Por
encima de las acepciones que sobre la palabra burocracia recoge el
Diccionario de la Real Academia Española, en el contexto cubano el
vocablo habría que entenderlo en primer orden como un problema
práctico, un obstáculo enorme frente al afán de mejorar nuestro
socialismo.
Los burócratas son sujetos que cada día ponen en peligro el
desarrollo del país. Dañinos siempre, en la coyuntura actual,
poshuracanes, se vuelven elementos muy negativos que por los
resultados de su proceder darían envidia a los más acérrimos
enemigos, fáciles de detectar por su hostilidad y burdo modus
operandi.
Y justamente de los lectores nos llegan con frecuencia quejas
acerca del actuar burocrático de funcionarios en diversas
instituciones. Se reafirma la creencia popular de que quienes
practican el burocratismo llegan a especializarse a tal punto en
cuestiones de papeleo, reunionismo y falta de decisión, que a cada
solución le encuentran siempre uno o más problemas.
De los informes hacen trabajos de tesis, muchas veces alejados de
la vida real en los barrios y centros laborales.
A fuer de tanto tropezar con burócratas, la sabiduría popular
(esa especie de magia colectiva) distingue rápidamente cuando se
está frente a uno de ellos. Entonces el ciudadano afirma: "Este
tiene cara de NO".
En las más de las veces, y como para darle un toque de suspenso a
este serio asunto, el responsable de un absurdo o disparate queda en
el anonimato. Un simple ejemplo nos aporta un asiduo lector de este
diario, quien ya ha perdido la cuenta de las visitas realizadas al
consultorio médico y a la farmacia en busca de un medicamento.
La venta de Meprobamato requiere de una receta médica con datos
del paciente; esta vence a los siete días, pero el fármaco no llega
todas las semanas; por lo tanto se pierde "el derecho" y hay que
renovarla una y otra vez. Las colas en el consultorio y en la
farmacia funcionan como disgustos agregados a la arbitraria medida.
El propio lector nos da pie para mencionar un rasgo principal de
los temibles burócratas: el extremismo.
Cuenta que uno de sus hijos acudió a la farmacia (quizás sea la
misma y hasta ostente la condición de referencia en materia de
burocratismo) con otra receta autorizada por un especialista. Los
trazos llevaban tinta roja y allí le dijeron que si no tenía tinta
azul o negra no podía aceptarse. Al preguntar el porqué, la
respuesta voló más allá de las nubes: "Es una orientación superior".
Para la prensa estos individuos son la barrera más incómoda.
Cuando menos, atentan contra la agilidad que debe caracterizar al
oficio. Muchas son las veces en que la información no llega oportuna
porque las trabas puestas por los hombres, se imponen
lamentablemente.
Modalidad especial es el peloteo. Quien te debe ofrecer los datos
de repente plantea esperar por la orientación de otro, y este a su
vez argumenta que no tiene elementos de juicio sobre el hecho, pero
va a llamar a un fulano para destrabar la cosa.. , y lo que hace es
enredarla más, y así sucede hasta lo inimaginable.
¿Cómo entender que personas responsables de ofrecer información
sobre un interés público no den la cara y prefieran perderse entre
un montón de papeles y un buró? ¿Cómo calificar a esos segundos
jefes que a la hora de sustituir a los primeros en una situación
determinada plantean no tener autoridad para decidir y detienen la
gestión hasta tanto regrese el directivo principal, quizás de viaje?
A todos habría que exigirles que se comporten como compañeros y
cumplan su deber social a partir de un trabajo útil que se
corresponda con la mejor acepción que tiene la palabra burocracia en
el pequeño Larousse ilustrado:
Conjunto de normas establecidas por el sector administrativo de
un Estado para resolver un trámite, por que al fin y al cabo lo
que hace nociva a la burocracia es el burocratismo como influencia
excesiva de esta.
Nuestro Héroe Nacional soñó con una sociedad que entre sus
conquistas se librara también de "la peste de los burócratas", según
su propio decir. Los cubanos de hoy no tenemos otra alternativa que
batallar sin receso contra cada manifestación absurda de estos
personajes.
Respuesta de la delegación del Ministerio de
la agricultura