Tras ocho años separados, René González y su hija Ivette
pudieron al fin reunirse en la cárcel estadounidense de
Marianna, Florida, el 30 de diciembre del 2006, según
declaraciones de la familia del Héroe prisionero político del
imperio brindadas en el espacio de la Mesa Redonda
Informativa.
La niña acudió a verle acompañada de su hermana Irma ante
la criminal y ensañada decisión de impedir la presencia de la
madre y esposa, derecho que le asiste a cualquier preso en el
mundo. Fue la primera vez que no medió una línea telefónica,
desde que fueron abrupta e injustamente separados cuando la
pequeña tenía apenas cuatro meses de nacida.
Durante años, la familia ha querido tener la oportunidad de
reunirse completa, mas no lo ha logrado. Los psicólogos
aconsejaban que en el encuentro de Ivette con René estuviera
presente la madre, pero llegó el momento en que ya era
necesario el reencuentro del papá con la hija.
Él le había pedido a Irma, que como el gobierno
estadounidense impedía a su mamá visitarlo, fuera ella
entonces quien llevara a Ivette. En cuanto mi papá salió, ella
lo reconoció, dijo la hermana mayor. Le noté las lágrimas, y
me sentí contenta porque lo vi más feliz.
Ivette contó que lo besó y hablaron, pero hubiera querido
tener allí también a su mamá. Sin embargo, asegura la hermana,
quien lo ha visto en varias ocasiones, que le provocó más
urgencia de verlo libre.
Cada visita se hace más difícil. Es otra presión para
luchar por su regreso, añadió.
Entretanto, Olga Salanueva declaró que a ella incluso la
borraron de la lista de visitantes. Le niegan el derecho a
entrar a Estados Unidos, cuando solo desea ver a su esposo. "Ivette
va a cumplir 9 años, y no tenemos ni una foto familiar. ¿Hasta
cuándo tendremos que esperar por una foto de un abrazo los
cuatro juntos?"