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Juventud Martiana

La juventud ha de ir a lo que nace,
a crear, a levantar...
José Martí

ALBERTO NÚÑEZ BETANCOURT

Las obras de Martí cada día resultan más necesarias, porque nuestro Héroe Nacional es muy lúcido en el análisis de la historia y el juicio sobre quienes la protagonizaron. Cada lectura deviene clase magistral válida para la actualidad por su total vigencia.

De ese criterio parte Carlos Rodríguez Almaguer, coordinador nacional del Movimiento Juvenil Martiano, al reconocer la responsabilidad que tienen los niños, adolescentes y jóvenes cubanos de conocer a ciencia cierta, distante de cualquier formalismo, sus versos libres, los relatos de La Edad de Oro, y los tantos discursos y escritos del Maestro.

Consideramos —añade— que el Movimiento en el año 31 de su creación está en una nueva etapa, con objetivos amplios que van mucho más allá de la realización de los tradicionales Seminarios de Estudios Martianos. Quienes dirigimos la organización estamos conscientes de que el trabajo por y para la Revolución no admite esquemas que representan retrocesos.

Por el camino del desarrollo se han creado organizaciones de base como los Clubes Patrióticos Amigos de Martí en las escuelas de enseñanza primaria y secundaria (idea impulsada por la dirección de la Fragua Martiana), y los Clubes Juveniles Martianos para las personas con edades entre los 15 y 35 años.

Se trata de talleres para la reflexión y el debate de temas de actualidad desde la óptica martiana — afirma el entrevistado — ; en ellos se originan los más variados asuntos: las relaciones familiares, la amistad, política e ideología, su concepción acerca de la enajenación de los hombres, los vicios y el daño que estos causan a la libertad y dignidad nacionales.

En estos encuentros ya hemos identificado una primera ganancia: el afán de sus integrantes por conocer el pensamiento abarcador del Maestro, su saber enciclopédico, todo lo cual viene a estimular nuestro empeño de lograr una cultura general integral en las jóvenes generaciones. Para ese empeño, Martí resulta una fuente esencial, clave, indispensable.

Justo el próximo 28 de enero, el Movimiento Juvenil Martiano cumple 31 eneros de trabajo, tiempo que lo distingue como el más antiguo proyecto político, ideológico y cultural auspiciado por la Unión de Jóvenes Comunistas. Sus potencialidades son infinitas —señala Rodríguez Almaguer— ; uno lo comprueba cuando ve incorporado a estos clubes a jóvenes sin vínculo laboral.

El acercamiento de ellos a Martí se convierte para ellos en el primer paso para integrarse al trabajo, pues no se concibe ser martiano y estar ajeno a la obra social que lleva adelante nuestro pueblo. En resumen, la vida cambia para estos muchachos, le encuentran un sentido útil.

El Movimiento Juvenil ha centrado la atención en los últimos tiempos en su objetivo principal: transmitirles a niños y jóvenes la necesidad de profundizar en el conocimiento de la historia, surgimiento, formación y desarrollo de la nación cubana, así como de la vida de los grandes pensadores en más de dos siglos, con especial acento en la figura del Héroe Nacional cubano.

El Coordinador nacional precisa que los propósitos actuales son potenciar el Movimiento en la comunidad, dirigir acciones a favor de las escuelas especiales y organizaciones que agrupan a personas con limitaciones físicas, y de las nuevas instituciones dedicadas a formar maestros, trabajadores sociales e instructores de arte. También trabajar por el empleo óptimo de los Cuadernos Martianos en los centros docentes, y asegurar la presencia de artículos sobre el Apóstol en las publicaciones infantiles y juveniles.

Las iniciativas llegadas de algunas provincias como los premios Abdala, en Santiago de Cuba, y Las virtudes martianas, en Camagüey, son muestras de que el quehacer se diversifica. Pero el ejemplo de esto más elocuente quizás sea el de Guantánamo, donde el trabajo martiano alcanza a los propios Consejos Populares, en una suerte de fórmula integradora, porque en ellos se localizan desde el ama de casa y el círculo infantil hasta los estudiantes y profesores de un centro universitario.

A juicio de Carlos Rodríguez, el Movimiento Juvenil Martiano se convertirá en tiempo relativamente breve en la principal fragua ideológica de la UJC para la formación de revolucionarios. Todos tenemos claro el compromiso de nuestra generación con la historia y el legado martiano.

Convencido de que la labor de estos jóvenes es fundamental en el presente y el futuro de la Revolución, Armando Hart, director de la Oficina del Programa Martiano y de la Sociedad Cultural José Martí, pidió a los asistentes al reciente Consejo Nacional efectuado en el propio lugar de origen de la organización, la Fragua Martiana, “generar un movimiento de ciencia y conciencia capaz de exaltar en un primer plano la cultura cubana, la cual tiene en Martí una alta expresión."

El Movimiento Juvenil Martiano (MJM) tiene su génesis en el Primer Seminario Juvenil de Estudios Martianos realizado por la Unión de Jóvenes Comunistas en 1972. Este movimiento de los Seminarios con su constante perfeccionamiento fue ganando un espacio entre los niños y jóvenes de todos los sectores del país. En 1989, como parte de un proceso de perfeccionamiento del trabajo político ideológico, la UJC crea lo que es hoy el MJM, al que pueden pertenecer todos los niños, y los jóvenes menores de 35 años.

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