8 de
octubre
de 2011
Soltaron a René…, ahora libérenlo
FÉLIX LÓPEZ
Dicen que después de besar a sus dos hijas, de abrazarse a su
padre y a su hermano, René (así no más), tuvo que conformarse con un
beso telefónico a su amada...
Olga, obligada a perderse el momento más esperado de su vida, contó
emocionada que del otro lado de la línea amanecía la voz de su
esposo, siguiendo a Silvio Rodríguez en la antológica letra de
El Mayor... Así celebró René su salida de la
prisión de Marianna, al norte del estado de la Florida y en la
frontera con Atlanta...
Y después de respirar el aire de la calle, lo primero que hizo fue
pensar en sus cuatro hermanos prisioneros.
Salir de aquella cárcel lejana y escuchar a Silvio es un acto más
que simbólico. Es como sentir la compañía apretujada, en un mismo
auto, de millones de cubanos. Es como recibir el abrazo inmenso de
los que comprobaron, gracias al estoicismo de los Cinco, que "el
hombre se hizo siempre de todo material" ...
René y sus cuatro hermanos, hechos de uno muy singular: aleación de
cubanía y valor, de sensibilidad y coraje, de humanismo y acero,
porque de todo eso se necesita para enfrentar a otros hombres —los
que los llevaron al injusto encierro—, hechos de odio y maldad, de
crueldad y cobardía, de interés y sucia política.
"Mortales ingredientes" también armaron a estos Cinco hombres,
que un día dejaron de ser personas comunes y se convirtieron en
renombrados Héroes. ¿Qué estadounidense podría imaginar hace 13 años
que detrás de cada uno de los cinco jóvenes condenados injustamente
existía un luchador de corazón contra el terrorismo? ¿Cuántos
pudieron advertir que tras la feroz campaña mediática que los
demonizó estaba la mano de los enemigos jurados de la Revolución
cubana? ¿Quiénes seguirán haciendo oídos sordos al clamor mundial,
que trasciende el legítimo reclamo de esta Isla, para que el
gobierno de los Estados Unidos corrija su injusticia?
Como dice Silvio en esa primera canción de René, al traspasar la
reja hacia la luz, "toda época fue pieza/
de un rompecabezas/ para subir la cuesta/ del gran reino animal"...
A esta historia le
están faltando cinco piezas. La primera tiene que ver con esa
necesidad humana de este instante: ya soltaron a René, ahora
libérenlo del entorno mafioso y terrorista que habita en la Florida.
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