13 de enero de 2010Libertad para Los Cinco desde la cima del Aconcagua
BUENOS AIRES, 12 de enero
(PL).— Dos jóvenes alpinistas
argentinos desplegaron el 9 de enero dos estandartes en la cima del
Aconcagua, el llamado Techo de América, en demanda de libertad para
los
cinco patriotas cubanos encarcelados en Estados Unidos.
Santiago Vega, conductor radial y televisivo, y Alcides Bonavitta,
activista social, realizaron la proeza a la que se habían
comprometido para expresar de esa singular manera su repudio a la
injusticia cometida contra
Ramón Labañino,
Gerardo Hernández,
Antonio Guerrero,
Fernando González y
René González, presos desde 1998.
Desde Mendoza, donde ambos descansan y se alimentan adecuadamente
hoy para recuperar fuerzas y retornar a la ciudad de Neuquén, en la
Patagonia, donde viven, Vega relató a Prensa Latina pormenores de la
expedición, que integró también Aldo Bonavitta, como retaguardia
indispensable para esta riesgosa misión.
Recuerda que comenzó a sentirse mal con el ascenso, sufrió
deshidratación porque devolvía todo lo que tomaba, a tal punto que
su compañero se inquietó.
Antes de llegar al campamento Independencia, a seis mil 300
metros sobre el nivel del mar (msnm) Alcides me pregunta si nos
volvemos y yo ahí me acordaba de todo lo que significaba esta movida
de los Cinco, por la injusticia tan grande con nuestros hermanos
cubanos y yo creo que eso fue lo que me dio más fuerza para seguir,
afirma.
Al respecto subraya que ya había intentado antes dos veces y no
había podido llegar, pero esta vez pensó en el compromiso asumido
con la demanda de libertad para los Cinco y se dijo que no
desistiría, a pesar del principio de congelamiento en los dedos que
sufrieron ambos y la sensación de sueño por la altura, la falta de
dilatación y el cansancio.
De repente, continúa Vega, nos vimos a 20 metros de la cumbre (a
seis mil 959 metros sobre el nivel del mar) y enseguida ante la
vista tradicional hacia el sur desde el Techo de América,
maravillosa e indescriptible.
En ese momento sacaron de sus mochilas la bandera con el logotipo
creado por Gerardo Hernández, con la inscripción Patagonia
Argentina, y una tela blanca con grandes letras negras en la que se
lee, en español e inglés, OBAMA: LIBERA YA A LOS 5 HÉROES CUBANOS.
Bajo un increíblemente despejado cielo, colocaron esta pancarta
en el suelo y la calzaron con piedras, para que desde las alturas
hasta los pasajeros de los aviones comerciales que sobrevuelan el
sitio puedan leer el clamor de justicia para los antiterroristas
cubanos.
Todo ello estuvo antecedido de varias peripecias desde el 25 de
diciembre para llegar por sus propios medios hasta Mendoza desde
Neuquén -más de 800 kilómetros de carretera- y las gestiones de
avituallamiento y permisos para acceder al Parque Nacional Aconcagua,
iniciaron el metódico proceso de llevar las cargas de uno a otro
campamento.
Ese trasiego, un constante ascender y descender para poder
finalmente atacar la cumbre, comprendió pasar del campamento numero
uno, a unos cuatro mil 800 metros sobre el nivel del mar (msnm), al
número tres (Guanaco), más al norte, a unos cinco mil 300 msnm, con
el consiguiente porteo -subir equipos y enseres y volver a bajar
para el descanso.
De ahí, el día 7 pasaron a la cota Cólera (cinco mil 900 msnm)
con la intención de partir hacia la cima al día siguiente, pero un
mal tiempo recomendó esperar un poco y tras una noche más, a las
03:00 de la mañana del 9 atacaron el objetivo, que tomaron 10 horas
después.
Sin perder un segundo, cuenta Vega aún bajo la emoción,
extrajeron las banderas y desplegaron su mensaje de reclamo y
esperanza por el futuro de cinco jóvenes cubanos condenados a
injustas y desmesuradas penas por el único delito de luchar contra
el terrorismo que desde Estados Unidos se perpetra impunemente
contra su país. |