AMBIENTE             

(15 de septiembre de 2005)

La capa respira mejor

ORFILIO PELÁEZ

Quizás como nunca antes la celebración este viernes 16 de septiembre del Día Internacional para la Protección de la Capa de Ozono, será recibida con mayor beneplácito por la comunidad científica mundial.

A 20 años del convenio de Viena, primer documento que alertó a la opinión pública sobre el asunto, y a 18 de la firma del Protocolo de Montreal, referido a la gradual eliminación de las sustancias agotadoras de la Capa de Ozono (SAO), las emisiones y el consumo global de éstas han disminuido significativamente desde 1990 a la fecha, en particular las que contienen cloro y bromo.

Si los 189 países firmantes del Protocolo de Montreal siguen respetando los compromisos asumidos, las concentraciones de SAO en la atmósfera continuarán reduciéndose y como sugieren la mayoría de los modelos, la Capa de Ozono podría frenar su deterioro para el 2010 y recuperarse de manera total alrededor del 2050, cuando debe volver a los valores existentes antes de 1980.

Pero todavía el Agujero de la Capa de Ozono sobre la Antártida, detectado por científicos británicos en la primera mitad de la década de los ochenta del pasado siglo, hará de las suyas durante un tiempo y en estos días cubre un área de 25 millones de kilómetros cuadrados, superior al "hueco" registrado en el 2004.

Según explicó a este diario el doctor Juan Carlos Peláez, del Instituto de Meteorología, la persistencia y el tamaño del famoso agujero dependen en buena medida del comportamiento de los patrones de la circulación atmosférica en la región, y eso explica la gran variabilidad que puede experimentar de un año a otro.

Debido a condiciones meteorológicas muy particulares prevalecientes en el Polo Sur, es en la Antártida donde ocurre el mayor debilitamiento de la Capa de Ozono, fenómeno que alcanza su máxima expresión entre el fin del invierno y la primavera austral (de agosto a octubre, principalmente).

En las regiones tropicales los niveles de ozono en la estratosfera se mantienen hasta el presente sin alteraciones, aseveró el especialista.

SOMBRILLA PRODIGIOSA

El ozono es un gas de color azul presente de forma natural en la atmósfera, y está compuesto por tres átomos de oxígeno. Se le denomina capa a la zona de la estratosfera ( entre 15 y 45 kilómetros de altura) donde existen las mayores concentraciones del gas, y su espesor en condiciones normales es de unos tres milímetros.

La Capa de Ozono actúa como una suerte de escudo protector de la Tierra al impedir que las nocivas radiaciones ultravioletas procedentes del Sol lleguen con toda su intensidad a la superficie y pongan en peligro la vida del hombre, las plantas y los animales.

Investigaciones desarrolladas a nivel internacional vinculan la magnitud de las radiaciones ultravioletas con el incremento de los casos de cáncer de la piel, cataratas, trastornos del sistema inmunológico y otros problemas de salud.

Baste citar el ejemplo de Australia, donde el número de personas que reciben tratamiento para las formas más frecuentes de cáncer de la piel se han duplicado durante los últimos decenios, en correspondencia con los agotamientos de Ozono observados.

PASAJE A LA VIDA

Como signataria del Convenio de Viena, el Protocolo de Montreal y de las recientes enmiendas aprobadas a ese documento, Cuba cumple con celo las obligaciones contraídas para eliminar de forma gradual las sustancias dañinas a la Capa de Ozono.

El doctor Nelson Espinosa, director de la Oficina Técnica del Ozono ( OTOZ ), señaló a Granma que en el 2005 el país disminuirá en un 50 % la importación y consumo de los cloroflurocarbonos ( CFC ), con una reducción adicional del 15% para el 2006, mientras el uso del bromuro de metilo debe eliminarse totalmente en el 2009.

Junto con el perfeccionamiento de la legislación vigente para proteger al bien llamado Escudo de la Vida, la mayor de las Antillas aplica un grupo de proyectos dirigidos a garantizar su salvaguarda, como son los referidos a la reconversión tecnológica de las plantas nacionales productoras de refrigeradores domésticos y comerciales, para usar en estos equipos sustancias no agotadoras del O3 (más de 500 000 refrigeradoras emplean el gas cubano LB-12 ), y la capacitación de más de 3 300 técnicos y mecánicos de todo el archipiélago en buenas prácticas no perjudiciales al célebre gas.

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