(10 de febrero de 2007)
Frutos de la ciencia aplicada
al tabaco
Ronal Suárez
Ramos
PINAR DEL RÍO.— El doctor en Ciencias Agrícolas Juan
Gualberto Guerra muestra una parcela de Criollo 2006, plantas, que
sin alcanzar gran altura, exhiben hasta 12 pares de hojas, tres más
que el promedio tradicional.
El
Criollo 2006, con 24 hojas promedio por planta, augura muy buenos
rendimientos.
Es la última variedad lograda en la Estación
Experimental del Tabaco de San Juan y Martínez, fruto de la
dedicación del investigador Vivaldo García.
Está en fase de estudio para su cultivo, tanto bajo
tela como al sol, dice. En la actual campaña la han sembrado algunos
productores, con el fin de hacerle las pruebas organolépticas:
sabor, aroma, combustibilidad, fortaleza.
La principal condición será que mantenga o supere
las características de las variedades comerciales actuales de tabaco
negro, logradas en esa estación y por el propio autor.
Obtener plantas con tales cualidades, resistentes a
enfermedades que pueden resultar desastrosas para este cultivo, es
uno de los principales objetivos de la institución.
Las Criollo 98 y Corojo 99 están presentes en todo
el veguerío pinareño, destinadas fundamentalmente a proporcionar
materia prima para el torcido exportable. Mientras, la San Juan Uno
se extiende por las provincias orientales, en plantaciones dedicadas
a la cigarrería.
También en tabaco del tipo rubio, los especialistas
Mario Gil y Miguel Díaz han aportado cuatro variedades que
sobresalen por su alta resistencia a las enfermedades y buenos
rendimientos.
Una historia de 70 años
Inaugurada el 31 de enero de 1937, con la finalidad
de restablecer las variedades que regirían la producción tabacalera
de Vueltabajo, la Estación Experimental contaba entonces con un
investigador auxiliado por algunos trabajadores y técnicos.
Lograron establecer la Criollo y la Corojo, y por
los años sesenta crearon la C-30, de altos porte y rendimiento, pero
cuya calidad no superaba a las ya existentes.
Hoy, con 112 trabajadores, de ellos 12
investigadores y 19 especialistas, el centro ha devenido
protagonista principal de los adelantos técnicos introducidos en el
desarrollo de la solanácea.
Se considera que el 40% del éxito en esta producción
depende de la variedad; el resto lo proporciona la tecnología:
laboreo de los suelos, aplicación de enmendantes orgánicos, técnicas
de riego, cultivo, secado y fermentación, entre otras, asegura Juan
Gualberto, quien se desempeña como investigador titular.
generalizar Cada logro
Una de las características de la institución
sanjuanera es que los logros científicos, tanto propios como del
Instituto Nacional del Tabaco, se extienden de inmediato y
enriquecen la cultura tabacalera acumulada en los vegueros pinareños.
Una labor constante de extensionismo y vínculos muy
estrechos con los productores líderes, permite a investigadores y
especialistas retroalimentarse permanentemente con los resultados.
Desde hace varios años la Estación Experimental
asumió la capacitación de la rama en la provincia. Alberto Guerra
desempeña esa responsabilidad y es a la vez director de la escuela
que en estos momentos se acondiciona para preparar al personal
técnico posgraduado y a cuadros del sector. Incluso, afirma, a
partir del próximo curso apoyará a la Sede Municipal Universitaria
en la carrera de Agronomía. |