A partir de los notables indicios de erosión
observados en esta área del sur de la provincia de La Habana,
investigadores del Instituto de Oceanología, el Instituto de
Geofísica y Astronomía, y el de Ecología y Sistemática,
pertenecientes al Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente
(CITMA), desarrollaron un proyecto dirigido a la rehabilitación
ecológica del área comprendida entre Surgidero de Batabanó y Playa
Mayabeque, cuya extensión es de alrededor de once kilómetros e
incluye el mayor asentamiento poblacional, la más grande playa, y el
único puerto de la costa sur de La Habana.
Según explicó el Master en Ciencias, ingeniero
Sergio Lorenzo Sánchez, especialista en teledetección del
departamento de Oceanografía Física-Química, del Instituto de
Oceanología, a partir del procesamiento digital de imágenes aéreas
tomadas en 1956, 1970 y 1997, pudo comprobarse la existencia de un
marcado retroceso de la línea de costa, con un ritmo promedio de dos
metros por año.
Este negativo fenómeno es más intenso en la costa de
mangle, que en la franja arenosa. Baste decir que la costa de
manglar de Playa Surgidero hasta Playa Mayabeque retrocedió unos 90
metros tierra adentro de 1956 a la fecha, mientras en la de arena
correspondiente a Playa Mayabeque fue de 45 metros en el propio
período, indicó.
La desaparición de la línea de mangle rojo, eslabón
esencial para proteger a la costa de los efectos del oleaje y el
aumento del nivel del mar, es una de las principales causas del
sensible deterioro ambiental ocurrido en toda esta zona, junto a la
incorrecta construcción de canales y caminos, la extracción ilegal
de arena y la edificación de casas sobre la duna.
Como señalan los especialistas, en los bordes
costeros donde el mangle rojo tiene pleno desarrollo, los daños
ocasionados por los eventos meteorológicos extremos es mucho menor,
pues las raíces de este árbol se anclan en forma de tenedor y
penetran profundamente sobre el fondo areno fangoso, convirtiéndose
así en un sólido valladar ante el embate del viento y las olas.
Si falta esa bien llamada primera línea de defensa
de la costa, el efecto combinado del viento y el oleaje se
multiplica porque otro tipo de vegetación, incluso el mangle prieto,
ofrece mucho menos resistencia.
El notable proceso erosivo que sufre esta región de
la geografía habanera se ha intensificado en los últimos tiempos por
el azote más frecuente de ciclones tropicales y episodios de vientos
fuertes de componente sur.
Dentro de las medidas previstas para detener tal
tendencia y rehabilitar el tramo costero Surgidero de Batabanó-Playa
Mayabeque, los expertos proponen recuperar el frente de mangle rojo
mediante la siembra de plantas jóvenes en parcelas previamente
preparadas, capaces de garantizar su crecimiento y posterior
desarrollo, junto a la ejecución de un grupo de obras ingenieras.
Observaciones más recientes indican que el retroceso
de la línea costera también está presente en algunos sectores entre
Batabanó y La Coloma. La amenaza del cambio climático global y
nuestra condición insular, demandan actuar con celeridad frente a
los complejos desafíos de la naturaleza.