6 de enero de 2006
Solo nuestra lucha los traerá de vuelta
DEISY FRANCIS MEXIDOR
Francis_mexidor@granma.cip.cu
En
el 2005 parecía que se impondría la justicia para René González, Gerardo
Hernández, Ramón Labañino, Fernando González y Antonio Guerrero, los cinco
luchadores antiterroristas cubanos, prisioneros políticos en Estados Unidos,
tras conocerse en mayo de ese año la consideración del Grupo de Trabajo de
Detenciones Arbitrarias de Naciones Unidas, que concluyó que la prisión era
ilegal y arbitraria.
Dos meses después, el 9 de agosto, la opinión pública internacional recibió
con beneplácito los resultados de la apelación interpuesta ante la Corte del
Onceno Circuito de Atlanta, Georgia.
El panel de tres jueces que había escuchado los argumentos orales de la
Defensa el 10 de marzo del 2004 y tras tomarse todo el tiempo que estimaron
conveniente para analizar y valorar el cúmulo de evidencias presentadas, falló a
favor de la realización de un nuevo juicio fuera de Miami y revocó las cinco
sentencias, por considerar que el proceso carecía de las garantías legales y se
había efectuado en un lugar cuya hostilidad hacia Cuba es manifiesta.
Aparentemente, el sistema judicial le estaba diciendo al otro poder, al
ejecutivo, que había sido mal representado ante la Corte y ahí se fundieron los
dos —judicial y ejecutivo—, porque del gobierno federal, de la máxima instancia
de la Fiscalía, salió la solicitud, recurriendo a un recurso que para casos muy
excepcionales permite la ley, de que la decisión unánime de los tres letrados
fuera reanalizada por el pleno de los 12 jueces del Onceno Circuito.
CUESTIONES POR DECIDIR
Justo un año después, el 9 de agosto del 2006, el pleno revocó la decisión
anterior.
Como los tres jueces de Atlanta solo habían ofrecido su criterio sobre una
cuestión de forma, o sea, se concentraron en que Miami no es el lugar apropiado
para un juicio imparcial contra los Cinco, ahora tendrán que pronunciarse sobre
el resto de los aspectos, pues el caso ha regresado a sus manos para terminar de
discutir nueve temas que quedaron pendientes.
Durante
el 2006 se intensificaron las acciones de solidaridad con la causa de los Cinco.
Se han solicitado informes adicionales a ambas partes, tanto Defensa como
Fiscalía, y se han entregado. Los magistrados deberán decidir sobre los delitos
de conspiración contra los Estados Unidos, la conspiración para cometer
asesinato, y para obtener y trasladar información de seguridad na-cional, además
si los cubanos tenemos derecho a defendernos o no, y algunas cuestiones de
procedimiento.
Mientras hay cinco hombres que por combatir el terrorismo están encarcelados
en EE.UU., se les imponen presiones personales y familiares, se les impide en
unos casos y se les alargan las visitas en otros, y a ocho años del arresto el
sistema judicial de aquel país ha sido incapaz de responder si el juicio se hizo
en procedimiento o no.
Hasta que el panel de los tres magistrados y el pleno de la Corte no
resuelvan todos los asuntos pendientes el caso no podrá elevarse al otro escalón
del sistema judicial: la Corte Suprema, lo que determina que el proceso legal
sea incierto y extremadamente lento, con demasiadas interrogantes so-bre sus
resultados finales.
SOLIDARIDAD MULTIPLICADA
Si en diciembre del 2002 existían menos de 100 comités de solidaridad con los
Cinco, en diciembre del 2006 sumaban más de 290, diseminados a su vez en unos 90
países.
Tal incremento se ha producido en medio de la fuerte campaña desatada contra
la isla desde la Unión Europea, la falta de información en los medios de
comunicación masiva del imperio y los graves problemas que ha enfrentado la
humanidad a partir del 11 de septiembre del 2001.
Dos jornadas mundiales de solidaridad reclamaron este 2006 la liberación de
Ge-rardo, Ramón, René, Antonio y Fernando. La primera se realizó del 12 de
septiembre al 6 de octubre, coincidiendo con el octavo aniversario del
encarcelamiento y los 30 años del crimen terrorista perpetrado por Luis Posada
Carriles y Orlando Bosch contra un avión civil cubano en las costas de Barbados.
La segunda, del 12 al 27 de diciembre, a propósito del quinto aniversario de que
les fueran dictadas las injustas sentencias.
Durante las jornadas se realizaron masivas marchas en Washington y Madrid, se
enviaron cartas al Fiscal General de Estados Unidos, al Buró de Prisiones, a las
cárceles donde se encuentran, para exigir que se respeten los derechos de los
Cinco y de sus familiares; se publicaron libros; se promovió un concurso
internacional infantil, además se hicieron conversatorios y conciertos.
Igualmente, Premios Nobel, personalidades de los más diversos confines del
planeta, líderes religiosos de distintas denominaciones, grupos parlamentarios
de Europa y América Latina y los mecanismos de Derechos Humanos de las Naciones
Unidas, se pronunciaron a favor de esta causa.
Desde la creatividad de cada comité y de acuerdo a las condiciones de cada
país se ha desarrollado la solidaridad. "Alrededor de ellos, de su llama, de la
justicia que han imbuido, también muchos artistas se han inspirado", dijo Sergio
Corrieri, presidente del ICAP.
Aunque todavía estamos lejos de lo que aspiramos, las manifestaciones de
apoyo del 2006 son una muestra de que el conocimiento del caso se ha ido
incrementando, pero debe ampliarse y diversificarse más entre otros sectores,
especialmente dentro de Estados Unidos, cuyo pueblo ignora en su gran mayoría
quiénes son los Cinco y el porqué de su lucha.
Algunos se preguntan si los cambios en el escenario político en aquel país,
tras las elecciones legislativas del pasado 7 de noviembre, podrían variar el
curso de este alargado proceso. "La esperanza en liberarlos estará en nuestro
trabajo, en la batalla que no detengamos", subraya el abogado Roberto González,
hermano de René. |
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