Estimados hermanos,
Les escribo desde Santiago de Chile. Soy uno de los
tantos miles de chilenos que anónimamente defendemos su Revolución
como si fuera la nuestra. Ustedes, cada día nos muestran el camino
de la dignidad y respeto a los más esenciales derechos humanos.
Claro, lo que haga o diga el imperio, sus vasallos y el gobierno de
mi país sobre ustedes, se derrumba ante las evidencias de un modelo
que privilegia la inequidad, el robo, la mentira y el terrorismo de
estado para favorecer el "crecimiento de las grandes corporaciones
transnacionales y locales", claro, para un grupo reducido de la
sociedad mundial (según la OCDE, en nuestro país el 10% de la
población dobla 27 veces al que gana un sueldo de hambre).
Mi corazón está con sus 5 patriotas encarcelado
injustamente en EE UU, el "paraíso de la libertad". Estoy con cada
uno de sus esforzados trabajadores, mujeres y niños que si saben que
tienen garantizado sus derechos para vivir y crecer dignamente.
Les deseo lo mejor, aunque el camino sea duro, por
lo demás, ustedes están curtidos en los desafíos.
Fraternalmente,
Jorge Villalobos Gálvez
Profesor de Historia