2
de Mayo del 2003
La adorada Ivette
Cinco cubanos son víctimas de un proceso
evidentemente político, caracterizado por toda clase de violaciones
que evidencian la complicidad entre el aparato judicial y la mafia
terrorista anticubana radicada en Miami. En el tenebroso plan sufren
muchas personas, entre ellas una criatura de sólo cuatro años
TERESITA JORGE
Servicio especial de la AIN
Ivette es la más inocente víctima
del drama que tiene en el vórtice a su padre, René González, y a
otros cuatro cubanos: Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Fernando
González y Antonio Guerrero, presos en cárceles norteamericanas
por prevenir acciones terroristas contra Cuba y el propio pueblo de
Estados Unidos.
OLGA
SALANUEVA E IVETTE GONZÁLEZ, LA ESPOSA Y LA PEQUEÑA HIJA DE RENÉ.
Este tres de mayo se cumplen cuatro
años de la visita realizada por la pequeña a su progenitor, quien
esposado, encadenado a la silla y bajo la vigilancia de dos agentes
del Buró Federal de Investigaciones (FBI), no pudo darle un
anhelado beso.
A la esposa, Olga Salanueva, y a la
niña les ha sido negado, desde entonces, visitar a René en la
cárcel.
Ivette no tiene conciencia de lo que
acontece con el hombre que solía dormirla entre sus brazos, ni por
qué —cuando ella apenas tenía cuatro meses de nacida— fue
arrancado de su lado una madrugada por agentes del FBI que
irrumpieron brutalmente en el domicilio familiar de Miami.
René González Sehwerert, detenido
el 12 de septiembre de 1998 junto a los otro cuatro jóvenes
cubanos, resultó condenado a 15 años de prisión, pena máxima que
se solicitaba por los cargos de conspiración para cometer delito
contra Estados Unidos y agente extranjero no declarado.
Los Cinco negaron haber atentado
contra la seguridad nacional de ese país y sustentaron que el
objetivo de su estancia allí era combatir el terrorismo que desde
hace más de 40 años se lleva a cabo contra la Mayor de las
Antillas, alentado por las administraciones norteamericanas.
En el juicio, nunca la fiscalía pudo
demostrar que ellos significaran un peligro para el pueblo
norteamericano, e incluso así lo testificaron ante el tribunal
varios oficiales de alto rango.
En franca violación de los derechos
humanos, fueron burladas la VIII Enmienda estadounidense, normas de
las Naciones Unidas sobre el tratamiento de los presos, y las
propias regulaciones carcelarias norteamericanas al mantenerlos
durante más de 17 meses en confinamiento solitario, sin contacto
alguno con familiares ni abogados.
Fueron los días en que Olga
Salanueva caminaba por la acera de enfrente del edificio del penal
donde se encontraba encerrado René, con la esperanza de que alguna
vez, desde la altura de 12 pisos, el padre pudiera distinguir apenas
el color del pelo de su pequeña hija.
Los carceleros, aleccionados por
autoridades superiores, alegaban que el detenido no podía
entrevistarse con la niña por "razones de seguridad".
Nosotros nos parábamos en la acera y
él con su uniforme anaranjado nos hacía señas para que
pudiéramos saber que nos estaba mirando, evoca Irma, la hija mayor.
Recuerdo que la primera visita que mi
hermanita y yo pudimos hacerle se efectuó en una pequeña
habitación de la cárcel, rodeados de agentes del FBI y mi padre
sentado y esposado a una silla, relata.
A René González, nacido en Chicago,
hijo de padres cubanos, se le prohíbe ver a su niña de cuatro
años, norteamericana por nacimiento. Con esta separación se viola
en especial la Declaración de Derechos del Niño de la
Organización de Naciones Unidas.
En carta a su adorada Ivette, él le
dice que la felicidad y el amor son el mejor antídoto contra el
odio, y que cuando vuelvan a estar juntos prodigará sin medidas
ambas cosas.
"Y serás para nosotros
nuevamente ese lucerito, manantial de alegría, que la víspera de
mi arresto se durmiera plácida y satisfecha, junto a mi corazón,
sobre mi pecho", añade.
El drama familiar continúa. En
tanto, la pequeña Ivette comienza a tejer sus sueños ante el
retrato de un padre al cual apenas conoce, preso por defender a la
Patria de las acciones terroristas organizadas por la mafia
contrarrevolucionaria de Miami.
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