Más de 65 380 propuestas recibió el capítulo 4 del documento base
a esta Primera Conferencia Nacional, dedicado a la relación del
Partido con la UJC y las organizaciones de masas, lo que generó que,
de los 17 objetivos previstos, fueran reformulados 16. Las cifras
bastarían para ilustrar con suficiente nitidez el carácter
democrático y ampliamente participativo del proceso, sin embargo,
van todavía más allá.
Y es que este segmento de la Conferencia tocó el estratégico tema
de la continuidad de la Revolución, que se sustenta justamente en el
vínculo del Partido con la UJC y las organizaciones de masas, en lo
cual se centraron muchas de las intervenciones.
"Son los jóvenes los que van a garantizar el futuro de nuestro
pueblo. Eso se dice muy fácil, pero si no los preparamos, si no
estamos conscientes de que hoy somos deficientes en ese trabajo,
sobre todo en el orden cualitativo, no alcanzaríamos el objetivo de
priorizar esa atención. Tiene que ser efectiva la vinculación de la
que hablamos", expresó Ulises Guilarte, delegado por Artemisa.
Preparación integral; lo más importante ya no es el qué, sino el
cómo llegar a una efectiva atención a la UJC; los cuadros tienen la
principal responsabilidad en la preparación de la UJC y las
organizaciones de masas; que lo anterior no solo se aprende en una
escuela, es en el día a día, en el trabajo frente a temas complejos,
fueron algunas de las opiniones en relación con el estratégico
asunto.
En ese sentido, Rolando Vázquez, delegado habanero, planteó que
la vinculación no es solo que a las reuniones de los Buroes del
Partido en todas sus estructuras, desde el municipio hasta la
provincia, asista la UJC o que a ese nivel en la organización
juvenil se tenga la presencia del Partido. "No se trata solo de
estar con ellos (los jóvenes), sino de enseñarles las herramientas
para el trabajo. Podemos estar 24 horas junto a los militantes de la
juventud y no enseñarles nada".
Sobre cada intervención era transversal un elemento clave en el
tema de debate, el ejemplo. A ello se refirió el delegado de la
provincia de Guantánamo, Luis Torres Iríbar, cuando expresó que todo
se decide en el núcleo y en el comité de base, es decir, se refería
a los cimientos de ambas organizaciones. Y dijo que "es como en la
formación de los niños en la casa, hay que ser ejemplo, si los
padres no influyen, no se forjan las cualidades que aspiramos tengan
nuestros hijos. Los jóvenes tienen que creer en nosotros, pero desde
su juventud, desde sus vivencias, con sus herramientas, con su
responsabilidad y autonomía".
Liudmila Álamo, primera secretaria de la UJC, valoró que "nos
acostumbramos a decirles a los jóvenes qué asuntos tienen que
discutir y en ese sentido hemos sido formales, esquemáticos, no se
han tenido en cuenta los intereses, las necesidades y problemáticas
de los comités de base, lo cual incide en la falta de motivación".
Plena conexión con esa visión tuvo la discusión en torno al
objetivo 80, en el que una simple palabra que se propuso cambiar
expresa la amplitud y la diversidad de cara a la sociedad.
Textualmente decía así: "Concentrar la labor de la UJC en la
atención a los pioneros, adolescentes y jóvenes, para contribuir sin
improvisación y con objetividad a formar valores y convicciones.
Desarrollar acciones, sin esquemas ni dogmas, dirigidas a lograr en
ellos una conducta social adecuada y responsable".
La modificación planteada y aceptada fue la de cambiar pioneros
por niños, fundamentada en que el universo no puede ser exclusivo.
Todos en la sociedad han de alcanzar una conducta adecuada y
responsable tengan o no un atributo, pertenezcan o no a una
organización, lo cual obedece a diversas causas como la práctica de
determinada creencia u otras. Y fue del consenso en la comisión que
en ese sentido la UJC tiene una gran responsabilidad.
Olga Lidia Tapia, miembro del Secretariado, expuso como una de
las referencias en el vínculo entre el Partido y la UJC, y de la
misma manera con las organizaciones de masas, la obra Abracadabra,
de la compañía de teatro infantil La Colmenita, que nos llama a ir a
las esencias, en clara alusión a que la médula del trabajo del
Partido tiene que estar dirigida a tratar a cada ser humano con sus
características. "En La Colmenita, Cremata le habla a cada uno de
sus integrantes y allí hay niños, adolescentes, jóvenes, pero cada
uno lleva un lenguaje, un tratamiento", sentenció.
Particular atención centró el objetivo 85, el que recibió el
mayor número de propuestas, no ya del capítulo 4, sino de todo el
documento, con 14 000 planteamientos. En él se propone valorar la
conveniencia de elevar la edad mínima para ingresar a la UJC. Al
respecto la delegación de La Habana, mediante una de sus jóvenes,
afirmó que la idea es correcta, permite llegar a una militancia con
más madurez política, más preparada y en consecuencia se alcanzaría
una vanguardia más fortalecida.
Guilarte, al intervenir nuevamente, comentó que hay que continuar
fortaleciendo el crecimiento de la UJC en los sectores productivos,
entre los obreros. Este tema se conectó con el debate del objetivo
86, dedicado a estimular la incorporación de los jóvenes al estudio
de las especialidades técnicas y de oficio, sobre lo cual José Ramón
Fernández, vicepresidente del Consejo de Ministros, abundó.
En una medular intervención recordó que desde 1884 José Martí,
décadas después Fidel, y más recientemente Raúl, aludieron a la
importancia del trabajo en el campo, de no abandonarlo, de generar
nuestras propias riquezas, máxime en las condiciones de un país
agrícola como Cuba.
"Se requiere también en la agricultura una mayor utilización de
la ciencia y la técnica, de ahí la importancia de contar con más
técnicos y obreros calificados", ponderó Fernández, e insistió en
que tiene que desaparecer cierto rechazo en los jóvenes a ser
técnico de nivel medio u obrero calificado, tarea en la cual reclamó
el apoyo de la escuela, en su labor persuasiva también hacia la
familia. "Tenemos mucho que explicar, persuadir, razonar y
convencer", subrayó respecto a los argumentos que debemos dar a los
jóvenes, sobre todo en un país donde la Revolución hace mucho por
ellos, y por tanto, está en el derecho de pedirles.
"Soy de los que confía y cree en los jóvenes, y tenemos que
ayudarlos, pero con el ejemplo", dijo el vicepresidente del Consejo
de Ministros, y destacó el trabajo que en este sentido corresponde a
las organizaciones estudiantiles, a los propios militantes de la
Juventud Comunista, y a la familia. "Vivimos de la tierra y es una
vergüenza que importemos frijoles y otros alimentos. Multipliquemos
los esfuerzos, analicemos y discutamos con los jóvenes, también
desde su lenguaje para llegar a cada uno de ellos", dijo.
Los miembros de la referida comisión ovacionaron su intervención,
muy a tono con otro objetivo del documento básico que se refiere a
la necesidad de fortalecer la atención de la organización juvenil al
sector productivo y a los que trabajan en el no estatal.
Yolanda Ferrer, delegada por Pinar del Río, instó a romper la
reticencia de muchas personas, pues prevalece con fuerza que
determinados grupos de oficios son vistos solo para los varones.
Fue ampliamente abordada la recreación con énfasis en la
creatividad y el uso de los recursos de los que disponemos, que en
no pocas ocasiones, dijeron los delegados, son mal empleados para
estos fines. Quedó claro, además, que lo recreativo no puede verse
solo como responsabilidad de la juventud, ni a esta como un único
destino.