AMBIENTE             

(22 de mayo de 2010)

Cuenca Almendares-Vento

Quitarle espacios a la contaminación

Orfilio Peláez

Dicen los cronistas que el río Almendares era el más puro y cristalino de todos cuantos rodeaban los asentamientos poblaciones de La Habana en los primeros tiempos de la época colonial.

Foto: Otmaro RodríguezLa calidad de las aguas del río Almendares sigue perjudicada por la presencia de basura doméstica y otros contaminantes.

Pero con el paso de los años, la mano del hombre comenzó a actuar sobre el entorno de ese ecosistema en detrimento de su salud ambiental, hasta legarnos una suerte de verdadero corredor de aguas pestilentes y contaminadas de donde incluso, llegaron a desaparecer los peces.

A pesar de los esfuerzos emprendidos en las últimas dos décadas para cambiar tan desfavorable panorama, las corrientes superficiales de la urbe reciben todavía elevados volúmenes de residuales domésticos e industriales sin tratar, situación que de manera particular perjudica parte del área de la Cuenca Hidrográfica Almendares-Vento, y su principal río, el Almendares.

Además de ser uno de los “pulmones verdes” de la cuenca hidrográfica Almendares-Vento, el bosque de La Habana facilita el contacto directo de los capitalinos con la naturaleza.

RAZONES PARA UNA CRUZADA

La Almendares-Vento es una de las diez principales cuencas hidrográficas del país, y ocupa un área aproximada de 402 kilómetros cuadrados, los cuales comparte entre ocho municipios de la ciudad, y dos de la vecina provincia habanera, donde vive más de medio millón de personas.

Alrededor del 47% del agua potable que consume la población citadina proviene de sus fuentes subterráneas. En ella se asientan también grandes parques científicos recreativos, como el Zoológico Nacional, el Jardín Botánico, el Parque Lenin, EXPOCUBA, y el Parque Metropolitano, concebidos por la Revolución y que contribuyen a proteger la cuenca.

En opinión del doctor Roberto Castellanos Pérez, delegado del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente en la capital, el saneamiento de la Almendares-Vento es un asunto bien complejo, pues se trata de problemas creados hace muchos años cuando aún no existía el concepto de dimensión ambiental, y cuya solución definitiva demanda costosas inversiones.

Según precisa Castellanos, no puede olvidarse que las presentes generaciones de cubanos heredamos una ciudad donde la infraestructura de abasto de agua es débil, el sistema de alcantarillado data de principios del siglo pasado y es obsoleto para una población muy superior a la cual se concibió en su diseño original; existen viejas industrias contaminantes; sufrió una apreciable reducción de la cobertura boscosa, y donde la población carecía de una cultura referida al cuidado de la naturaleza.

Hoy, indica, tenemos identificados 50 importantes focos contaminadores de la cuenca, entre los cuales aparecen industrias, almacenes, talleres, unidades de salud, vaquerías, y entidades del comercio y la gastronomía, por mencionar algunos ejemplos.

"Como es imposible aspirar a que podamos eliminarlos todos a corto o mediano plazo, el objetivo fundamental de los trabajos para recuperar tan valioso ecosistema, incluido el río Almendares, es revertir el deterioro ambiental paulatinamente, logrando que la situación mejore cada año con respecto al anterior."

El delegado del CITMA en la capital mencionó entre las principales acciones ejecutadas la introducción de mejoras tecnológicas, el cierre de determinadas industrias altamente contaminantes, la reubicación de otras, y el cambio de funciones hacia objetivos productivos menos agresivos al medio ambiente.

Así por ejemplo, fueron desactivadas las fábricas de cerveza La Tropical y La Polar, (dejaron de verter residuales de levadura y mosto al Almendares), dos papeleras, entre ellas la Cubana, convertida hoy en un almacén de droguería, y una empresa de la goma.

También vale mencionar los cambios de tecnología aplicados en la Planta de Gas Mario Fortuny, de Marianao, y en la fábrica de Helados Coppelia, además del retiro de varias instalaciones dedicadas a producir materiales de la construcción.

La especialista Odalys Goicochea Cardoso, jefa de la Unidad de Medio Ambiente de la delegación provincial del CITMA, precisó que se trabaja fuerte en la reforestación de la faja hidrorreguladora del Almendares, y áreas aledañas, mientras también existen varios proyectos comunitarios dirigidos a promover la activa participación de los vecinos y residentes cercanos en el cuidado del entorno.

Datos recientes dan cuenta de que el daño ecológico causado al emblemático río comienza a retroceder. En algunos tramos mejora el contenido de oxígeno disuelto y otros indicadores físico-químicos. Nuevamente empiezan a verse carpas, tilapias, varios tipos de guajacones, y hasta cangrejos y jicoteas.

Sin embargo, las concentraciones de coliformes totales y fecales se mantienen altas. Lo anterior imposibilita hacer allí actividades en las que el ser humano tenga contacto directo con el agua. Descontaminar en su totalidad la principal cuenca hidrográfica de la capital es un sueño distante aún de alcanzar.

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