Todos sabemos que Cuba está próxima a cumplir cincuenta años de
profundos cambios sociales y que tiene muchísimos años de sufrir un
injusto bloqueo económico. Este noble pueblo cubano ha sufrido
varias décadas de ataques terroristas dentro y fuera de su
territorio, muchos de ellos con la complicidad de fuerzas enemigas
de Cuba. Los cubanos han tenido una tenacidad que rebasa la
heroicidad y han seguido adelante su proceso de cambios a pesar de
las adversidades. Y es que Cuba, en medio de toda esa situación, es
solidaria con becas de estudios para jóvenes panameños que hoy día
estudian Medicina y otras carreras profesionales en aquel país. De
estos amigos hemos recibido apoyo técnico en otras actividades como
la agricultura y el deporte.
La nobleza del Gobierno y del pueblo de Cuba es una
característica que es reconocida por muchos en todas las latitudes.
Cuando, en mi calidad de Presidente del Grupo de Amistad
Interparlamentario Panamá-Cuba, me reuní con el Presidente de la
Asamblea Nacional, ingeniero Pedro Miguel González y le expresé la
idea de organizar este evento en Panamá no abrigó ninguna duda en
apoyarnos. Gracias a él distinguidos parlamentarios y parlamentarias
nos encontramos reunidos aquí en Panamá en la mañana de hoy.
En septiembre de 1998, cinco cubanos fueron arrestados en el Sur
de la Florida y mantenidos en celdas de aislamiento durante 17 meses
antes de que el caso fuera llevado a juicio. Es aquí, distinguidos
delegados, cuando se inicia el vía crucis de los denominados Cinco
cubanos.
El delito que se les adjudica a estos jóvenes cubanos es el de
conspiración que, en esencia, es la denominación bajo la que, en las
leyes de los Estados Unidos, se califican el espionaje y otros
delitos menores.
En el mes de diciembre del 2001, los cinco cubanos fueron
condenados por luchar contra el terrorismo sin evidencias claras y
sin pruebas realmente sólidas desde el punto de vista jurídico.
Además, este juicio se realizó en Miami, Florida, en donde la
hostilidad contra todo lo que se refiera a la isla de Cuba,
post-revolución, despierta una abierta hostilidad.
Las penas que se le imponen a estos patriotas cubanos suman 77
años de prisión y cuatro cadenas perpetuas, lo cual hasta en cifras
es una condena que, en cualquier parte del mundo, suena al oído como
algo DESCOMUNAL. Diversos parlamentos, de distintos lugares del
mundo, jefes de Estado, organizaciones religiosas, intelectuales,
sindicatos, entre otros, se han pronunciado en contra de semejante
fallo injusto y desproporcionado.
El Grupo de Trabajo de Detenciones Arbitrarias de la Comisión de
Derechos Humanos de las Naciones Unidas ha declarado ilegales las
detenciones de los Cinco.
El 9 de agosto del 2005, tres jueces del Undécimo Circuito de la
Corte de Atlanta anularon el juicio de Florida y ordenaron un nuevo
proceso.
Recientemente, el 4 de mayo del año en curso, el Tribunal Federal
del Undécimo Circuito de Apelaciones de Atlanta, Georgia, ratificó
las condenas de los Cinco jóvenes cubanos.
La ratificación de estas condenas lejos de descorazonarnos debe
ser un acicate para los aquí presentes, pues debemos reafirmar
nuestros esfuerzos a favor de la libertad de los Cinco.
Distinguidos delegados, esta situación injusta es uno de los ejes
centrales de este Encuentro Parlamentario Latinoamericano Caribeño
que tiene como escenario la ciudad de Panamá.
Les doy la más cordial bienvenida a este evento a todos los
presentes y espero que los trabajos que hoy se inician sean
fructíferos.
Ningún hijo de las entrañas de esta América de Martí, de Bolívar,
de Omar Torrijos puede guardar silencio ante la injusticia que
sufren estos Cinco Patriotas Cubanos.
Muchas gracias.