AGRICULTURA         

(21 de noviembre de 2003)

Sacar el fruto sin desgarrar el vientre

Pastor Batista Valdés

LAS TUNAS.— Nuevas acciones han seguido demostrando este año aquí el modo en que la agricultura puede insertarse en el empeño nacional por aprovechar cada vez más los recursos que la naturaleza ofrece, mediante un proceso que tiende a reducir los perjuicios sobre el medio ambiente.

Uno de los ejemplos más palpables está en las 107 000 toneladas de humus de lombriz producidas hasta octubre, volumen que duplica los resultados del año anterior y que resulta de apreciable valor no solo para la fertilización orgánica de áreas destinadas a hortalizas, tabaco, flores, frutales y otros cultivos en este territorio, sino también en otras zonas del país.

De fácil obtención, a partir de las excretas de la lombriz de tierra, mediante su crianza artificial en canteros, y con la peculiaridad de no agredir al medio como suele suceder con los productos químicos, la producción de este abono se ha incrementado progresivamente aquí, a la par de diversas alternativas que no subestiman las ventajas que a su vez reporta el uso de la cachaza (residual de la caña de azúcar), el estiércol animal y otras materias.

Con una visión integral de este asunto, también entró en plena capacidad productiva hace poco el más moderno Centro Reproductor de Entomófagos y Entomopatógenos (CREE) del oriente cubano, concebido para incrementar la obtención de productos biológicos de probada efectividad para el control de plagas y de enfermedades que dañan las plantaciones.

Tras el logro de las dos primeras toneladas, este nuevo centro puede entregar cada año un volumen 15 veces superior de hongos y bacterias, que sustituyen también la importación y el empleo de agentes químicos, nocivos en alguna medida para las producciones y el medio ambiente, cuando se aplican para neutralizar al picudo del plátano, la polilla de la col, el cogollero del tabaco o el tetuán del boniato, entre otras plagas.

No son estos, en cambio, los únicos ni los más recientes pasos dados este año por los tuneros en su propósito por consolidar una agricultura sostenible y ecológica. Al empleo de adecuadas técnicas de laboreo, mayor uso de la tracción animal y aplicación de medidas para proteger el suelo y las aguas frente a agentes contaminantes, hay que añadir un empeño mucho más organizado en función de la reforestación, que permitió plantar más de 3 000 hectáreas de árboles maderables y frutales desde enero.

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