15 de Marzo de 2002
Desenmascarado Remón, el matón de Omega-7
Designado el cómplice de
Posada Carriles ante una Comisión senatorial de Puerto Rico, como posible asesino de
Carlos Muñiz Varela En 1993, un informe confidencial del FBI lo identificaba como
el matón que ejecutó al diplomático cubano ante la ONU Félix García Rodríguez y al
ciudadano cubano-americano Eulalio José Negrín
POR JEAN-GUY ALLARD especial
para Granma Internacional
PEDRO Remón, detenido en Panamá con Luis Posada
Carriles, no sólo fue designado en un informe confidencial del FBI como el asesino del
diplomático cubano Félix García Rodríguez y del ciudadano cubano-americano Eulalio
José Negrín, sino que su dossier acaba ahora de ser solicitado oficialmente ante la
Comisión senatorial que investiga, en Puerto Rico, el asesinato de Carlos Muñiz Varela.
El más "discreto" de los terroristas
encarcelados en Panamá con su jefe, Luis Posada Carriles, es un peligrosísimo matón,
otro producto del entrenamiento "especial" dado por la CIA, en vista a la
invasión de Playa Girón, a un número importante de exiliados cubanos. Después de la
fracasada operación, los mismos personajes, perfectamente adiestrados, en Fort Benning,
en el uso de las armas y de los explosivos, reaparecieron en las filas de varias
organizaciones terroristas, algunas de ellas claramente apadrinadas por la misma central
de inteligencia norteamericana.
Según un informe desclasificado del FBI, fechado en
octubre de 1993 y publicado en Internet, Pedro Remón fue vinculado por primera vez a las
actividades terroristas cuando fue detenido en la frontera entre Canadá y Estados Unidos,
en diciembre de 1980, horas después de la explosión de una bomba en el Consulado de Cuba
en Montreal. Lo acompañaba Ramón Sánchez, de Miami. Remón y Sánchez fueron
interrogados por el INS el servicio de inmigración norteamericano y sus
señalamientos fueron transmitidos al FBI.
Sin embargo, según el informe, investigadores del
cuerpo policiaco federal, al analizar más a fondo el caso de Remón se dieron cuenta de
que él estaba en frecuente contacto telefónico con Eduardo Arocena, otro
cubano-americano, sospechoso de dirigir un grupo terrorista llamado Omega-7, entonces
integrado por, además de Remón y Sánchez, dos otros peligrosos individuos: Andrés
García y Eduardo Fernández Losada.
La investigación iba luego a revelar que Arocena y
Remón habían alquilado carros en el aeropuerto neoyorquino de Newark inmediatamente
antes de varios crímenes atribuidos a Omega-7.
Comparaciones hechas con los archivos de la policía
de Nueva York iban a indicar que un carro alquilado por los dos cómplices había recibido
una multa frente a la Misión cubana ante la ONU el mismo día en que Omega-7 asesinaba al
diplomático cubano Félix García Rodríguez. Se encontró incluso un cheque firmado por
Arocena al pagar la multa.
Después de ser arrestado e interrogado por el FBI,
Arocena se negó formalmente a colaborar e, incluso, afirmó no tener ningún conocimiento
de la existencia misma de Omega-7. Sin embargo, presionado por los investigadores,
aceptó, al final de 1982, colaborar brevemente con las autoridades y entregó
luego informaciones esenciales sobre el grupo criminal que encabezaba.
EL LIDER DE OMEGA-7 DESCONFIABA DE
PEDRO REMON Y DE GUILLERMO NOVO
Mientras cooperaba, Arocena identificó a Pedro
Remón como el matón en los asesinatos de Eulalio José Negrín, un emigrado cubano
involucrado en un diálogo político con La Habana, y del diplomático Félix García
Rodríguez.
García Rodríguez fue interceptado solo en su
vehículo, en un semáforo, y ejecutado, el 11 de septiembre de 1980.
Negrín fue asesinado bajo los ojos de su hijo de 12
años el 25 de noviembre de 1979. (Desde su cárcel de Venezuela, el pediatra asesino
Orlando Bosch, se jacto entonces de haber ordenado el crimen. Bosch fue luego liberado
gracias a su amigo Otto Reich, hoy responsable de América Latina en la Casa Blanca).
Ambas víctimas fueron matadas con la misma arma, una
ametralladora MAC 10.
Arocena también denunció a Remón como el autor de
varios intentos de atentados contra Raúl Roa-Kourí, embajador cubano ante la ONU, y
Ramón Sánchez Parodi, jefe de la Sección de Interés de Cuba en Washington, entre
otros.
El intento contra Roa-Kourí tuvo lugar el 25 de
marzo de 1980 cuando Pedro Remón instaló una bomba con control remoto sobre el tanque de
combustible del carro del diplomático. La bomba, retenida por imanes, se cayó al suelo
cuando el chofer del vehículo lo chocó accidentalmente contra otro al dar marcha atrás.
El plan de asesinato contra Sánchez Parodi fue
cancelado cuando Remón y Eduardo Losada Fernández fueron arrestados en Belleville, New
Jersey, mientras trataban de robar un carro, precisamente para esta operación.
Arocena explicó a los que le interrogaban que
Omega-7 se había dividido al principio de 1981 cuando Pedro Remón, Eduardo Ochoa, Ramón
Sánchez, Alberto Pérez y José García Junior se acercaban al cabecilla Huber Matos, que
él consideraba un oportunista. También sospechaba que Remón y Sánchez soñaban
simplemente con quitarle la dirección del grupo.
El ex jefe de Omega-7, por otro lado, creía haber
sido denunciado al FBI, desde 1979, por otro terrorista... hoy detenido, ¡también!, con
Posada Carriles: Guillermo Novo Sampoll, designado como uno de los autores del doble
asesinato del ex Ministro chileno Orlando Letelier y de la militante de los derechos
humanos Ronnie Moffit.
Finalmente arrestado en 1986 y llevado ante un Grand
Jury, Pedro Remón se negó a colaborar y fue condenado a 10 años de cárcel y 20 000
dólares de multa.
El peligroso personaje, una vez liberado, no tardó
en sumarse a las actividades del architerrorista Luis Posada Carriles, refugiado en El
Salvador con la bendición de las más altas autoridades y de los círculos mafiosos de la
capital.
Radicó en Miami, sin tener más problemas con las
autoridades.
Y reapareció en Panamá, al momento del fracasado
intento de atentado contra el Jefe de la Revolución cubana que, de haber tenido lugar,
hubiera provocado miles de muertes.
Entretanto, en Puerto Rico, se creaba la Comisión
por la Verdad y la Justicia (www.verdadyjusticia.org)
luego de una resolución del Senado que ordena que se "realice una
investigación sobre la participación, suministro e intercambio de información de las
autoridades del gobierno de Puerto Rico en conjunto con las agencias federales en la
preparación de expedientes, fichas o cualquier otro método de recopilación de
información sobre individuos, grupos y organizaciones en Puerto Rico por razones
políticas e ideológicas."
Esta comisión está compuesta por familiares y
amigos de las víctimas de los asesinatos políticos que fomentaron instituciones del
Gobierno de Puerto Rico y el de Estados Unidos, como: la Policía, el Negociado Federal de
Investigaciones (FBI), la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y la Inteligencia Naval de
la Armada estadounidense.
Así que, el 23 de enero de 2002, varias ponencias
fueron presentadas por miembros de la Comisión en vistas públicas celebradas por la
Comisión de lo Jurídico del Senado de Puerto Rico. Esta primera vista pública estaba
dedicada a los asesinatos de Santiago Mari Pesquera y Carlos Muñiz Varela, para lo que
fueron citados a comparecer los coordinadores de esta comisión; Rosi Mari Pesquera, Raúl
Alzaga y Leila Andreu, así como el líder independentista Juan Mari Bras.
En su ponencia sobre el asesinato de Carlos Muñiz
Varela, ocurrido el 28 de abril de 1979 cuando el joven cubano que dirigía la
Agencia de Viajes Varadero, en la capital puertorriqueña se dedicaba a organizar
viajes de exiliados a Cuba en el marco de un proceso de acercamiento entre los emigrados y
las autoridades cubanas, Raúl Alzaga recordó cómo el joven cubano había llegado a
Puerto Rico como parte de la operación "Peter Pan" a la edad de 7 años. Esta
operación estaba articulada por la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos y
provocó criminalmente la partida de unos catorce mil niños cubanos quienes fueron
separados de sus padres y enviados hacia Estados Unidos.
Desde el año 1974, explicó Alzaga, Carlos Muñiz
Varela se había vinculado al movimiento de jóvenes cubanos agrupados alrededor de la
Revista Areíto y la Brigada Antonio Maceo. Esto le permitió viajar en 3 ocasiones a Cuba
facilitándole poder relacionarse con otras personas que tanto en Cuba como en Estados
Unidos venían trabajando un proyecto común de acercamiento entre las comunidades cubanas
en Cuba y el exterior.
"Con los elementos que hoy poseemos podemos
afirmar que las condiciones prevalecientes entonces dificultaban en aquella época
esclarecer el asesinato de Carlos. Hoy existe un nuevo contexto en el país que favorece
un curso de acción diferente", declaró Alzaga a la Comisión del Senado para luego
reclamar que se le solicite al FBI bajo el "Freedom of Information Act" las
carpetas que tengan, entre otros, de Pedro Remón.
TRES ASESINATOS PARA SABOTEAR UN
PROCESO DE RECONCILIACION
¿Cómo aparece en Puerto Rico, ante una Comisión
del Senado, el nombre del veterano terrorista de Omega-7 y cómplice de Luis Posada
Carriles, en relación con un asesinato cometido en 1979, mientras el terrorista se
encuentra detenido en Panamá?
Entre los familiares y amigos de Muñiz Varela y de
varios conocedores del caso, ha nacido la convicción de que existe una suerte de
trilogía de asesinatos que se llevaron a cabo a partir del proceso político que
desencadenó el llamado diálogo entre el gobierno cubano y representantes de la comunidad
cubana en el exterior, al final de los años 70. Estos fueron: el de Carlos Muñiz Varela,
en abril del 1979 en Puerto Rico, el de Eulalio José Negrín en New Jersey, en noviembre
del mismo año, y el de Félix García Rodríguez en enero de 1980 en Nueva York. Los dos
primeros, miembros de la comunidad cubana en el exterior y activos participantes de ese
proceso que se iniciaba. El último funcionario de la Misión Cubana ante la ONU en la
metrópoli norteamericana.
El asesinato del joven puertorriqueño se lo
atribuyó la organización Comando Cero y la de Eulalio José Negrín y Félix García
Rodríguez, Omega -7. Muchos quedan persuadidos que ambas organizaciones fueron las
mismas.
En el caso del joven Carlos se tienen elementos que
al menos dos de los participantes en su asesinato provenían de Estados Unidos.
Si se unen los hechos que los asesinos eran jóvenes,
que dos residían en Estados Unidos, que la organización que se atribuyó los tres
asesinatos era la misma y que Pedro Remón estuvo vinculado en los dos asesinatos
posteriores, vinculados con la campaña que existía para parar el proceso del
"diálogo"... estos elementos llevan a muchos a pensar, en Puerto Rico, en la
posibilidad de que este Pedro Remón pudiera perfectamente haber estado vinculado al
asesinato de Carlos Muñiz Varela.
Pedro Remón se encuentra en Panamá, al lado de
Posada Carriles y de dos otros matones, Guillermo Novo, el asesino de Orlando Letelier y
Ronnie Moffit, y Jiménez Escobedo, el asesino del funcionario cubano DArtagnán
Díaz Díaz, cometido en México el 23 de julio de 1976
Toda la mafia de Miami, los socios de la CIA y del
FBI trabajan duro para liberarlos lo antes posible, cualquiera que sea el método. La
fiscalía panameña ya redujo, de manera espectacular, el nivel de las acusaciones, al
"desaparecer" una misteriosa válvula detonante. El gobierno de Salvador reclama
la extradición de Posada bajo una simple acusación de uso de papeles falsificados.
Mientras cinco cubanos han sido condenados en EE.UU.
a durísimas sentencias de cárcel, bajo falsas acusaciones, cuando luchaban contra el
terrorismo de la mafia miamense... ¿se permitirá a los cuatro matones de Panamá
recuperar su libertad y seguir ejecutando sus indiscriminados e impunes planes criminales?
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