Comenzó sus experimentos en 1960 y toda la
literatura especializada planteaba que era imposible que muchas
hortalizas germinaran, florecieran y brindaran simientes en un
ambiente caluroso y húmedo como el de Cuba.
"Lo que más investigué fue el comportamiento del
clima y sus variables para cada mes", subrayó Laura, quien a sus 72
años se mantiene con la misma constancia que el primer día en el
Instituto de Investigaciones Fundamentales en Agricultura Tropical (INIFAT).
Mi madre me decía desde pequeña: "Laura, tú tienes
la paciencia de Job", aludiendo al personaje bíblico que soportó
múltiples pruebas.
"Cuando se traen semillas logradas en climas
templados y son cultivadas en un ambiente tropical, ocurren
alteraciones y cambios genéticos y también la humedad provoca daños
por patógenos. En Cuba casi todas las semillas de hortalizas se
importaban", explica.
Laura
realizó muchos ensayos para conocer las etapas idóneas en que las
hortalizas florecen, germinan y dan semillas en el clima de esta
Isla. También tuvo que lograr el tratamiento adecuado para secar y
conservar ese material sin que perdiera sus cualidades.
Muchos fueron los incrédulos que no creían en las
semillas que Laura les proporcionaba. Una vez, en una finca del
municipio pinareño de San Luis, ella fue a observar el desarrollo de
una variedad de pimiento que estaba probando para condiciones
tropicales. Cuando llegó a la casa del agricultor, este le dijo:
"Donde la sembré ha llovido mucho, así que allí no debe haber nada".
Laura no se desanimó y subió por un enorme tubo de
regadío para llegar al lugar, que era un gran lodazal.
Increíblemente, estaban los pimientos con una vitalidad que asombró
al campesino.
Esta investigadora logró las primeras simientes de
lechuga en nuestro país adaptadas al Trópico, después de probar
muchos materiales de variados países. Obtuvo la Chile 1185-3, que
repolla en invierno y es más suave en verano, y también la GR-30, de
hojas rizadas.
Semillas de 61 variedades de hortalizas adaptadas a
las condiciones de Cuba, de las cuales más de la mitad se encuentran
generalizadas, es un logro trascendente del INIFAT, resultado que en
buena medida se debe a la labor de Laura Muñoz.
El doctor Adolfo Rodríguez Nodals, director del
INIFAT y jefe del Grupo Nacional de Agricultura Urbana, señaló que
dada la demanda de semillas se dedicaron a fomentar fincas
especializadas en la producción de simientes en cada municipio,
desde el año 2000.
En ese trabajo recibimos mucho apoyo de los
representantes del Poder Popular y del Partido en las instancias
municipales, puntualizó. Capacitamos con urgencia al personal y ya
se han podido estabilizar 176 fincas de ese tipo en todo el país,
pues hay lugares donde se necesita más de una, añadió Rodríguez.
El pasado invierno se produjeron en esas fincas
municipales casi 45 toneladas de semillas, de las cuales 7,7 son de
lechuga. Además se obtuvieron, por primera vez, semillas de
zanahoria adaptadas al Trópico. Con estos resultados se dejan de
gastar cuantiosas sumas de divisas en materiales importados de
naciones de clima templado.