(17
de marzo de 2004)
Proyecto en Red
Salvaguardar la
biodiversidad
ORFILIO PELÁEZ
La expedición llega a la
zona previamente seleccionada y, sin apenas desempacar las mochilas,
los investigadores toman sus cámaras fotográficas, rastrean el
campo, y retratan cuanto árbol, planta o insecto habita allí.
Para
la especialista Yasmín Peraza Diez, los inventarios rápidos
biológicos complementan y amplían los conocimientos científicos
sobre la biodiversidad.
Así, en menos de una
semana, suman miles las imágenes registradas en una suerte de
inventario gráfico de la riqueza biológica del lugar.Termina el
periplo, pero pronto habrá otro viaje con propósitos similares.
Se trata de un singular
proyecto científico para promover la conservación, manejo y
educación ambiental en áreas rurales de Cuba con valores naturales,
surgido en el año 2000 a partir de un convenio de colaboración entre
el Museo Nacional de Historia Natural (MNHN) y el Field Museum de
Chicago.
La doctora Yasmín Peraza
Diez, especialista del MNHN, explicó a Granma que el proyecto,
denominado En Red, tiene como objetivo hacer un rápido levantamiento
sobre las poblaciones de plantas, mamíferos, aves, reptiles,
insectos, arácnidos y otras especies presentes en lugares de la
geografía cubana caracterizadas por su alto endemismo y rica
biodiversidad.
Una vez recopilado todo
ese volumen de datos (no implica colecta en ningún caso), se hace
una información preliminar sobre el estado de conservación de tales
recursos de la flora y la fauna, la cual es entregada a las
autoridades y entidades científicas locales.
El dictamen, precisa
Yazmín, incluye también propuestas de acciones dirigidas a preservar
la biodiversidad del área explorada, mientras sirve de base para
poner en práctica programas de educación ambiental en la comunidad,
e incorporar a los pobladores del lugar al cuidado y protección de
la naturaleza.
Hasta el presente se han
realizado estos inventarios biológicos en Ciénaga de Zapata, Sierra
de Cubitas, Gran Piedra, Pico Mogote, Siboney, varios tramos del
Parque Nacional Alejandro de Humboldt, y en Sierra La Bayamesa, una
zona de difícil acceso en la provincia de Santiago de Cuba.
Además de profundizar y
actualizar los conocimientos de la biodiversidad cubana, los
resultados de las expediciones son tomados en cuenta en los planes
de manejo de las áreas protegidas.
Cada informe se
convierte en un texto científico de amplia divulgación entre los
especialistas, al tiempo que también sirve de guía para editar
folletos y otros materiales con fines educativos.
El proyecto ha reportado
otros importantes beneficios como son, por ejemplo, los registros de
nuevas especies cubanas de moluscos, reptiles y anfibios, y la
grabación por primera vez del canto del pitirre real, hecho logrado
con la colaboración del Laboratorio Connell, de Nueva York.
Junto con los
investigadores de las citadas instituciones, en este noble esfuerzo
por preservar la biodiversidad de Cuba participan la red de Museos
de Historia Natural del país, las delegaciones provinciales del
Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, sociedades
científicas y otras entidades. |