobre todo para el uso
de la carne. Otras amenazas a su supervivencia son el empleo de
artes de pesca como el arrastre de redes, donde pueden quedar
atrapados y morir, la colisión con embarcaciones, el deterioro
ambiental de los ríos, la tala de los manglares y el desarrollo
urbano.
Para la especialista que desde hace más de cinco
años trabaja la línea investigativa centrada en la conservación de
esa especie, resulta preocupante que en los últimos diez años el
país registre un aumento significativo de los eventos de mortalidad.
De continuar tan nefasta tendencia, corremos el
riesgo de que pueda desaparecer de nuestro archipiélago en un plazo
no lejano, subrayó.
"En lo inmediato es imprescindible cumplir de manera
estricta lo dispuesto en todos los instrumentos legales
establecidos, cuya finalidad es la de garantizar el cuidado y
preservación del manatí, además de incrementar las acciones de
educación ambiental en las comunidades costeras, para que se
comprenda la importancia de protegerlo y evitar su extinción".
PROMISORIAS NOVEDADES
El 2012 marcará un hito en los estudios para la
conservación del manatí al lograrse las primeras capturas de varios
ejemplares para evaluar el estado de salud de las poblaciones y
monitorear los desplazamientos de estos animales en el archipiélago
cubano.
Luego de un primer intento que no logró materializar
tales objetivos, en el mes de julio una expedición científica
organizada y dirigida por el Centro de Investigaciones Marinas
capturó con éxito un total de seis ejemplares, tres hembras adultas,
una joven, y dos críos machos.
Financiada por varias Organizaciones No
Gubernamentales internacionales como la Sea to Shore Alliance, con
la colaboración conjunta del Centro Nacional de Áreas Protegidas, la
Empresa Nacional para la Protección de la Flora y la Fauna, y la
Unidad de Medio Ambiente de la Isla de la Juventud, durante el
periplo los animales fueron trasladados hacia el barco y allí les
hicieron las mediciones morfométricas y una evaluación integral de
la condición corporal.
La Máster Álvarez explicó a Granma que a cada
ejemplar se le tomó cada cinco minutos la temperatura, respiración y
frecuencia cardiaca, además de extraerles muestras de sangre, heces
fecales y orina.
Para hacer posteriores estudios genéticos les
sacaron a todos un fragmento de aproximadamente dos centímetros de
cola, mientras en el caso de los individuos adultos recibieron el
implante de un microchip intradérmico en la región dorsal, a fin de
facilitar la posterior identificación de estos cuando sean
recapturados.
El largo promedio de los animales capturados fue de
311 centímetros en los adultos y 123 en las crías, pero el ejemplar
más grande resultó una hembra de 330 centímetros que mostró
excelentes condiciones físicas.
Antes de ser liberados a dos manatíes se les colocó
un transmisor satelital y su seguimiento es monitoreado por
especialistas del propio centro de investigaciones y de la ONG Sea
to Shore Alliance. Hasta el momento ambos no han salido fuera de los
dos sistemas de lagunas situadas en la costa oeste de la Isla de la
Juventud.
Estos trabajos ayudarán a los científicos cubanos a
comprender mejor el hábitat del manatí, su desplazamiento dentro del
territorio nacional, y a tener una visión más precisa del estado
clínico general de la especie, aspectos de sumo valor para diseñar
estrategias de conservación más efectivas, indicó la joven bióloga.
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