AMBIENTE             

(20 de junio de 2003)

La ciencia escala la montaña

ALEXIS ROJAS AGUILERA

MAYARÍ, Holguín.— Ciencia y conciencia. He ahí la fórmula que signa la labor de los especialistas y trabajadores de la Estación Integral de Investigaciones de la Montaña (EIIM), del CITMA, radicada en Pinares de Mayarí, uno de los soportes para el desarrollo sostenible de la vida en las zonas más altas de la provincia y el país.

Rafael Salazar, el director de la EIIM, enclavada en la meseta de La Mensura, con años de experiencia en los trajines investigativos, explicó que aunque es un colectivo pequeño —de 37 trabajadores, entre especialistas superiores, técnicos de nivel medio y personal auxiliar—, tiene ya resultados importantes y que uno de los más notables es la participación en el proyecto para el rescate (en lo posible) de los suelos degradados por la explotación minera en Pinares de Mayarí y otras zonas del municipio, así como en la región de Moa.

La EIIM tiene una estación meteorológica, otra sismológica y un famoso Sendero Ecológico que presta servicios al turismo y la atención de su personal, mayoritariamente del propio municipio, se concentra en tres direcciones fundamentales de investigación: sociológica, ecología y medio ambiente, y forestales. Asumen ocho proyectos de investigación, dos de ellos del Fondo Nacional de Medio Ambiente, cuatro territoriales y dos subcontratas.

Entre estos proyectos figuran, precisó Salazar, la recuperación de la cuenca del río Sagua, el destinado a la elevación de la calidad de vida en ocho comunidades serranas, uno para la protección de especies en peligro de extinción en los macizos Nipe-Cristal y otro de perfil sociodemográfico en torno a la incidencia de la asociación pino-café en Pinares, este último como subcontrata de la Estación Central de Café del III Frente.

Además laboran en proyectos como la recuperación de la cuenca del río Mayarí, educación ambiental y ordenamiento de las actividades económicas en la sierra de Nipe —en etapa de contratación—y rehabilitación de áreas degradadas por la actividad minera.

Abundando en los resultados más notorios obtenidos, Salazar señaló las pruebas de especies para la recuperación de los suelos degradados, donde recomendaron la casuarina quesitofolia o Falso Pino, para emplearla como planta pionera o formadora de capa vegetal, capaz de dar entrada a las plantaciones definitivas de Pino Cubano o Pinus Cubensis.

También se ocupan de la caracterización sociodemográfica de todas las comunidades del Plan Turquino en Holguín y estudios relacionados con la flora y fauna de los ecosistemas de montaña del Este de la provincia, de un altísimo endemismo vegetal con unas 400 especies, 46 de ellas con diferentes categorías de amenaza, con las cuales se trabaja para asegurar su preservación.

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