Publicadas el 7 de noviembre de 2008

El daño de los burócratas

Alberto Núñez Betancourt
alberto.enb@granma.cip.cu

Por encima de las acepciones que sobre la palabra burocracia recoge el Diccionario de la Real Academia Española, en el contexto cubano el vocablo habría que entenderlo en primer orden como un problema práctico, un obstáculo enorme frente al afán de mejorar nuestro socialismo.

Los burócratas son sujetos que cada día ponen en peligro el desarrollo del país. Dañinos siempre, en la coyuntura actual, poshuracanes, se vuelven elementos muy negativos que por los resultados de su proceder darían envidia a los más acérrimos enemigos, fáciles de detectar por su hostilidad y burdo modus operandi.

Y justamente de los lectores nos llegan con frecuencia quejas acerca del actuar burocrático de funcionarios en diversas instituciones. Se reafirma la creencia popular de que quienes practican el burocratismo llegan a especializarse a tal punto en cuestiones de papeleo, reunionismo y falta de decisión, que a cada solución le encuentran siempre uno o más problemas.

De los informes hacen trabajos de tesis, muchas veces alejados de la vida real en los barrios y centros laborales.

A fuer de tanto tropezar con burócratas, la sabiduría popular (esa especie de magia colectiva) distingue rápidamente cuando se está frente a uno de ellos. Entonces el ciudadano afirma: "Este tiene cara de NO".

En las más de las veces, y como para darle un toque de suspenso a este serio asunto, el responsable de un absurdo o disparate queda en el anonimato. Un simple ejemplo nos aporta un asiduo lector de este diario, quien ya ha perdido la cuenta de las visitas realizadas al consultorio médico y a la farmacia en busca de un medicamento.

La venta de Meprobamato requiere de una receta médica con datos del paciente; esta vence a los siete días, pero el fármaco no llega todas las semanas; por lo tanto se pierde "el derecho" y hay que renovarla una y otra vez. Las colas en el consultorio y en la farmacia funcionan como disgustos agregados a la arbitraria medida.

El propio lector nos da pie para mencionar un rasgo principal de los temibles burócratas: el extremismo.

Cuenta que uno de sus hijos acudió a la farmacia (quizás sea la misma y hasta ostente la condición de referencia en materia de burocratismo) con otra receta autorizada por un especialista. Los trazos llevaban tinta roja y allí le dijeron que si no tenía tinta azul o negra no podía aceptarse. Al preguntar el porqué, la respuesta voló más allá de las nubes: "Es una orientación superior".

Para la prensa estos individuos son la barrera más incómoda. Cuando menos, atentan contra la agilidad que debe caracterizar al oficio. Muchas son las veces en que la información no llega oportuna porque las trabas puestas por los hombres, se imponen lamentablemente.

Modalidad especial es el peloteo. Quien te debe ofrecer los datos de repente plantea esperar por la orientación de otro, y este a su vez argumenta que no tiene elementos de juicio sobre el hecho, pero va a llamar a un fulano para destrabar la cosa.. , y lo que hace es enredarla más, y así sucede hasta lo inimaginable.

¿Cómo entender que personas responsables de ofrecer información sobre un interés público no den la cara y prefieran perderse entre un montón de papeles y un buró? ¿Cómo calificar a esos segundos jefes que a la hora de sustituir a los primeros en una situación determinada plantean no tener autoridad para decidir y detienen la gestión hasta tanto regrese el directivo principal, quizás de viaje?

A todos habría que exigirles que se comporten como compañeros y cumplan su deber social a partir de un trabajo útil que se corresponda con la mejor acepción que tiene la palabra burocracia en el pequeño Larousse ilustrado:

Conjunto de normas establecidas por el sector administrativo de un Estado para resolver un trámite, por que al fin y al cabo lo que hace nociva a la burocracia es el burocratismo como influencia excesiva de esta.

Nuestro Héroe Nacional soñó con una sociedad que entre sus conquistas se librara también de "la peste de los burócratas", según su propio decir. Los cubanos de hoy no tenemos otra alternativa que batallar sin receso contra cada manifestación absurda de estos personajes.

Respuesta de la delegación del Ministerio de la agricultura

 

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