7
de Julio del 2003
CASA DE
LAS AMERICAS DE NUEVA YORK
El terrorismo
tocó a sus puertas
POR HEDELBERTO
LOPEZ BLANCH —especial para Granma Internacional—
LA Casa de las
Américas de Nueva York ha mantenido desde hace casi medio
siglo una posición vertical en defensa de la Revolución
cubana a pesar de sufrir agresiones y atentados por parte de
los grupos terroristas de origen cubano, así como amenazas
del Gobierno norteamericano.
El Comité
Ortodoxo, producto de la emigración cubana que salió cuando
el Machadato, jugó un papel importante en Nueva York. En
1955, durante la visita de Fidel Castro y Juan Manuel Márquez
a Nueva York (tras salir de la cárcel de Isla de Pinos y
pasar primero por México) se funda en esa ciudad el
Movimiento 26 de Julio. En 1957 se crea la Casa Cuba, que en
1962 se convierte en Casa de las Américas.
Luis Miranda,
presidente de Casa desde 1987, tiene una larga historia de
lucha que contar en la asfaltada selva de esa bulliciosa
ciudad.
La emigración
cubana, no por accidente sino por conocimiento pleno, ha
defendido a la Revolución, porque conoció la Cuba de ayer
donde proliferaban el hambre, la miseria, la prostitución,
afirma Miranda, quien nació en La Habana en 1928 y desde 1948
se asentó en Estados Unidos.
A partir de la
visita de Fidel y Juan Manuel empezó nuestra lucha por la
Revolución con venta de bonos y souvenires para recaudar
dinero y enviar hacia Cuba, explica Miranda.
"Como
primer presidente de la Casa Cuba se nombró al compañero
Luis Estremera, puertorriqueño nacido en la Isla. Tras la
llegada de los militares y esbirros de la dictadura
batistiana, enfrentamos muchos problemas, sobre todo con las
organizaciones contrarrevolucionarias La Rosa Blanca y Omega
7, que fueron las más agresivas.
"Mantener
nuestra actitud fue muy difícil porque esa gente tenía todo
tipo de protección. Nos destrozaron la Casa Cuba a finales
del 59, pero así mismo celebramos el triunfo de la
Revolución y siempre hicimos actos por el Primero de Enero,
el 26 de Julio y después por Playa Girón y otras fechas. En
el 62 le pusimos Casa de las Américas y tuvimos que abandonar
aquel local en la calle 93 y Columbus después de cinco años.
Nos trasladamos a la 17 y Broward. En ese inmueble estuvimos
un par de años y nos botaron las autoridades norteamericanas
por "subversivos". Nos trasladamos entonces para la
18 y Broward.
"Más tarde
nos fuimos para el local de la calle 14 y la 6ta Ave, donde
permanecimos por 30 años. Casa ha jugado un papel muy
importante en la defensa de Cuba y de su Revolución, así
como de solidaridad con los movimientos y personas.
"No sólo a
mí, sino a muchos otros compañeros nos hicieron la vida
difícil. Las décadas del 60 y 70 fueron críticas por esas
actitudes agresivas. El hecho de defender a la Revolución nos
creó muchos problemas con la emigración y el Gobierno
norteamericano.
"Por enviar
algunos materiales para ayudar a Cuba tras el paso de un
ciclón por la Isla, nos quitaron por espacio de un año todos
los documentos; era raro el mes en que no tuviéramos un
juicio en emigración, en el FBI u otro tipo de organización
represiva, hasta que decidimos un día decirles que nos
marchábamos para Cuba. No sólo iríamos los cinco o seis que
estábamos sin documentos sino las familias completas, con los
hijos nacidos en Estados Unidos. Eso fue en 1963. Cuando
planteamos por escrito la decisión, nos dijeron que había
sido un error, que no querían que nos fuéramos y a las dos
semanas nos entregaron los papeles. Ya no éramos elementos
subversivos ni indeseables."
Esa etapa,
agrega, fue muy represiva por parte de la autoridades
norteamericanas y de la contrarrevolución en Nueva Jersey,
que no podía aceptar que en Nueva York existiera una Casa que
apoyara a Fidel y estuviera abierta para los grupos de
izquierda y sociales norteamericanos y sudamericanos.
Muchos
compañeros y sus familiares fueron heridos o recibían
constantes amenazas e insultos por teléfono.
Seguidamente,
Luis Miranda rememora que a finales de los años 70 hicieron
una marcha hacia el Pentágono, en Washington, y les tiraron
los caballos encima. A él le lastimaron la columna vertebral.
Dijeron que los caballos de la policía se desbocaron y
vinieron a parar sobre los cuerpos de varios manifestantes.
Como no podía
pagar una operación de esa índole, vino a La Habana, pues
allá un médico le decía que era la cadera, otro que era un
nervio afectado, pero en realidad lo que tenía eran dos
hernias en la columna y lastimados varios nervios y tendones.
Lo operaron y después de tres meses de tratamiento se
rehabilitó completamente, lo que para él fue un milagro pues
pensó que nunca más volvería a caminar normalmente.
Cuenta el
Presidente de Casa que los hermanos Novo y grupos terroristas
de Nueva Jersey los atacaron varias veces a plena luz del día
y lo triste de esto es que nunca las autoridades tomaron
algún tipo de iniciativa para controlarlos .
En 1960 pusieron
una bomba en la Casa Cuba que desbarató el local y en 1978
detonaron otra en Casa de las Américas cuando celebraban un
26 de Julio, que rompió todas las ventanas de la cuadra
entera y causó grandes destrozos al local.
En 1983, en el
Academic Music de la calle 14, pusieron una carga de dinamita
que se apagó. Después colocaron otra que podría haber
volado el bloque entero, y que no llegó a explotar porque las
autoridades cogieron, unas horas antes, a dos terroristas que
hablaron.
Para Luis
Miranda estos grupos en Estados Unidos son los mismos que
mataron al puertorriqueño Negrín en Nueva Jersey, a Luciano
Nieves en Miami, al funcionario cubano Félix Rodríguez en
Queens Boulevard, Nueva York. Ellos han reconocido que
cometieron más de 70 acciones de esa índole sólo en Nueva
York. Son los mismos hermanos Novo, Posada Carrilles, que
están presos en Panamá.
"Pienso que
las autoridades norteamericanas tienen una clasificación de
terroristas buenos y malos. El señor presidente George W.
Bush tuvo una cena en Miami a un costo de más de 1 000
dólares el cubierto con todos esos connotados terroristas,
los más relevantes del continente americano."
Por eso, indica
Miranda, estimamos que el Gobierno norteamericano debe tomar
una actitud más seria contra esos terroristas, que no se debe
pensar sólo en Afganistán para buscarlos, y que
fundamentalmente se deben perseguir en la Florida, que es
donde radica su cuartel general.
ATENTADOS CONTRA
LUIS
"En 1960,
cuando Fidel fue a Nueva York, un piquete nos atacó con palos
y cadenas en la calle 125. A mí me alcanzaron en la cara y
por poco pierdo un ojo. Fueron tantas veces las que nos
atacaron con todo tipo de armas que también tengo en las dos
manos heridas de esos encuentros.
"En 1978 me
dieron un tiro en una cadera. Eso fue cuando salía de una
reunión en la Casa y alguien disparó desde uno de los
edificios cercanos. Como no se podía ir a las autoridades por
todos los rollos que esto nos traía, la herida se me
infectó.
"En 1982,
cuando salía del anterior local de la misión cubana en la
Calle 67 y Park Ave., una pareja estaba en la calle y de
pronto ella viene hacia mí gritándome que la ayudara, pero
me agarra los brazos. El hombre entonces se me echa encima con
un cuchillo. Logro detener el golpe pero de todos modos me
hiere muy cerca del corazón. Ellos se dan a la fuga y con
esfuerzo logro llegar hasta casa de un médico amigo donde me
da dos puntos internos y tres externos sobre la tetilla
izquierda."
—¿Qué hacen
por Los Cinco cubanos presos?
—Casa de las
Américas tiene un Comité desde antes de que fueran
arbitrariamente condenados estos compañeros. Integrantes del
Comité, formado por varias organizaciones de Nueva York,
estuvimos en Miami durante el juicio.
"Una
contradicción que no he visto en más de 50 años de vivir en
Estados Unidos fue cuando la Fiscalía se abrazó y estrechó
las manos de los terroristas de Miami. Estaban celebrando un
triunfo y una victoria como si hubiese sido otro tipo de
juicio.
"No hay
ningún concepto para imponer tan excesivas sanciones. La
causa, el motivo, únicamente es la animosidad del Gobierno
que ha motivado esas inhumanas condenas.
"En esta
batalla hemos realizado actividades en las universidades con
los alumnos y maestros, con los religiosos, en los periódicos
y revistas. Cada vez que tenemos oportunidad le explicamos al
pueblo lo mezquino de esas condenas, una acción de
revanchismo contra el Gobierno de Cuba. Que estos jóvenes
luchaban contra el terrorismo porque precisamente las
autoridades norteamericanas no tomaron medidas sobre las
acciones que esos elementos estaban realizando contra la Isla.
"Como
hicimos durante el secuestro del niño Elián González, La
Casa también jugará un papel por la liberación de Los Cinco
compatriotas y por la defensa de la Revolución."
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