19
de Enero del 2004
Cuando la AP no cree en la AP
Lo transmitió un despacho de
la AP y lo publicó The New York Times el pasado 8 de enero.
Khaled Dumeisi fue detenido en Chicago acusado de ser un
agente del gobierno iraquí de Saddam Hussein, y de no haberse
registrado como tal ante las autoridades norteamericanas. Se
afirma que suministraba información a los servicios de
inteligencia de Bagdad sobre las actividades de los grupos de
exiliados iraquíes que conspiraban contra el gobierno de su
país
DAVID RECIO
Lo transmitió un despacho de
la AP y lo publicó The New York Times el pasado 8 de enero.
Khaled Dumeisi fue detenido en Chicago acusado de ser un
agente del gobierno iraquí de Saddam Hussein, y de no haberse
registrado como tal ante las autoridades norteamericanas. Se
afirma que suministraba información a los servicios de
inteligencia de Bagdad sobre las actividades de los grupos de
exiliados iraquíes que conspiraban contra el gobierno de su
país.
Quien redactó la noticia
hizo esta significativa precisión: "Él no es acusado de
espionaje, un delito que implica el robo de secretos de
defensa norteamericanos clasificados pero no espiar a
disidentes".
La frase entrecomillada es
una verdad elemental. La ley norteamericana es muy clara: solo
puede ser acusado como espía quien para perjudicar a la
seguridad nacional de Estados Unidos se apodere ilegalmente de
un secreto protegido o trate de hacerlo. Si no hay tal secreto
no hay espionaje.
Bien por la AP. Honor al
profesionalismo y la objetividad mostrada en este caso. Es
verdaderamente admirable esta conducta si se toma en cuenta
que se trata de alguien que se dice era un agente, nada más y
nada menos, que del régimen de Saddam Hussein, satanizado y
vilipendiado por más de 12 años y con el que Estados Unidos
estaba en guerra.
Pero no hay que hacerse
ilusiones. Un viejo refrán advierte que la alegría dura poco
en casa del pobre.
Gerardo Hernández, Ramón
Labañino, Antonio Guerrero, Fernando González y René
González, tampoco obtuvieron ni trataron de obtener ningún
secreto que afectase la seguridad de Estados Unidos. De eso ni
siquiera fueron acusados por la Fiscalía. Que no hubo ni
intento de espionaje atestiguaron ante el tribunal media
docena de altos oficiales norteamericanos. El Pentágono
declaró públicamente que la actividad de ellos en nada
afectó a la seguridad de Estados Unidos.
Sin embargo, cuando la
agencia norteamericana se ve obligada a mencionar a nuestros
cinco compatriotas nunca deja de atribuirles un supuesto
"espionaje" como acaba de hacer, el 14 de enero, su
corresponsal en La Habana.
Se puede comprender que el
gobierno de Estados Unidos y su aparato noticioso tengan
ecuanimidad suficiente para distinguir entre cometer espionaje
y defender de sus enemigos a Saddam Hussein. Es comprensible
también que en el caso de los Cinco las simpatías de ese
gobierno —y las de su aparato de noticias— hacia los
grupos terroristas anticubanos que ellos crearon y apoyaron,
releguen al olvido las leyes y la semántica. Aún así es
sorprendente que para la AP "espionaje" sea una cosa
el 8 de enero, y otra diferente el día 14.
¿Cambió acaso, en menos de
una semana, la definición de ese delito? ¿O es que la
corresponsal de la AP no cree en lo que dice la AP?
(Tomado de Cubadebate)
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