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Fragua para forjar patriotas

En sus 50 años de labor, ha divulgado entre nuestro pueblo la vida y obra del Maestro

PEDRO A. GARCÍA

Adrián, en sus 13 años, nunca había visitado la Fragua Martiana. Fueron sus maestros de octavo grado, quienes le hablaron de un museo en plena ciudad donde se conservaba parte de las canteras en las que picó piedra el joven José Martí, sancionado por la España colonialista en un juicio tan vengativo y amañado como el realizado recientemente en Miami a nuestros 5 héroes.

El motivo principal de esta visita suya era consultar algunos materiales sobre la creación de la Fragua Martiana, la cual ahora, este 28 de enero, cumple 50 años de fundada. Poco tiempo tuvo de echar una ojeada a algunos de los objetos museables. Llamó su atención una bandera cubana deshilachada, colocada junto al enorme busto del Apóstol, en el segundo piso del museo.

Supo que esta bandera ondeó una vez en el Turquino, cuando un grupo de martianos, entre los que se hallaba la heroína Celia Sánchez, se fueron a la cima más alta de Cuba a colocar una efigie del Maestro, idéntica a la que hoy atesora este museo.

Adríán asegura que volverá otra vez, pero con más tiempo para verlo todo y acompañado de sus compañeritos de aula.

NACE LA FRAGUA

En enero de 1938, un grupo de estudiosos de la vida y obra de Martí, encabezados por Gonzalo de Quesada y Miranda, hicieron un llamado a la nación desde la revista Carteles para conservar parte de las canteras de San Lázaro y convertirla en un lugar sagrado para venerar al Apóstol de la independencia de Cuba. Seis años después se logró el permiso para establecer allí un Rincón Martiano.

Ya entonces se evidenciaba la necesidad de contar con un local apropiado para que los Grupos Martianos de la época desarrollaran eficazmente su labor de divulgar la vida y obra del Maestro. Nació así la campaña Pro Fragua Martiana, dirigida por Gonzalo de Quesada y Miranda, la cual fue acogida con entusiasmo por el pueblo.

El 28 de enero de 1950 pudo colocarse la primera piedra del proyecto, tras vencer numerosos obstáculos, entre ellos, un intento de algunos funcionarios del gobierno de la época de apropiarse de los terrenos para construir un edificio de apartamentos. La airada protesta de algunos martianos y el clamor popular evitaron tal desafuero, que no sería el último.

Parte de la muestra permanente que exhibe esta institución.

Al fin, el 28 de enero de 1952 se inauguró el Museo escuela Fragua Martiana, ante la presencia del ministro de Obras Públicas, Luis Casero, y su predecesor, ingeniero Manuel Febles, dos honrosas excepciones dentro del gobierno de turno, a quienes los martianos y el pueblo homenajearon por sus contribuciones y aportes a la realización de tan noble proyecto.

A partir del golpe de Estado del 10 de marzo de 1952, que entronizó a Batista en el poder, la Fragua Martiana emergió como un símbolo de rebeldía para el pueblo cubano. Hacia ella se dirigieron muchas manifestaciones estudiantiles de la época, entre ellas, el Desfile de las Antorchas del 28 de enero de 1953, en el que los futuros moncadistas exhibieron su disciplina y espíritu de lucha.

LA FRAGUA HOY

Los lectores mayores de 45 años recordarán a Rolando Peña como aquel actor que encarnaba papeles de adolescente en las telenovelas de Aleida Amaya. Peñita, como le llaman en el ámbito teatral, participa actualmente en uno de los tantos proyectos que la Fragua Martiana tiene con otras instituciones, en este caso, uno de teatro infantil, con la primaria Pepito Mendoza y la Casa del Niño y la Niña, del Consejo Cayo Hueso.

Una presencia común en el lugar.

Como nos explicara Carlos Marchante, actual director de la Fragua Martiana, esta desarrolla otras actividades de trabajo comunitario con niños (concursos de dibujos, festivales), estudiantes (concursos de poemas) y con toda la comunidad (vieja y nueva trovas, cine), además de ciclos de conferencias sobre la temática martiana e Historia de Cuba; y talleres científicos, este año dedicados a la república neocolonial y a la Educación.

Según Marchante, uno de los proyectos más hermosos en que está enfrascada esta institución es el de los clubes patrióticos Amigos de Martí, los cuales se estructuran en cada aula de cuarto grado de las escuelas al iniciarse el curso escolar para despertar en los niños el deseo e interés de agruparse para estudiar la vida y obra del Apóstol.

Iniciada en 1994 en la escuela primaria Pepito Mendoza, del municipio de Centro Habana, hoy día la experiencia se ha trasladado a otras escuelas, como todas las existentes en el municipio de Plaza. Se espera que a partir del próximo septiembre estén constituidos en escuelas de 7 provincias y en todas las primarias de Ciudad de La Habana.

El símbolo que identifica a los integrantes de estos clubes es la sortija Cuba, una réplica de la que Leonor Pérez le regalara a su hijo en 1887. Este distintivo les es impuesto a los niños de cuarto grado por sus propias madres en acto solemne de cada escuela, cada 19 de junio, día del fallecimiento de la madre de José Martí.

Publicado el 27 de enero del 2002

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