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La historia del 26 de Julio en láminas artísticas
del pintor Mederos

Marta Rojas

En 1973 el pintor cubano René Mederos --ya fallecido--, realizó una colección sobre los hechos históricos del 26 de Julio que en 1953 dieron inicio al proceso revolucionario dirigido por el doctor Fidel Castro Ruz. Esta colección artística elaborada en silk screen tuvo una amplia divulgación tanto por su interés histórico como plástico. De ella ya existen pocos ejemplares pero por medio de Internet todo el que quiera puede tener acceso a ella como expresión de un modelo singular de creación de un artista sobre la Revolución. Mederos también fue el autor, en los años de la guerra de Viet Nam de una obra de conjunto sobre hechos sobresalientes de la vida del pueblo vietnamita en medio de los bombardeos norteamericanos.

Esta colección que muestra la página Web de Granma la pintó Mederos tomando en cuenta --además de sus lecturas sobre los hechos del Moncada-- los relatos de un pequeño grupo de protagonistas, como el comandante Jesús Montané participante del ataque, entre otros, y quien escribe esta nota, como periodista que tuvo el privilegio de recoger directamente testimonios de aquel acontecimiento y posteriormente del juicio celebrado al hoy Comandante en Jefe Fidel Castro y sus compañeros. Además visitó lugares que habría de plasmar en sus dibujos llevados después por el taller del Departamento de Propaganda del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, al proceso manual del silk screen.

A continuación una  breve explicación de las láminas que sintetizan la historia del Moncada en el orden en que él las concibió, a partir de una secuencia histórica:

lam1.jpg (23815 bytes)José Martí , Apóstol de la Independencia de Cuba (1853-1895) a quien Fidel Castro proclamó en el juicio autor intelectual del Moncada, porque sus ideas eran y son las de la Revolución iniciada aquel 26 de Julio en Santiago de Cuba.

lam19.jpg (34364 bytes)Una panorámica ilustrada por elementos gráficos de lo que era Cuba en 1953, en ellos se combinan desde los anuncios de las empresas foráneas hasta el caos de una sociedad que políticos desacreditados gobernaban, aceptando una condición de colonia  yanqui, acrecentada por el golpe militar de Fulgencio Batista.
lam18.jpg (26889 bytes)Reunión en el pequeño apartamento ubicado en un edificio situado en la esquina de 25 y O en el Vedado, Abel Santamaría y su hermana Haydée. Abel sería designado por Fidel, Segundo Jefe del Movimiento Revolucionario. Según los propios testimonios de Haydée, fundadora del Movimiento y de Melba Hernández que también participó en la acción, esa era la disposición en que solían ubicarse los revolucionarios que conspiraban, bajo la dirección de Fidel, y discutían sus ideas políticas. Hoy este lugar es un museo.
lam17.jpg (29369 bytes)Una idea muy clara de la forma natural, con ropas de calle en que se entrenaban los que luego asaltarían los cuarteles Moncada en Santiago de Cuba y Carlos Manuel de Céspedes en Bayamo. Las prácticas de tiros las realizaban en fincas cercanas a la Capital, fundamentalmente.
lam16.jpg (23119 bytes)Esta lámina muestra a tres mujeres, entre ellas la madre de Melba, Elena Rodríguez del Rey, una empleada de la casa, Delia Terry, y amigas de mucha confianza como Elita Dubois, cuyo esposo, José Luis Tasende, sería asesinado en el Moncada; Nati Revuelta y Lolita Pérez que bordó los galones de Sargento a un grupo
lam15.jpg (30531 bytes)Escena en la Granjita de Siboney, que semejaba la casa de vivienda de una granja avícola alquilada por Abel Santamaría cerca de la playa Siboney en Santiago de Cuba. Los combatientes cambian sus ropas civiles por los uniformes de kaki amarillo—iguales a los del Ejército Nacional y a su vez del norteamericano—, de esa manera se confundirían con los integrantes de la guarnición del Moncada.
lam14.jpg (25994 bytes)Poco antes de tomar los automóviles Fidel les habla a sus compañeros en la Granjita de Siboney y también lo haría Abel. En sus palabras Fidel dijo que podrían vencer o morir pero que la revolución triunfaría y se haría lo que aspiró Martí. Abel exhortó a que todos fueran con fe en el triunfo, pero si caían saldrían otros jóvenes dispuestos a morir por Cuba.

lam13.jpg (19688 bytes)Un aspecto interesante, el cruce del puente entre Siboney, un suburbio de la ciudad, y su capital, Santiago de Cuba, rumbo a las posiciones que habrían de ocupar según los plane: el Cuartel Moncada, el Palacio de Justicia y la retaguardia en el Hospital Civil, en el área de almacenes, al extremo de los pabellones de enfermos. Esta movilización no fue detectada por nadie.

lam12.jpg (25290 bytes)Un grupo mayor de combatientes en la avanzada llegó a la Posta Tres del Moncada y la desarmó, con lo cual pudieron entrar. Renato Guitart, uno de los revolucionarios, gritó: "Abran paso al General" y los soldados dieron por supuesto que era un conflicto entre ellos mismos.

lam11.jpg (22930 bytes)En los planes minuciosamente analizados no estaba previsto que una "posta cosaca" o de recorrido se había adicionado en la Guarnición a causa de los carnavales y a esta le extrañó lo que sucedía, hubo un instante de confusión cuando un automóvil equivocó la entrada pues todas los edificaciones estaban pintadas igual. Fidel salió del auto para poner orden pero ya el combate se había establecido y los jóvenes tenían pocas armas, en su mayoría escopetas de caza y aún así lograron hacerse fuertes en la posta dirigidos por el doctor Fidel Castro.

lam10.jpg (27565 bytes)Mientras, otro grupo ocupaba el Palacio de Justicia, frente al Cuartel. Esta lámina lo muestra; el mando fue tomado por el joven Raúl Castro, hermano menor de Fidel. Abrieron fuego para distraer la atención dirigida hacia la posta por parte del regimiento.

lam9.jpg (39837 bytes)En esos mismos momentos otros combatientes del Movimiento lidereado por Fidel asaltaba el Cuartel Carlos Manuel de Céspedes, de la ciudad de Bayamo para impedir la entrada de refuerzos a Santiago. Se destaca entre todos Antonio Ñico López, (con espejuelos) que finalmente, fracasada la acción de sorpresa, logra evadir la persecución. Años más tarde Ñico se encontraría con el joven médico Ernesto Guevara de la Serna, el Che, en Guatemala y le contaría sobre el 26 de Julio.
lam8.jpg (22554 bytes)Abel Santamaría , con el médico Mario Muñoz y   Haydée y Melba como enfermeras ocupó el Hospital. Conocedor de todo el plan, al iniciarse el combate comprendió que había fallado el asalto por sorpresa y combatió desde las ventanas del área de servicio para dar tiempo a que Fidel y los demás en la posta del Moncada pudieran retirarse. Fidel diría después que "su heroica resistencia lo inmortaliza ante la Historia". Fue hecho prisionero y asesinado, al igual que el médico. Sólo las dos mujeres y un jovencito amparado por un veterano de la guerra de independencia contra España, lograron sobrevivir.

lam7.jpg (18085 bytes)Sin dejar de disparar ni un momento, Fidel ordenaba la retirada organizada rumbo a las montañas para desde allí proseguir la lucha, lo cual comprendía una alternativa del plan original. Estaba emplazada una ametralladora de gran calibre. Hecho interesante: el tirador que combatió por lo que creía su deber como aforado se negaría después a asesinar prisioneros  y al cabo de unos pocos años murió en las filas del Ejército Rebelde en un glorioso combate.

lam6.jpg (23772 bytes)El jovencito Raúl Castro, que había desarmado y hecho prisioneros a militares y guardias del Palacio de Justicia --donde se celebraría la primera etapa del juicio-- les perdonó la vida, y luego emprendió la retirada a pie , por las calles de Santiago de Cuba. Caminó paralelo a la línea del ferrocarril pretendiendo llegar a la casa de los padres, pero fue detenido e ignorando qué le había ocurrido a Fidel, asumió la responsabilidad del ataque.

lam5.jpg (28638 bytes)Lograron reagruparse en las inmediaciones de la Granjita Siboney 18 combatientes, con Fidel a la cabeza, y avanzaron por la montaña conocida como La Gran Piedra, en las estribaciones de la Sierra Maestra. Encontraron a su paso solidaridad de los campesinos de la zona, como guías y para algún alimento. La semana de la resistencia fue heroica. Un subteniente, negro, llamado Pedro Sarría, que conocía a Fidel de la Universidad --porque estudiaba abogacía por la enseñanza libre-- hacía su desplazamiento de búsqueda de los revolucionarios y al identificar al jefe de los atacantes le indicó cautelarmente que no dijera su nombre, o sea Fidel Castro. Le salvó la vida, porque con Sarría marchaban varios asesinos.

lam4.jpg (30992 bytes)Una semblanza artísticamente concebida por el pintor René Mederos sobre el juicio del Moncada donde Fidel aparece con toga. Los elementos del entorno dan una idea de la exposición de los hechos, motivos sociales, económicos, políticos y sus ideas programáticas. Presencia de magistrados y militares. Al juicio  no se permitió la entrada de fotógrafos en ningún momento.

lam3.jpg (22583 bytes)La primera victoria estratégica del asalto al Moncada fue el juicio celebrado a Fidel y sus compañeros. El Jefe de la Revolución denunció los crímenes horrendos que se cometieron con los prisioneros. En esta lámina se ven muchos de ellos regados en los patios del cuartel con las ropas sin huellas de balas pues fueron vestidos después de asesinarlos. Uno de los crímenes más acusadores fue el cometido con José Luis Tasende, quien confundido con un militar del cuartel fue fotografiado herido en una pierna y posteriormente apareció asesinado, y el ejército declaró que había muerto en combate.
lam2.jpg (28811 bytes)La Plaza de la Revolución de La Habana. La multitud escucha al Comandante en Jefe Fidel Castro. Esta es una de las imágenes —que en distintos tiempos— más han recorrido el mundo como afiches, fotografías, filmes, videos y ahora en Internet. En esta aparecen otros hombres símbolos de la Revolución. Abel, Camilo, el Che y banderas de pueblos y países solidarios .

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