(1
de junio de 2006)
Cuenca del Cauto Salvar la naturaleza PEDRO MORA
Cuánta alegría se
siente en presencia de los copiosos bosques que bordean los 343
kilómetros transitados por el río Cauto. Bellos paisajes donde
hace un tiempo otro panorama provocaba inquietud.
El Cauto transita en todo su esplendor.
El corto espacio de ocho
años es válido para demostrar lo beneficioso del programa
rehabilitador de la mayor cuenca hidrográfica cubana y de su
ejemplo en el ámbito internacional, en correspondencia con lo
acordado en la Cumbre de la Tierra.
Fue en 1997 cuando, a
partir de un diagnóstico integral ambiental, comenzaron las
primeras labores encaminadas a resarcir el daño causado al medio
ambiente por el hombre.
Suelos degradados, aguas
contaminadas y bosques en decrecimiento, entre otras adversidades
con niveles superiores a los de hoy.
Pese a las limitaciones
económicas, el Estado cubano estableció prioridades para preservar
la biodiversidad en un territorio superficialmente igual al 8% del
país, habitado por más de 1 167 000 personas.
La Cuenca está en el
centro de la región oriental de Cuba, dentro de las provincias de
Las Tunas, Holguín, Granma y Santiago de Cuba. Posee una extensión
de 9 613 kilómetros cuadrados, en la cual su principal corriente
fluvial se alimenta de 29 subcuencas.
Pueden distinguirse dos
áreas proclives a la desertificación en la sección central,
definidas como de ambiente seco: la llanura Delta del Cauto y la
llanura noreste; allí las lluvias son inferiores a los 800
milímetros, entre nueve y 11 meses de sequía, evaporación anual
superior a 2 400 milímetros e índice de aridez mayor a 0,45,
indicadores que revelan una tendencia a agravarse en los últimos
años.
Sobre la base del
diagnóstico, y para salvar el ecosistema, fueron diseñados
subprogramas dirigidos a resolver la problemática observada y
desarrollar conciencia entre sus habitantes de cómo aprovechar las
bondades de la Cuenca y preservarla.
VALIOSO TESORO SOCIAL
Un logro importante es
que para beneficiar la vida en zonas de la Cuenca han sido
construidas 19 presas y 72 micropresas, cuya capacidad de embalse
asciende a 1 423,85 hectómetros cúbicos.
La lucha por la
descontaminación del río está priorizada.
Hasta el pasado año la
carga había disminuido en 8 927,7 toneladas gracias a un
considerable número de inversiones. Aunque estas obras son muy
costosas, se persiste en el decrecimiento, pues están localizados
218 focos contaminantes.
La población servida
mediante acueductos representa el 87,34%; desde el año 1997 hasta
la fecha las personas beneficiadas aumentaron en 256 329 y crecerán
cuando finalicen los proyectos de colaboración en la provincia
holguinera.
LOS BOSQUES CUBREN UN
15,26%
El impacto ambiental se
evidencia en la conservación y mejoramiento de suelos, que suman
miles de hectáreas tratadas. Los efectos positivos abarcan la
producción agrícola, visible cambio de la coloración del terreno
y la disminución de los arrastres sedimentarios.
La labor reconstructiva
de lo dañado en la Cuenca está indisolublemente relacionada con la
ciencia e innovación tecnológica. En estos ocho años se aplicaron
693 proyectos en diferentes categorías que mejoraron el entorno.
Uno de ellos es el relativo a la explotación de suelos sódicos en
el cultivo del arroz con la variedad IA-Cuba 25, que tiene
rendimientos agrícolas altos y un considerable beneficio económico
para el país.
Simultáneamente con los
recursos materiales incorporados a la gestión, en esta zona
progresan subprogramas de defensa del medio y se aplican medidas
disciplinarias a quienes no contribuyen con la rehabilitación
ambiental.
Los bosques han crecido
considerablemente, y cubren hoy el 15,26% de la Cuenca. En lo
forestal el esfuerzo se centra en llegar al año 2015 con un 23% de
la superficie cubierta, lo que requiere completar 222 023
hectáreas. El mayor índice de boscosidad lo tiene Santiago de
Cuba, seguido por Granma, Holguín y Las Tunas.
Aunque mucho falta por
alcanzar en la Cuenca, hay certeza de que se marcha por buen camino
para que la vida continúe y el Cauto siga su curso. |