AGRICULTURA         

(1de octubre de 2003)

Infinitas bondades del fertilizante orgánico

ENRIQUE ATIÉNZAR RIVERO

CAMAGÜEY.— La recomendación de la ingeniera agrónoma Ángela Nápoles Ferrá, estudiosa de la materia, es clara: si se quiere una agricultura ecológica y que no haya dificultades, debe utilizarse el fertilizante orgánico.

Foto: JORGE LUIS TÉLLEZEl lombricultor Juan Semiliet Barrero, quien no duda de las bondades del fertilizante orgánico.

La directora del Laboratorio Provincial de Suelos, institución de investigaciones y prestación de servicios técnicos fundada hace 20 años, expresa lo anterior con absoluta propiedad. El uso indiscriminado de fertilizantes químicos provoca, a la larga, pérdida de nutrientes, cristalización de los suelos, su inmovilización y que no pueda emplearse con fines productivos.

Los estudios de Ángela y de otros destacados investigadores llaman la atención sobre las bondades de la materia orgánica, pues mejora la estructura del suelo, aporta nutrientes, ofrece continuidad a ese proceso bienhechor y eleva los rendimientos agrícolas.

"Si quieren comprobarlo seleccionen un área y no le apliquen nada, en otra empleen fertilizante orgánico, y verán el desarrollo del cultivo, qué exuberancia, qué colores; aunque no estamos negando las bondades del químico, pero, por ejemplo, el nitrógeno o el potasio se obtienen con cachaza", explica.

El ingeniero Roberto Cabeza, especialista principal del mejoramiento y conservación de los suelos, amplía lo que ha venido haciendo Camagüey para conservar los suelos, lo primero el laboreo mínimo, siembra en contornos, contra la mayor pendiente o en las llamadas barreras vivas. Después se procede al mejoramiento con materiales orgánicos.

En este campo de la actividad de suelos y fertilizantes, la provincia agramontina acumula una experiencia que data de 1964, mediante una acción combinada de la delegación de la Agricultura y de la estación de investigación, que por entonces existía en Guáimaro.

Los antecedentes de este trabajo son elocuentes: más de 10 000 hectáreas se han mejorado, desde 1987 se mantienen activas las dos brigadas, cuyos recursos asignó entonces el Comandante en Jefe para mejorar Las Pampas, zona ubicada al Norte de Minas, de suelos con alto contenido de magnesio, muy improductivos. Este tratamiento, si cumple los requisitos técnicos, aumenta la productividad en las plantaciones de pastos.

El centro mantiene buenos vínculos con Sanidad Vegetal, Biotecnología y el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) y fue remozado, aunque sus equipos, todavía en operaciones, tienen más de 40 años de explotación. Funcionan, opinan los dirigentes, por la pericia de un grupo de trabajadores para quienes la directora tuvo frases de elogio.

Ángela se refiere a la necesidad de incrementar la producción de alimentos los cuales salen de la tierra, madre de toda la riqueza; por lo tanto, hay que mejorarla y conservarla para que no ocurra el desastre llamado desertificación, que puede destruir poco a poco a la humanidad.

La directora del laboratorio elogia el área de lombricultura atendida durante más de cinco años por Juan Semiliet Barrero, hombre que conoce profundamente los valores del humus como fertilizante orgánico, en el empeño de Camagüey por producir un millón de toneladas de este componente orgánico, igual cantidad de compost y 68 000 litros de biofertilizantes.

Es una labor colectiva que ha ganado no pocos reconocimientos; pero, los resultados que se proponen no son fáciles de alcanzar aunque confían en las medidas, en todo lo que se hace para avanzar hacia metas superiores.

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