AGRICULTURA         

(15 de noviembre de 2007)

Cultivadores de ciencia

A 40 años de creado, el Instituto de Investigaciones en Viandas Tropicales (INIVIT) exhibe relevantes resultados científicos que lo convierten en un centro imprescindible para el desarrollo de la agricultura en el país

Freddy Pérez Cabrera y Ramón Barreras Valdés (fotos)

Hoy el viejo Adolfo Rodríguez viviría orgulloso del Instituto de Investigaciones en Viandas Tropicales (INIVIT), centro que contribuyó a fundar en el municipio de Santo Domingo, en noviembre de 1967.

Los microtubérculos de ñame obtenidos in vitro por el sistema de inmersión temporal, constituyen un resultado prometedor, según expresa el ingeniero agrónomo Manuel Cabrera, jefe del Departamento de Biotecnología.

Ya no son los tiempos en que solo se pensaba en producir las semillas de boniato que demandaba la agricultura en el territorio. Con el paso del tiempo, aquella modesta finca devino paraíso de los germoplasmas de las viandas en el país.

Por iniciativa de Arnaldo Milián Castro, entonces primer secretario del Partido en la antigua provincia de Las Villas, hoy Villa Clara, surgió la idea de crear el Plan Semilla en una porción del territorio de Santo Domingo.

Ante los éxitos iniciales se recomendó extender la experiencia del boniato a otros cultivos. Tal decisión demandó incorporar fuerzas más calificadas al proyecto, y entró al centro un grupo de técnicos e ingenieros a fin de impulsar la ciencia en la entidad.

El director del INIVIT, Sergio Rodríguez, muestra un enorme cangre de yuca —casi de 40 libras— logrado en su institución.

Un hito en la labor de la institución fueron las visitas realizadas al colectivo por el Comandante en Jefe Fidel Castro en 1976 y 1991, y por el General de Ejército Raúl Castro, segundo secretario del Partido, en 1988. Ellos orientaron ampliar las investigaciones al plátano fruta, la papa, las hortalizas y la fruta bomba, y unir a profesionales de otras especialidades al propósito.

Surgieron así modernos laboratorios y nuevas líneas de indagación que permitieron al INIVIT obtener más de 100 resultados científicos oficialmente registrados, la mayoría de ellos relacionados con nuevos cultivos de alto rendimiento, resistentes a plagas y enfermedades, así como la tecnología de producción de semillas en raíces y tubérculos tropicales, plátanos, bananos, papaya y calabaza por métodos convencionales y biotecnológicos.

Para orgullo de la ciencia cubana, el centro es hoy reconocido por contar con el principal banco de germoplasmas de plátanos y bananos de América Latina, con 345 variedades. También posee 130 de malanga, 650 de boniato, 500 de yuca y 103 de ñame.

En esos bancos se encuentran los genes para trabajar por el mejoramiento de los cultivos, buscar variedades de mayor calidad y adaptabilidad a las condiciones climáticas de Cuba.

Para tener una idea de la trascendencia del trabajo del INIVIT, baste decir que más del 80% del boniato sembrado en Cuba y el 60% de la yuca, se logran a partir de variedades logradas aquí.

Los retos del INIVIT

Sergio Rodríguez Morales, diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular, lleva 35 años en la Institución, y los últimos 15 como director. Con la pasión que lo caracteriza, menciona los resultados científicos más trascendentes; sin embargo, prefiere hablar de insatisfacciones. La mayor de ellas, que las inventivas no se apliquen con la celeridad que demanda la agricultura y la alimentación del pueblo. Y no haber sido capaces de llegar a los productores, expresó.

Para solucionar este problema, en el 2001 se creó el Grupo Nacional de Viandas, integrado por especialistas del INIVIT, los cuales recorren el país cuatro veces al año para explicar, intercambiar con campesinos, directivos y trabajadores agrícolas, aprender de sus experiencias y extender las mejores al resto de la nación.

"Esta iniciativa ya rinde sus frutos —reconoce Morales—; así, por ejemplo, es difícil encontrar hoy un guajiro que no aplique la tecnología creada aquí para controlar por medios biológicos el tetuán que afecta al boniato."

Otro reto del Instituto de Investigaciones en Viandas Tropicales (INIVIT), según el director, es contribuir a sustituir importaciones y generar divisas a través de las exportaciones de vitroplantas. Para el próximo año ya tienen contratados tres millones de malanga y dos de ñame, en cooperación con otras biofábricas del país.

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