(26
de mayo de 2005)
La sequía demanda
soluciones múltiples
ALEXIS SCHLACHTER
El ciclo hídrico del
país se ha roto. A la llegada de Colón, el 95% del territorio cubano
lo formaban bosques, pero la tala indiscriminada y sostenida de
árboles durante la etapa colonial y la república mediatizada,
redujeron la masa de árboles a un 14%, y solamente gracias a la
Revolución se incrementó hasta un 23,6%, cifra insuficiente aún para
que las plantas transmitan cantidades apreciables de vapor de agua a
la atmósfera para generar nubes proveedoras de lluvias abundantes.
La
desalinización, una alternativa a la falta de agua potable.
Añádase a eso que la
población cubana se ha incrementado hasta rondar los 12 millones de
habitantes en un archipiélago con las mismas fuentes de abasto de
agua que cuando sus pobladores éramos la mitad.
Según el Fondo de las
Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), como
mínimo cada habitante del planeta debe tener acceso a 1 700 metros
cúbicos de agua anualmente para sus necesidades vitales, mientras en
Cuba ese índice desciende al sumar el agua superficial (ríos y
embalses) y la subterránea.
Paralelamente, los
sistemas de riego de los cultivos en nuestro país consumen la mayor
parte del agua potable (entre 70% y 80%) y, en particular, el aniego
que cubre de líquido toda la zona cultivada.
En tal situación de
escasez del vital recurso se acometen importantes obras ingenieras,
particularmente en la zona oriental; se concientiza a la población
en el ahorro; hay un estudio sobre el costo y la durabilidad de los
equipos imprescindibles en los hogares y centros laborales como
pilas, inodoros, etcétera, y también son objeto de preocupación e
investigación los salideros de conductoras, así como el despilfarro
en los procesos productivos de los centros de producción.
Todo esto para proteger
el agua y evitar su pérdida.
Pero, ¿cómo producir
agua?
Es precisamente en este
punto en el que surgen las interrogantes: ¿habrá una solución que
resuelva definitivamente el problema o, por el contrario, serán
necesarias respuestas múltiples y simultáneas?
El Doctor en Ciencias
José Antonio Díaz Duque, vicetitular del Ministerio de Ciencia,
Tecnología y Medio Ambiente, está por las soluciones múltiples y
simultáneas.
En su opinión, no hay
una respuesta definitiva, capaz de reunir dos características
fundamentales: baja inversión económica y, al mismo tiempo,
abastecimiento pleno según necesidades.
Un ejemplo está en la
técnica de la lluvia provocada. Para lograr el éxito total —la
lluvia benefactora y abundante sobre cultivos y embalses— hacen
falta ciertos requisitos imprescindibles, a saber: que existan
nubes, no de cualquier tipo, sino las específicas sobre el
territorio que queramos beneficiar y, por supuesto, que el viento,
incontrolable, no se las lleve del lugar seleccionado.
Esta, afirma, es una
solución que debe estar dentro del arsenal de posibilidades y no
desaprovecharla. Pero tener en cuenta, eso sí, alternativas.
Por ejemplo, los
generadores capaces de extraer líquido a partir del vapor de agua.
Debido a la alta humedad del medio ambiente en Cuba (alrededor del
80%), esta técnica resulta interesante, aunque por el momento
sumamente costosa y de rendimientos limitados.
La reutilización del
agua para dedicarla a cultivos constituye una posibilidad que merece
la pena evaluar.
En cuanto a la
desalinización del agua de mar, vale tenerla entre las tecnologías
que pueden emplearse, considera el especialista pero,
desgraciadamente, son costosos los equipamientos y más el
combustible que consumen en grandes cantidades.
Hay un proyecto nacional
con la finalidad de estudiar las distintas tecnologías para la
desalinización, y proponer la mejor desde el punto de vista técnico
y económico. Al mismo tiempo, se evaluarán alternativas energéticas
renovables como el Sol y los vientos, capaces de accionar los
equipos para la desalinización.
Actualmente operan seis
plantas desalinizadoras para abastecer de agua polos turísticos con
el método conocido por ósmosis inversa, que consiste en pasar agua
de mar a través de una membrana semipermeable que filtra las sales e
impurezas. Hasta diciembre del 2006, estará en marcha el programa
científico denominado Factibilidad de la desalinización de agua de
mar en Cuba para evaluar la mejor alternativa de esa tecnología. |