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25 de enero de 2007 Cada día
nuestra unidad crece en el compromiso de contribuir en la salvación
de la especie humana
Discurso pronunciado por Hugo Chávez Frías,
Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, en la firma de
acuerdos entre la República Bolivariana de Venezuela y Cuba. Salón
Ayacucho, Palacio de Miraflores, 24 de enero de 2007. (Versiones
Taquigráficas–Consejo de Estado)
Están con nosotros, además del vicepresidente,
Francisco Soberón, ministro presidente del Banco Central de Cuba;
Martha Lomas, ministra para la Inversión Extranjera y Colaboración
Económica; Yadira García, ministra de la Industria Básica; Jorge
Luis Sierra, ministro de Transporte; Manuel Marrero, ministro de
Turismo; María del Carmen Pérez, ministra de Agricultura; Fernando
Acosta, ministro de la Industria Sideromecánica; Georgina Barreiro,
ministra de Finanzas; Julio Rodríguez, de la Empresa Telefónica, y
Waldo Reboredo, del cable submarino. Quiero resaltar la presencia entre nosotros de uno
de los compañeros del cuartel Moncada, de la Sierra Maestra, de
Bahía de Cochinos, y de todos estos años, el Comandante Ramiro
Valdés, ministro de Informática y de Telecomunicaciones (Aplausos). Excelentísimo canciller, Nicolás Maduro, y demás
ministros y ministras del gabinete ejecutivo; viceministros y demás
funcionarios del Estado; presidentes de institutos autónomos de las
empresas del Estado; invitados especiales de Cuba y de Venezuela;
amigas y amigos todos: Ya el vicepresidente, compañero Carlos Lage, nos
recordaba algo de lo que me voy a valer para comenzar mis palabras,
tan contentos como estamos este día, esta tarde, esta noche, tan
entusiasmados como estamos este día 24 de enero. ¡Cuántas cosas
siguen pasando en este mes de enero! ¡Qué rápido ha comenzado este
año, al galope! En apenas un mes fíjense cuántas cosas pueden
ocurrir, en apenas unos días. Es la tierra que cabalga, la historia
que ha vuelto y ha vuelto cabalgando. Carlos Lage nos recordaba que un día como hoy, hace
exactamente 48 años, estaba aquí Fidel Castro, apenas 23 días antes
había caído la tiranía de Batista, y la Revolución Cubana, el pueblo
cubano y aquellos hombres y mujeres, muchachos todos, muy jóvenes
todos, comenzaron a escribir aquel 1ro. de enero de 1959 una página
profunda, imborrable y heroica en la historia de nuestra América: la
Revolución Cubana. Algunos dicen que el siglo XX fue el siglo
americano, es mentira, con ello quieren decir que fue el siglo
norteamericano, es mentira. Cuántas otras cosas pasaron ese siglo XX,
aquí en nuestra América y en el mundo: la revolución soviética fue
una de ellas, la revolución china fue otra de ellas, ¿alguien
pretende negar el impacto y la importancia tan grande de esas
revoluciones? Y, por otra parte, de manera especial para nosotros,
la infinita, la inmensa, la amada Revolución Cubana. Fidel me mandó este periódico con Carlos, "llévale a
Chávez", te dijo; el
Granma del lunes 22 de enero, de antier.
"Fidel tomó a Caracas", fue el titular de entonces de diarios y de
medios de comunicación. Voy a leer solo el recuadro, aquí hay una
foto. Fíjense ustedes este detalle, el pueblo de Caracas y el pueblo
de Maiquetía, de nuestro hoy estado Vargas, se fueron a recibir a
Fidel; aquí está el avión de Cubana, y el pueblo presionó tanto que
rompió barreras de seguridad, y ustedes pueden ver el avión, Fidel
aún no se ha bajado, y eso está rodeado de público; rompieron todas
las barreras, creo que tardaron dos o tres horas para llegar a
Caracas. Día histórico aquel, se conmemoraba el primer año de
la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez y la llegada de la
llamada democracia a nuestro país; era ya Rómulo Betancourt
presidente. Leo el recuadro: "Del 23 al 27 de enero de 1959 se
produjo el primer viaje oficial del Jefe de la Revolución a un país
hermano: Venezuela. Su visita fue un delirio popular y otra prueba
de la luz larga del Comandante en Jefe. El diario El Nacional, de
Caracas, recogió aquel visionario discurso que pronunció en la Plaza
del Silencio." Trino Alcides a lo mejor estaba ahí. ¿Tú recuerdas,
Trino? ¿Tú fuiste a eso? Al discurso, eras estudiante a lo mejor. Yo
tenía cuatro años y medio, era como dice mi mamá: un "esnú" en
pelota en las calles de Sabaneta. Sí, yo no nací ahí, no había
cumplido ni siquiera cinco años. Aquí está Trino, los demás somos
unos muchachos; Titina ni se diga, Bernard Mommer seguro que estaba
en Alemania todavía. Sí, puros muchachos. Ramiro no vino esa vez acá, ¿no? No, estaban
consolidando allá, apenas 22 días habían pasado. Sigo leyendo el discurso de
Fidel en la Plaza del Silencio, y aquí hay una frase recogida de
ese discurso, que dice así: "¡Ojalá que el destino de nuestros pueblos sea un
solo destino! ¿Hasta cuándo vamos a estar en el letargo? ¿Hasta
cuándo divididos, víctimas de intereses poderosos? Si la unidad de
nuestros pueblos ha sido fructífera, ¿por qué no ha de serlo más la
unidad de naciones? Ese es el pensamiento bolivariano. Venezuela"
—la frase que Lage nos recordaba— "debe ser el país líder de los
pueblos de América..." Yo subrayo esta frase: "Ese es el pensamiento
bolivariano." Que conste que yo tenía, repito, apenas cuatro años
y medio, que no me eche nadie la culpa de todo esto, de aquel mare
mágnum, y aquí en páginas interiores, vean esta foto de Fidel,
firmando el Libro de visitantes ilustres, el Libro de Oro del
Concejo Municipal de Caracas. ¿Fidel tenía cuántos años ahí? (Le
dicen que 32), 32 años, claro, ¡treinta y dos años!, ahí está
firmando el libro. Ese día se conocieron aquí Fidel Castro y Pablo
Neruda. Pablo Neruda estaba por aquí por Caracas aquellos
días. Aquí hay una foto muy..., es impresionante esta foto del
Silencio, vean, la Plaza Oleario, ahí está; y esta otra foto del
Aula Magna de la Universidad Central, donde también estuvo Fidel; y
esta otra de acá es un almuerzo que ofrecieron en El Ávila, y estaba
Fidel conversando, creo que tenía un fusil en las manos, con unos
soldados y oficiales de las fuerzas armadas y unos ciudadanos, todos
ciudadanos, por supuesto. Señor Vicepresidente, ¿será que podemos hacer una
edición especial de este periódico aquí? (Lage le dice que tiene
derecho de autor en el periódico.) Entonces, vamos, William, a hacer
una edición especial y a repartir por las calles y a nuestro pueblo
esta edición del Granma, ¡del Granma! Muchas gracias,
Lage (Aplausos). Bueno, qué claridad de visión de aquel joven, de
aquel líder, de aquel revolucionario, aquel nuestro compañero,
How are you, Fidel?, desde aquí un aplauso para ti, hermano,
camarada, 48 años después estás aquí con nosotros (Aplausos). Estás
aquí y estarás siempre con nosotros, ejemplo de los revolucionarios
de este continente, de esta nuestra América y del mundo. Y ese Fidel, 48 años después me ha escrito. Lage ha
sido portador de esta carta que ha llegado con ellos, hoy en la
mañana. Él me mandó a decir que no la publicara, yo no la estoy
publicando, solo la estoy leyendo (Risas). "Querido Hugo: "Para allá van, con Lage y Soberón, el grupo de
compañeros para la reunión que tú anunciaste. Llevan 17 puntos, me
alegra mucho la idea de que se haya incluido el desarrollo de la
zona turística en el lugar escogido por ti." Eso es allá en La
Tortuga. "Por otro lado, me satisface saber que marcha a toda
velocidad la cooperación acordada en el programa energético, esto
constituye hoy una cuestión de vital importancia para la especie
humana. "Como tú explicaste más de una vez, y con mucha
claridad, la vida de nuestra especie está en peligro con el
descomunal derroche de los hidrocarburos..." Más adelante: "Aprovecho para enviarte un ejemplar
del Granma, vas a disfrutar de lo que dije hace casi 50 años,
cuando tú todavía no habías cumplido cinco. "¡Hasta la victoria siempre!" Y les voy a mostrar, para los que dicen que Fidel se
está muriendo, que no puede hablar, que no se puede mover, el trazo
de la firma. Muestren con la cámara aquí (Señala.) Analicen, pues,
el trazo de la firma (Aplausos). Estamos sumamente contentos, Fidel, de las noticias
que nos llegan de tu recuperación. ¡Sigue adelante, caballo, que te
necesitamos así como te queremos! (Aplausos), y espero que pronto
sostengamos otra reunión de las algunas que hemos hecho en estos
años. ¡Cuarenta y ocho años! Pues ahora, ¿qué pasó? Para
los venezolanos, sobre todo, para nosotros, es bueno evaluar lo que
pasó en este medio siglo. Mientras Cuba, mientras Fidel y ustedes,
Ramiro, y todos ustedes, Carlos, Germán y todos y todas, y
especialmente los líderes de la Revolución Cubana fueron capaces de
mantener el ritmo y el rumbo de un proceso revolucionario, fueron
capaces y fueron, sobre todo, fieles al pueblo cubano, porque
conocedor como soy y somos del pensamiento de Fidel Castro, de
Fidel, los hombres individuales no hacemos la historia. Sin el apoyo
de los pueblos, sin el apoyo de nuestros pueblos, imposible que
hubiésemos hecho nada de lo que hasta ahora hemos hecho. Son los pueblos el combustible de la máquina de la
historia, los líderes, circunstanciales somos. Somos consecuencia,
no somos causa; o, al decir de Simón Bolívar, en Angostura, se
preguntaba y le preguntaba él al Congreso allí instalado, o
reflexionaba delante de ellos: "atribuirme a mí todo el bien, todo
el mal, sería darme una importancia que no merezco" —dice Bolívar, y
agrega—, "no he sido más que una débil paja arrastrado por el
huracán revolucionario." O como diría Carlos Marx: "Los hombres, sí,
pueden hacer la historia, pero en el marco que les permita la
historia." Entonces, los líderes de la Revolución Cubana, Fidel
al frente, fueron capaces, han sido capaces de resistir las
presiones del imperialismo, las amenazas, y no solo las amenazas,
invasiones, bloqueo, guerra mediática, guerra psicológica,
terrorismo, guerra biológica, incluso; guerra económica, guerra
social, guerra militar, guerra integral del imperio más poderoso y
más cruel que haya existido sobre la Tierra, como lo es el imperio
norteamericano, y hoy, 48 años después, si Fidel Castro en persona
viniera a la Plaza del Silencio, vendría como ha venido aquí, con la
frente en alto y a ratificar lo que dijo hace casi medio siglo
(Aplausos), y cuántas cosas más; pero del lado venezolano, ¿qué
ocurrió? Yo estaba leyendo detalles de algunos de aquellos
eventos de hace 48 años y uno de ellos fue la sesión especial que
hizo el Congreso Nacional, presidido entonces por el senador Rafael
Caldera y el presidente de la república, Rómulo Betancourt, y la
comisión de diputados que acompañó a Fidel desde Maiquetía, donde lo
esperaban: Jóbito Villalba, uno de ellos; Luis Beltrán Prieto
Figueroa, el digno maestro; Domingo Alberto Rangel, ahí está,
diputado entonces de Acción Democrática, y fue Domingo Alberto uno
de los oradores en el Congreso aquel día. Sabemos lo que ocurrió aquí: esa dirigencia y
especialmente los que se hicieron con el poder, los que ya habían
firmado en Nueva York, poco antes de la caída de Pérez Jiménez, el
Pacto de Nueva York, que luego fue aquí ratificado y convertido en
el Pacto de Punto Fijo —Betancourt-Caldera-Villalba—, y quienes le
secundaron, gobernaron a Venezuela durante 40 años; pero cuando
llegaron aquí ya venían arrodillados ante los mandatos del
imperialismo norteamericano, y eso seguramente ya lo sabía o lo
intuía el noble pueblo venezolano, porque son famosas las pitas y
las rechiflas que allí en el Silencio le daban a Betancourt. Betancourt no fue a el Silencio, no se atrevió; pero
Fidel varias veces se refirió a Betancourt, y tuvo que hacer
esfuerzos —un día me lo contaba, una noche conversando me contaba—
con las manos, hacía señas para que no siguieran pitando, y más
pitaban. Ya nuestro pueblo había percibido o había intuido la
traición, que luego se hizo gobierno, se hizo poder y se entronizó
durante 40 años, hasta el 6 de diciembre de 1998, hasta el 2 de
febrero de 1999. Dentro de pocos días estaremos conmemorando los ocho
años de aquel día en que este movimiento bolivariano, al que Fidel
ya se refería aquí (Aplausos), logró establecer una cabeza de playa
apenas, porque habrá que recordar en qué condiciones nosotros
llegamos aquí, al gobierno: era una cabeza de playa y todos los
poderes concentrados en las manos de la oligarquía y del
imperialismo: ¡Ocho años! Ahora nosotros los venezolanos, nosotros los
revolucionarios venezolanos, nosotros los bolivarianos venezolanos
estamos obligados a recuperar el tiempo perdido. Se perdieron 40
años en manos de los gobiernos de la IV República. Por eso es tan importante lo que hoy ha acontecido
aquí en Caracas, aquí en Palacio; tan importante, señor
Vicepresidente, queridos compañeros y compañeras, esta nueva visita,
ese esfuerzo tan grande que ustedes, junto a nuestro equipo,
desarrollan. Yo quiero, a nombre de los dos pueblos, que en el
fondo somos uno solo, y de los dos gobiernos, que en el fondo somos
también uno solo, felicitarles a ustedes, señores ministros,
ministras, compañeros, compañeras, por ese trabajo tan intenso y tan
productivo que han hecho para dar estos saltos adelante (Aplausos);
estos saltos adelante en nuestro esfuerzo, que va mucho más allá de
la integración, de la unión, de la alianza estratégica entre Cuba y
Venezuela. Ya Lage se refería a esa batalla, esa batalla entre
la propuesta imperialista, la propuesta hegemónica del imperio,
recogida o condensada en el ALCA, como mecanismo neocolonial de
dominación, y nuestra propuesta del ALBA, la Alternativa Bolivariana
para los pueblos de nuestra América. El ALBA sigue avanzando, el ALBA sigue
concretándose, profundizándose, mientras —como el compañero Lula lo
decía hace poco en Río de Janeiro— del ALCA ya nadie habla. Del ALBA
y de los mecanismos y procesos de integración alternativos no solo
es que se habla y se hablará cada día con más profusión, con más
intensidad, sino que estos mecanismos irán concretándose de manera
progresiva, de manera creciente a medida que pasen estos días, a
medida que pasen estos meses, a medida que pasen estos años. Yo les comentaba a Lage, a los compañeros, la
importancia que tuvo y que tiene y el impacto, además del triunfo y
la asunción al poder de Daniel Ortega y de Rafael Correa, además de
las celebraciones, con qué fuerza popular y con qué moral del primer
año del gobierno del compañero Evo Morales allá en Bolivia; desde
aquí le mandamos un saludo a Evo y lo felicitamos por ese primer
aniversario de su gobierno (Aplausos), ¡primer aniversario!, y a
Correa, a Rafael Correa y a Daniel Ortega también nuestras
felicitaciones. Y lo que hemos dicho —yo, tú sabes, Carlos, he
tomado mucho la frase de Martí, parafraseándolo—, y lo hemos
repetido, no en mi nombre, si no en el nombre de la mayoría de los
venezolanos: Dénos Nicaragua en qué servirla y tendrá en nosotros
unos hijos. Dénos Bolivia en qué servirla; dénos Ecuador en qué
servirla y tendrá en nosotros, en mí, un hijo. La Cumbre de MERCOSUR en Río de Janeiro, un tremendo
impacto, y la reunión bilateral con el compañero Lula y la reunión
de presidentes de Suramérica un día antes de la Cumbre de MERCOSUR,
y la decisión que se tomó de hacer en Caracas, en abril, la Cumbre
suramericana de energía; es la unión suramericana que ya comienza a
tomar cuerpo, a tomar forma. Los documentos que firmamos con PETROBRAS-PDVSA, ya
definitivamente para comenzar el proyecto del gran gasoducto del
sur, Lage, desde las costas del Caribe hasta el río de La Plata, un
gran gasoducto; el proyecto para que PETROBRAS-PDVSA conformen
varias empresas mixtas. Se va imponiendo la figura de las empresas
mixtas; los Estados, uniéndonos con ello para contrarrestar el
dominio y la hegemonía de las transnacionales del imperialismo, del
capitalismo y del neoliberalismo. Empresas mixtas para la faja del
Orinoco, para la refinería en Pernambuco, para el gas del Mariscal
Sucre, para el CIGMA probablemente, el Centro Industrial Gasífero
Gran Mariscal de Ayacucho, y para el proyecto del gasoducto. Una
primera etapa la comenzaremos desde aquí, desde Güiria, hasta
Manaos, y de Manaos a Pernambuco. ¿Qué importancia tiene, Lage...? —Fidel allá
viéndonos, no diríamos que en su lecho, me decía Lage que Fidel
caminó no sé cuántos minutos ayer, y digo: "Bueno, es que está
caminando más que yo, casi trotando; a lo mejor está caminando y
viéndonos. ¿Qué importancia tiene el hecho de que propuestas que
hace apenas dos años caían como en el vacío...? Hace apenas dos o
tres años caían como en el vacío propuestas liberadoras, propuestas
verdaderamente estratégicas como el Banco del Sur. "¡Ah!, Chávez es
un loco, ahí anda otra vez con la idea del Banco del Sur. ¡¿Loco?!
¡Un banco!" Hemos firmado hoy 16 documentos, pero de ellos 12
empresas mixtas nacen de estos documentos que hemos firmado hoy
entre Cuba y Venezuela, y 9 que ya tenemos, ¡veintiuna empresas
mixtas entre Cuba y Venezuela! (Aplausos.) Hay que darle estos detalles a CNN, yo le decía a
Lage, porque estaba viendo ahora, antes de venir, a CNN que estaba
transmitiendo la llegada de ustedes al mediodía, y, bueno, estaban
haciendo algunos comentarios, no digamos que negativos, no, muy
informativos; pero ellos todavía no tenían la información de qué se
trataba esta reunión, estaban especulando: "No, se trata de que van
a ir a Cuba enfermos venezolanos" —bueno, ya van más de 300 000 solo
de la vista— "y entonces Cubana de Aviación aportará un avión." Se
trata de 21 empresas mixtas de gran importancia estratégica que ya
tenemos conformadas Cuba y Venezuela (Aplausos). Evo dijo una gran verdad en Río de Janeiro, habló de
las economías de América Latina; y Evo está repitiendo frases de la
CEPAL y de organismos internacionales que no son precisamente
organismos del mundo socialista. Creo que ya debemos comenzar a
hablar del mundo socialista del siglo XXI. Evo dijo: "El crecimiento
en el 2006, el mayor crecimiento registrado en América Latina: el
primero Cuba, después Venezuela y después Argentina." Y hacía una
reflexión acerca del neoliberalismo y la fábula esa del Fondo
Monetario Internacional y el libre mercado, las inversiones
internacionales que, supuestamente, iban a impulsar el crecimiento y
el desarrollo de nuestros países. Qué importancia tan grande lo que hemos firmado hoy,
y lo que estamos haciendo, ese intercambio comercial al que se
refería Lage, que va a seguir creciendo; esas inversiones conjuntas,
esa complementación. Por aquí hay otra frase de los discursos de Fidel
aquí en Caracas que son impresionantes, lo tengo por aquí en otro
papel, aquí está. En el Parlamento de Caracas dijo Fidel lo
siguiente: "Los venezolanos deben marchar unidos como debemos
marchar los cubanos, y después tenemos que unirnos los venezolanos,
los cubanos, los peruanos, los ecuatorianos, todo el mundo aquí."
Esa es una verdad tan clara que la comprendemos todos. Incluso Fidel
vino con algunas propuestas, que solo 40 años después comenzamos a
elaborar. Por eso decía: Se perdieron 40 años. Fidel dijo, por ejemplo: "Creo que es deber tanto
del gobierno de Venezuela como del gobierno de Cuba, dar los
primeros pasos en ese sentido. No, eso no lo vamos a lograr de
repente, pero sí pudiéramos, por ejemplo, suprimir las visas entre
Cuba y Venezuela, tener un pasaporte que lo mismo sirva el de
Venezuela para estar en Cuba que el de Cuba para estar en Venezuela;
intercambio de alumnos entre nuestras universidades, pero en
cantidades grandes, no tres o cuatro, sino 100, 200, 300, 500, para
que haya una efectiva compenetración, prestarnos, por ejemplo, una
misión militar para que nos entrene allá" —ustedes venían, eran
expertos de la guerra de guerrilla, ¿no?, y entonces estaban
comenzando a formar las fuerzas regulares; no tenían 20 días apenas.
Incluso Fidel propone eso: "una misión militar para que nos entrenen
allá" —fíjate con qué humildad—, "y una serie de medidas de carácter
económico" —y Martha Lomas no había nacido, ni Georgina— "que
pudieran llegar a ser, previo estudio de las condiciones económicas
de Cuba y Venezuela, que son bastante similares, suprimir las
tarifas aduanales para nuestros productos" —el ALBA, aquí está la
génesis del ALBA, Lage—; "pero esas son medidas que deben
estudiarse, no se pueden, naturalmente, proponer sin previo estudio,
porque, además, son honradas, no se trata de que se beneficie un
grupo ni otro. Además, tenemos que quitarnos esa idea de que nadie
vaya a intentar venir aquí, ni yo aquí, ni un venezolano a Cuba, a
buscar beneficios para cualquiera de las dos comunidades, que, en
definitiva, en el corazón de ellos late el mismo sentimiento. Si los
cubanos queremos a Venezuela como se quiere a Cuba, los venezolanos
quieren a Cuba como se quiere a Venezuela. ¡Son las bases de una
misma patria!" Son las bases de una misma patria (Aplausos.) Aquí hay algunas citas de lo que escribió luego
Pablo Neruda de lo que él vio y vivió aquel día en Caracas, pero lo
dejo para la próxima. ¡Son las bases de una misma patria! Claro que todas
esas propuestas de Fidel cayeron en el vacío. Estoy absolutamente
seguro de que hombres como Luis Beltrán Prieto Figueroa tomaron
nota; pero, ¿qué pasó con Luis Beltrán Prieto? Lo echaron de Acción
Democrática, le impidieron ser candidato presidencial y posible
presidente, porque gozaba de una gran popularidad. Era un hombre
creo que más alto que Fidel, en tamaño físico; por ahí los dos
estaban casi empatados. Prieto Figueroa, el maestro, el margariteño,
¡honesto! Mi papá en esos años... Recuerdo, así, que hablaban
de un tal Fidel, porque en mi casa, en la casa de palma de mi
abuela, donde nacimos y nos criamos, había discusiones políticas.
Adán recuerda más que yo, porque él me lleva un año y medio; Adán
recuerda cuando se llevaron preso al médico de la esquina, yo apenas
lo recuerdo. Es que era un médico y era un hombre de la izquierda,
se lo llevaron y lo desaparecieron, acusado de guerrillero; o cuando
desaparecieron al bachiller Rodríguez. Pero en casa había discusiones. Mi padre fue de los
fundadores del MEP. La oreja era el símbolo, porque era orejón
Prieto, más que yo. Entonces la oreja era el símbolo del Movimiento
Electoral del Pueblo, Partido Socialista, que ahora ha anunciado,
por cierto, su voluntad de sumarse al Partido Socialista Unido de
Venezuela. A Prieto lo echaron. ¿Qué pasó con Domingo Alberto
Rangel? Igual, tuvieron que irse de Acción Democrática, porque se
entronizó allí el poder de la extrema derecha, la derecha
proimperialista, los cipayos se adueñaron del poder y echaron a la
izquierda del Parlamento. Todos esos diputados, o casi todos,
terminaron expulsados del Parlamento y presos, o se fueron al
exilio, o asesinados, torturados, o se fueron a las montañas a tomar
las armas, para tratar de impedir lo que no pudieron,
lamentablemente: la traición al espíritu y a la lucha popular del 23
de enero de 1958 (Aplausos). ¡Fue traicionado el pueblo venezolano
una vez más! Una vez más traicionado el pueblo venezolano, y los
soldados patriotas, como mi coronel Trejo, como mi general Pérez
Arcay, que formaron aquel movimiento de jóvenes militares, que se
unieron al pueblo desde el primero de enero. Un año exactamente antes de la entrada victoriosa de
ustedes a La Habana, compañeros, aquí hubo una rebelión militar
comandada por mi coronel Hugo Enrique Trejo contra la dictadura.
Fracasó aquella rebelión, pero encendió la mecha; fueron a prisión
sus líderes y el pueblo a las calles, hasta el 23 de enero que se
fue Pérez Jiménez. Pero todo aquello fue traicionado. Recuerdo a mi coronel Trejo, ya yo teniente y él
coronel en retiro, con su cabello blanco, allá frente al mar, en
Macuto, contándome todo aquello. Y él me contaba, incluso, que aquel
día en que Fidel Castro vino, un año después, en esa fecha que hoy
estamos recordando, a mi coronel Trejo le prohibieron acercarse
siquiera a saludar a Fidel, porque era un líder militar, era un
revolucionario. Luego lo enviaron a Costa Rica de embajador, lo
sacaron del país, y al poco tiempo pasó a retiro del ejército. Les voy a decir algo, en algunas ocasiones lo he
contado: el 4 de febrero, casi medio siglo después, el coronel Hugo
Trejo y muchos otros de esos viejos soldados tomaron las armas. Allá
llegaron al museo militar, allá mandaron un emisario, mi coronel
Trejo: "que están en un apartamento por Chaguaramas, que están
esperando órdenes de qué misión les va usted a dar". Consideré
inapropiado darles misión militar alguna esa madrugada, y les dije:
"Que se queden en reserva". Pero igual pasó con cuántos hombres que se fueron a
la guerra de guerrillas, cuántos mártires —como tu padre, Jorge— que
lucharon para tratar de que no se concretara la traición al espíritu
revolucionario del 23 de enero, a ese espíritu revolucionario que
nuestro pueblo demostró con la llegada de Fidel desde Maiquetía
hasta el último minuto. Por eso decía, Carlos; compañeros, qué importante
este evento de hoy, qué compromiso el que estamos asumiendo. El
compromiso no hace sino crecer. Tú recordabas el discurso de míster Bush.
Extrañamente no se refirió a Venezuela. Ellos nos están lanzando lo
que llaman puentes, pero ya nosotros cruzamos todos esos puentes y
sabemos de qué se trata. A lo mejor por eso, digo yo, no nos
mencionó, porque hace un año lanzó su amenaza contra nosotros. Pero
él quizás no sabe, o vamos a recordárselo por si lo ha olvidado, que
cuando amenaza a Cuba, está amenazando a Venezuela también
(Aplausos). Pero fíjense ustedes, ayer yo estaba leyendo también
una noticia de Davos, Suiza, donde se reúnen los gurúes del
capitalismo mundial, y unos "expertos" —expertos son ellos— en
América Latina señalaron tres amenazas para la América Latina hoy
día: una de ellas el suministro de energía, la otra el terrorismo
internacional y la otra Hugo Chávez. No mencionaron a Fidel, ¿será
que creen de verdad que ya se murió? Lo que pasa es que ellos quizás
no han tomado en cuenta, o no se han dado cuenta de que, cuando me
nombran a mí, están nombrando a Fidel, y cuando nombran a Fidel, me
están nombrando a mí (Aplausos). ¿Cómo fue que dijo aquel vocero imperial? Estábamos
en La Habana cuando salió un cable —que nos reíamos mucho. Yo me
sentía ofendido, en verdad. Fidel estaba leyendo un cable: "Están en
La Habana reunidos una combinación peligrosa: el genio malévolo y el
magnate petrolero" (Se ríe). Me dejaron a mí el papel de magnate
petrolero. Cada día Fidel, cada día compañeros y compañeras,
nuestra unidad crece en el compromiso de contribuir hasta donde nos
sea permitido por nuestras posibilidades, capacidades, en la
salvación de la especie humana. En la carta Fidel lo señala así: la
salvación de la especie humana. Y para salvar la especie humana hay
que derrotar al imperialismo norteamericano y cualquier imperialismo
que quiera parecérsele, y hay que derrotar al modelo capitalista
neoliberal. ¡Hay que derrotarlo!, es la gran batalla de este siglo
(Aplausos), ¡es la gran batalla de este siglo! Por eso Fidel, Lage, todos y todas, compañeros,
compañeras, nosotros con fuerza creciente hemos levantado la bandera
del socialismo, porque ese es el camino a la salvación de la especie
humana, al desarrollo integral de nuestros pueblos: el socialismo
(Aplausos), que tiene mucho de martianismo, de bolivarianismo;
nuestro socialismo, como Cuba ha construido su socialismo, como
Venezuela ha comenzado a construir su socialismo, como Evo señala el
camino, el rumbo para que Bolivia construya su socialismo; pero ese
es el camino, camino que apenas amanece, de allí que el ALBA tenga
tanto significado. El ALBA es un amanecer, el ALBA es lo nuevo que
aparece en el horizonte, ¡es la gran batalla!, es la gran batalla en
la que cada día estaremos más unidos nosotros, ¡más unidos! Y en esa
batalla, por supuesto que estamos lejos de cantar victoria, pero
vamos avanzando en el terreno, vamos consolidando posiciones y habrá
que tener cuidado de que nuestras posiciones no se debiliten para
nada, y el primer cuidado que debemos tener es el cuidado de que no
se debiliten moralmente. La razón, la moral de nuestros principios
debemos fortalecerlos cada día, en cada espacio y continuar ocupando
posiciones, ocupando espacios, concretando ideas en una dialéctica
interminable, en una dialéctica sin fin. Me refería, por ejemplo, a la tesis del Banco del
Sur; el Banco del Sur, cada día apoyada la idea y más desarrollada.
El Presidente de Ecuador ha estado desarrollando la idea, Rafael
Correa, y lo ha dicho públicamente. El Presidente argentino lo ha
dicho también en su discurso de Río de Janeiro, ya lo habíamos
hablado con profundidad en Buenos Aires, al final del año. El
Presidente de Brasil, Lula Da Silva, lo ha dicho ya públicamente. El
Banco del Sur es una necesidad para nuestra independencia, para
nuestra integración, para poder adelantar infinidad de proyectos
como estos que hoy hemos firmado. Fíjense, tendremos que informarles señores
ministros, señor Vicepresidente, la estrategia comunicacional: hay
que informar, todos estos días, en lo adelante, de cada uno de estos
proyectos. Habrá que ver la importancia estratégica para
nuestra independencia, soberanía y desarrollo que tiene, por
ejemplo, el convenio que hemos firmado para construir un cable
submarino entre Venezuela y Cuba, y, además, con ramificaciones
hacia otros muchos países del Caribe, de Centroamérica, del mundo;
habrá que ver la importancia de la creación de una empresa mixta
para explotar allá en Cuba las minas de ferroníquel, grandes
reservas y luego combinarlas con el hierro venezolano, el acero
venezolano y producir el acero inoxidable para nuestros mercados y
para ayudar a otros pueblos, a otros países; o la empresa mixta para
la producción y procesamiento del arroz, y de esa queremos ir a
otros rubros, para la soberanía alimentaria; o los convenios para el
turismo, el desarrollo y la complementación de los potenciales
turísticos de nuestros países; o los convenios petroleros entre
PDVSA y CUPET, para explorar allá en las aguas cubanas del Golfo de
México, y aquí en la faja del Orinoco; convenios para exploración,
producción, refinación, distribución; convenios para una
termoeléctrica en Cuba, que va asociada al proyecto del ferroníquel;
proyecto para la industria maderera, industrias básicas, minería,
telecomunicaciones, desarrollo industrial. En fin, son proyectos
estructurantes, de un ALBA estructural. Ya no solo es el intercambio
comercial, es un ALBA que se profundiza, y yo agregaría, Carlos,
para que no perdamos de vista nuestros vicepresidentes, cancilleres,
ministros, que el ALBA debe también considerar la incorporación a su
estructura de gobiernos locales, gobiernos estaduales. En Brasil hay estados que tienen una población de
20, 40 millones de habitantes, igual pasa en Centroamérica, en
Suramérica, quién sabe si hasta algún gobierno local de Estados
Unidos se incorpore, en el futuro, al ALBA, por qué no; movimientos
sociales deben incorporarse al ALBA y establecer convenios de
cooperación, bueno, como los que tenemos Cuba y Venezuela, en esas
maravillosas misiones, Barrio Adentro I, II, III, IV, Robinson,
Ribas, Sucre, el desarrollo endógeno en la agricultura, todos esos
mecanismos de cooperación; la integración de los movimientos
indígenas, por ejemplo, de la América Latina, del Caribe. En fin, el ALBA apenas está comenzando, dos años
tiene, nació en Cuba. Pudiéramos decir que fue engendrada en
Margarita y nació en Cuba. Fue engendrada el 2001, el parto duró
tres años, porque fue en diciembre de 2001 cuando anunciamos, con la
visita de Fidel y otros colegas, presidentes, primeros ministros del
Caribe, un 10 de diciembre, exactamente fue el 11 de diciembre; pero
luego se concretó y nació —como bien lo dice Lage— en La Habana, el
14 de diciembre de 2004: tres años y tres días después nació el
ALBA. Y luego se suma Bolivia en el año 2006, año y medio después.
Evo ha hecho una propuesta, que celebremos en La
Habana el primer aniversario de su incorporación al ALBA, y nos ha
parecido extraordinaria la idea de vernos en La Habana en abril.
Habrá que coordinar bien con nuestras cumbres energéticas y la
visita de la presidenta Bachelet, en abril también, y otros
compromisos; pero vamos a planificar esto. Estoy seguro de que a
Fidel le encantará la idea, y en esa ocasión no solo nos vamos a
reunir para conmemorar, sino para continuar dando pasos. Nicaragua ha firmado su adhesión al ALBA y hemos
comenzado a trabajar proyectos bilaterales, trilaterales con el
gobierno del compañero presidente Daniel Ortega. Sería una buena
ocasión, Lage —y habría habido ya tiempo—, para tener un conjunto de
proyectos con Nicaragua, proyectos de desarrollo. Y pudieran
incorporarse otros países que están a punto, han estado conversando
con nosotros, países caribeños sobre todo, que quieren incorporarse
al ALBA, y fortalecer este nuevo mecanismo, que tiene diversas
manifestaciones: PETROCARIBE, el Fondo ALBA-Caribe, PETROANDINA, el
Gasoducto del Sur, el Banco del Sur, Telesur, los convenios
energéticos, los convenios educacionales, los convenios de salud.
Todo eso va conformando un nuevo y poderoso y muy variado mecanismo,
o un conjunto de mecanismos, una nueva plataforma de integración.
Ratifiquémoslo, repitámoslo, divulguémoslo cada día
con más contundencia: ¡Solo unidos seremos libres! ¡Solo unidos
seremos libres! Es Bolívar que sigue diciéndolo desde siempre: Solo
la unión nos falta para completar la obra de nuestra regeneración. Es Martí que sigue diciéndolo desde siempre: Así
está Bolívar en el cielo de América, vigilante y ceñudo, porque lo
que él no hizo sin hacer está hasta hoy. Lage me trajo esta colección de textos martianos,
Obras Escogidas, de José Martí, en tres tomos, y me pidió que
leyera esta parte, y yo voy a compartirla con ustedes. Agradezco mucho el invalorable obsequio, querido
hermano y compañero Soberón. Dice José Martí —esto es de 1880, ¿verdad?, una
lectura en el Steck Hall de Nueva York, 1880; y se publicó un
folleto en Nueva York en esa misma fecha—: "Se finjen miedos por los sucesos de nuestro país ya
desautorizados. Se pasean a los ojos de los timoratos lúgubres
fantasmas. ¿Son acaso los hombres de color, los negros y los mulatos
—porque no debe hacerse misterio de un hombre como todos los demás
natural y sencillo—, son acaso aquel rebaño manso que obedecía a la
mano interesada del pastor, y al son de la elegíaca marimba,
consuelo único prohibido a las veces, esperaba en calma la hora de
una lejana redención? ¿Son acaso una cohorte sanguinaria, que habrá,
con soplos huracánicos, de arrancar de raíz cuanto hoy sustenta el
suelo de la patria? ¡Ah!, ¡esto decían los españoles de los indios,
tan ofendidos, tan flagelados, tan anhelosos como los negros de su
inmediata emancipación; esta amenaza suspendían sobre las frágiles
cabezas, cuando el aliento de Bolívar, más grande que César, porque
fue el César de la libertad, inflamaba los pueblos y los bosques y
levantaba contra los dueños inclementes la orilla de los mares y el
agua turbulenta de los ríos!" (Aplausos). ¡Qué fuerza la de Martí! ¡Qué fuerza narrativa,
descriptiva inmensa! No había yo leído este escrito de Martí y este
concepto, digámoslo así, martiano de Bolívar: "...cuando el aliento
de Bolívar, más grande que César, porque fue el César de la
libertad..." Bolívar y Martí; Cuba y Venezuela, nuestros pueblos
al frente, al frente de la batalla que hay y que seguirá habiendo en
América Latina; batalla que apenas comienza. Cuarenta y ocho años después de tu segunda visita a
Venezuela —porque ya Fidel había venido; creo que novia dejó por
ahí... Hay unas fotos de Fidel por ahí, Germán, ¿tú las viste?, de
cuando vinieron la primera vez, que eran estudiantes, del año 1948,
después de Bogotá. Fidel estaba allá cuando mataron a Gaitán, en
Bogotá; antes, él me contaba que nunca olvida la carretera vieja,
que él le dijo al taxista que, por favor, se detuviera, porque venía
corriendo mucho y aquellas eran unas curvas endemoniadas, decía él.
No estaba la autopista todavía, por supuesto; él había venido en
1948. Once años después regresa como Jefe de Estado y líder de la
Revolución triunfante de Cuba. Bueno, 20 años no es nada, 40 años no son nada.
Cuarenta años después aquí estamos Fidel, aquí estamos, compañeros y
compañeras, dispuestos de verdad a ser libres, y, por tanto,
dispuestos a unirnos cada día más (Aplausos), y a dar ejemplo a los
demás pueblos, a los demás gobiernos, modesto ejemplo de cómo, con
voluntad política, podemos lograr —y la frase es de Fidel— milagros,
cuando se habla de la Misión Milagro; pero todo esto es como la
Misión Milagro. Se pueden lograr casi milagros con la voluntad
política por delante, y eso es demoledor para las tesis
neoliberales, que pretenden dejar todo al sacrosanto mercado, según
ellos. Es la política que vuelve, es la política que vuelve. "El César de la libertad", dijo Martí. Fidel Castro,
digo yo, parafraseando al grande de Martí, es también, como Bolívar,
más grande que César, porque es el César de la dignidad, el César
del socialismo. ¡Hasta la victoria siempre! ¡Patria, Socialismo o Muerte! ¡Nosotros venceremos! Gracias, compañeros; gracias, compañeras (Aplausos). |
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Servicio especial del Periódico Granma, órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba sobre la Alternativa Bolivariana para las Américas. Año 2005. |
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