(25
de agosto de 2005)
Carpintero Real
¿Ave Fénix?
ORFILIO PELÁEZ
La
reciente confirmación de la presencia del célebre Carpintero Real
(Pico de Marfil) en una región boscosa del estado de Arkansas,
Estados Unidos, abre nuevas esperanzas de que el bien llamado Rey de
los Bosques todavía exista en lugares bien apartados de las montañas
del oriente cubano.
Para el doctor Giraldo
Alayón García, investigador del Museo Nacional de Historia Natural
de Cuba, tal posibilidad parte del hecho de que la carismática ave
se consideraba extinguida en el norteño país al no verse allí
durante más de 60 años, mientras que en la Mayor de las Antillas los
últimos avistamientos ocurrieron hace menos de 20.
Otro elemento a tomar en
cuenta es que las poblaciones cubanas y norteamericanas del
Carpintero Real tienen un origen común, por lo cual los expertos las
consideraron parte de la misma especie en el pasado.
Tales argumentos
explican la importancia especial que tiene para Cuba el hallazgo del
Carpintero Real en un área de tres kilómetros cuadrados en Arkansas,
situada entre los ríos Cache y Blanco, donde pudo ser visto en siete
ocasiones por un equipo de ornitólogos y especialistas en la
observación de aves, en el periodo comprendido del 5 de abril del
2004 al 15 de febrero de este año, precisó el doctor Alayón.
Quizás lo más notable de
esa expedición, organizada por el laboratorio de Ornitología de la
Universidad de Cornell, el Nature Conservary, y el Patronato para la
Conservación de la zona de los Grandes Bosques, fue la película que
se le pudo tomar durante apenas cuatro segundos, en la cual aparece
un pájaro Carpintero Real muy grande, que tras permanecer unos
instantes posado sobre un árbol, voló.
La noticia oficial de la
reaparición del Carpintero Real fue publicada en la sección Science
Express, de la prestigiosa revista Science, el pasado 28 de abril.
En Cuba, apunta el
profesor Alayón, el Carpintero Real fue descubierto por el
naturalista alemán Juan Cristóbal Gundlach al Sur de Zarabanda, en
el extremo nororiental de la Ciénaga de Zapata a principios de 1850;
posteriormente se vieron y capturaron ejemplares en el hato Cabeza
del Toro, también en la Ciénaga de Zapata, así como en Calimete, Río
Hanábana y Ensenada de Cochinos (todos en la provincia de Matanzas),
en San Diego de los Baños (Pinar del Río) y Sierra del Cristal, por
mencionar algunos ejemplos.
Ya entrado el siglo XX
la expedición que más éxito tuvo en el avistamiento del singular
pájaro fue la efectuada por los esposos Lamb en 1956 a la región
ubicada al Suroeste de la ciudad de Moa, en Holguín, durante la cual
pudieron observar seis parejas.
Años después varias
instituciones como la Empresa Nacional de Flora y Fauna, el Museo de
Historia Natural Carlos de la Torre, de Holguín y el Museo Nacional
de Historia Natural de Cuba, con la participación en tres ocasiones
de ornitólogos del Museo Americano de Historia Natural de Nueva York,
la revista National Geography y Bird Life International, organizaron
quince expediciones a la zona visitada por los Lamb y lograron
observar al menos una pareja.
Desde 1988 a la fecha el
Carpintero Real no ha vuelto a ser visto en Cuba, aunque en 1998 una
expedición del Instituto de Geofísica y Astronomía a la Sierra de
Nipe, escuchó su típico canto, similar al de una corneta china, pero
no pudieron grabarlo.
Lo ocurrido en Arkansas,
hace renacer las esperanzas de que el Rey de los Bosques viva aún en
los recónditos parajes del Parque Natural Alejandro de Humboldt y en
la zona oriental de la Sierra de Nipe. Al menos ahora hay nuevos
elementos para apostar por su resurrección. |