11
de Febrero de 2003
LA CIA Y
EL TERRORISMO
Mientras haya
fantasmas rubios
POR JEAN-GUY
ALLARD — especial para Granma internacional—
Una
de las pocas fotos publicadas del Fantasma Rubio, Ted
Shackley, supuestamente tomada hace años… ¿será
auténtica?
SI hacía falta
demostrar la inocencia absoluta de Los Cinco patriotas cubanos
presos en Estados Unidos por haber cometido el
"crimen" de contrarrestar los planes criminales de
los terroristas de Miami, la muerte reciente del espía más
famoso de la CIA, Ted Shackley, enseña de manera espectacular
el nivel de peligro para su seguridad que enfrenta Cuba, a
partir de la Florida, desde hace más de cuatro décadas.
Sus amistades lo
designaban bajo el apodo El Fantasma Rubio, por su reticencia
a hacerse fotografiar, afirma su biógrafo oficial, David
Corn, autor de Blond Ghost, Ted Shackley and the CIA's
Crusades, una apología de los crímenes del "maestro
espía" (vale la pena notar cómo la prensa del imperio
honra a sus más conocidos espías otorgándoles el título de
master spy).
Pero hay que
hacer grandes esfuerzos para encontrar en la vida del
personaje algo de romanticismo. El Fantasma Rubio dirigió,
con una diabólica voluntad de destruir a la Revolución
Cubana, a la tristemente célebre estación CIA de Miami,
conocida bajo el código JM/Wave, para después consagrarse a
torturar presos y a traficar heroína, a gran escala, durante
la Guerra de Vietnam. Luego fue cabecilla, también, en las
operaciones de narcotráfico desarrolladas en América
Central, por la pareja terrorista Félix Rodríguez-Luis
Posada Carriles.
Hasta entonces
ubicado en Berlín, donde usaba su conocimiento del alemán
para tratar de reclutar agentes en el campo socialista, Ted
Shackley fue seleccionado en los primeros días de 1962 para
dirigir, en Miami, los planes de la Operación Mangosta,
ordenada por el presidente John F. Kennedy contra Cuba, una
actividad absolutamente prioritaria de la Agencia Central de
Inteligencia, la cual le consagró anualmente más de 500
millones de dólares, una cantidad fabulosa para esa época.
Instalado en
unas barracas sórdidas, construidas en el medio de un terreno
de 1 571 acres patrullado por guardias y alquiladas a la
Universidad de Miami, Shackley dirigía las operaciones de
terrorismo contra Cuba, bajo la cobertura de una firma llamada
Zenith Technological Enterprises.
Según el propio
David Corn, "sus oficiales creaban desde ahí empresas de
fachada —tiendas de barcos, turoperadores, inmobiliarias,
agencias de detectives— a fin de proveer servicios a la
"estación" y cobertura para sus empleados. Más de
un centenar de vehículos eran así alquilados a JM/Wave.
Almacenes de la
CIA escondían ahí armamentos de varios tipos y marcas, y
todo el material necesario, incluyendo ataúdes. Un personal
médico, sicólogos y hasta expertos del polígrafo eran
asignados a JM/Wave. Sus posesiones incluían docenas de
propiedades inmobiliarias, desde pequeños apartamentos hasta
verdaderos palacios, usados para actividades secretas. Sitios
operacionales se encontraban en toda la región; existían
campos de entrenamiento terrorista en varios cayos de la costa
y en las ciénagas de los Everglades; uno de éstos era
disfrazado de club privado de caza.
Como si no fuera
suficiente, la tropa terrorista de Shackley disponía,
además, siempre según su propio biógrafo, de varios aviones
y de una base naval, escondida en una lujosa propiedad de
Coral Gables, que proveía barcos de varios tamaños y lanchas
rápidas para realizar operaciones de infiltración de agentes
en las costas cubanas.
"Bajo sus
órdenes se encontraban miles de exiliados cubanos"
pagados por la CIA y que "él casi nunca
encontraba".
UN VERDADERO
CRIADERO DE ASESINOS
Basta con
identificar algunos personajes que Shackley crió en su finca
terrorista de Miami para darse cuenta de la categoría de
delincuentes, asesinos y narcotraficantes que alentó y
orientó.
Fue el Fantasma
Rubio quien reclutó a Félix Rodríguez, quien se entrenara
con Luis Posada Carriles, para ser luego seleccionado como
miembro de un equipo "especial de asesinato". En
1967, Rodríguez organizó en Bolivia las operaciones contra
el Che Guevara y presidió su ejecución, un hecho del cual
sigue glorificándose en su millonaria mansión de Miami. En
1970, el mismo Rodríguez trabajó de nuevo con el
"maestro" Shackley en Vietnam y en Laos antes de ser
enviado a la América Central al lado, de nuevo, de Posada,
prófugo de una cárcel en Venezuela, a donde lo había
llevado el criminal atentado contra un avión de Cubana.
También
Shackley tuvo como alumno en Miami a Chi Chi Quintero, futuro
comandante de los Contras; a Frank Sturgis y Rolando
Martínez, dos "plomeros" cubano-americanos del
escándalo del Watergate al lado de E. Howard Hunt, así como
muchsos otros "elementos" entre los más
sanguinarios de la Guerra Fría.
TORTURADOR Y
NARCOTRAFICANTE
Fue en Asia, a
partir de 1970, donde el personaje escribe algunas de las
páginas más asquerosas de su verdadera historia. Ahí, el
Fantasma Rubio dirigirá, desde la sede de la CIA en Saigón,
el programa genocida Phoenix, consagrado a la tortura y la
eliminación de patriotas vietnamitas, la empresa aérea
encubierta de la CIA, Air America, y el banco Nugan Hand,
especializado en lavado de dinero.
Simultáneamente
orientaba las millonarias operaciones de tráfico de heroína,
manejadas desde Laos por personajes tan poco recomendables
como el coronel Oliver North y Richard Secord.
La droga se
vendía, increíblemente, en dos mercados: el de la numerosa
tropa de los G.I.(General Infantry), adictos al potente
estupefaciente y en los propios Estados Unidos a través de
los Santos Traficante, padre e hijo, aquellos socios del ex
padrino mafioso de La Habana, Meyer Lansky.
En 1973,
Shackley dirige todas las operaciones de la CIA en América
Latina cuando el Gobierno democráticamente elegido de
Salvador Allende es aplastado por el sangriento golpe de
Estado del general fascista Augusto Pinochet.
Desde mayo de
1976 hasta diciembre de 1977, Shackley ocupó el puesto de
director adjunto de la CIA encargado de todas las operaciones
encubiertas a solicitud del nuevo director de la compañía,
nada menos que George Bush, el futuro presidente, y luego
bajo Stansfield Turner, quien lo eliminó en el marco de una
purga selectiva de los servicios secretos, ordenada por la
administración de Jimmy Carter.
Disgustado, Ted
Shackley se jubiló oficialmente de la CIA en 1979… para
crear una consultoría, Research Associates Internacional, que
se dedicó supuestamente a proveer "estrategia de
seguridad a ejecutivos de corporaciones", pero no cabe
duda que siguió realizando, siempre en la sombra, sus
actividades.
Ted Shackley
recibió en tres oportunidades la Distinguished Intelligence
Medal, máxima condecoración atribuida por la Agencia Central
de Inteligencia.
EN EL SITIO WEB
DE AIR AMERICA…
El Fantasma
Rubio murió el 9 de diciembre, víctima de un cáncer.
En las horas
siguientes a su muerte, en su residencia del 4907 Sangamore
Road, en la localidad de Bethesda, del estado de Maryland,
la memoria del "maestro" fue celebrada por el Miami
Herald en un artículo donde las más repugnantes
actividades de Shackley llegan a encontrar un carácter
patriótico y glorioso.
"Shackley
era, de cierta forma, el arquetipo del burócrata encubierto
de la Guerra Fría. Recibía órdenes de arriba —desarrollando
guerras secretas, desestabilizando gobiernos democráticamente
elegidos, comprometiendo a periodistas y opositores políticos
en el extranjero—, haciéndolas realidad", comentó
entonces Corn, su biógrafo, para el Herald.
"El no era
el cerebro de las operaciones clandestinas de los presidentes
y de la CIA, era su ejecutor… así que evitaba las preguntas
morales que acompañan tales acciones y encarnaba la
mentalidad "el fin justifica los medios", del establishment
nacional de seguridad".
El diario
también precisó que después de recibir los últimos
sacramentos, Shackley reclamó la presencia de un
representante de la funeraria, Joseph Gawler's Funeral Home,
para negociar el precio de sus servicios, precisando que
deseaba ser sepultado en West Palm Beach.
También se
recordaron de su viejo cómplice, los ex
"trabajadores" de Air America, en su sitio web donde
se recomendó con fervor asistir a los funerales del
"maestro" el 13 diciembre, en la iglesia de Little
Flower, en esa localidad vecina de Washington. Ahí se
precisó que la viuda del personaje, Hazel, solicitaba de los
ex colegas del difunto el envío de recortes de prensa a fin
de "confeccionar un álbum para sus nietos" y su
hija, Suzanne, residente en Pensacola, Florida.
¿CUANTOS
CADAVERES?
¿Cuántos
muertos, cuántos cadáveres habrá dejado Shackley sobre la
ruta que recorrió desde las aceras de Berlín hasta la selva
de Laos? Sólo en Cuba, en el curso de la Operación Mangosta,
las víctimas de sus cínicas decisiones, tomadas en su
siniestra barraca de JM/Wave, se pueden contar por miles. Peor
aún, en el caso de Vietnam, fuentes norteamericanas valoran
que la Operación Phoenix provocó la muerte de más de 70 000
personas, en su gran mayoría colaboradores y militantes del
patriótico Frente de Liberación Nacional. En Laos, los
hombres de Shackley pusieron fin a su tráfico con la tribu de
los Hmong masacrando a más de 20 000 indígenas.
Cuando Los Cinco
patriotas, actualmente detenidos en las cárceles del imperio
lucharon, a riesgo de sus vidas, para contrarrestar los planes
asesinos de la mafia de Miami, se enfrentaron con los
herederos de Ted Shackley, individuos movidos por aquella
misma mentalidad criminal según la cual "el fin
justifica los medios".
Mientras haya en
Miami Fantasmas Rubios, Cuba no tiene otro remedio que
protegerse de aquellos terroristas que nunca titubearon a la
hora de atacar por cualquier medio a la Revolución Cubana.
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