Amigos que nos apoyan y nos alientan.
Se cumplen 8 años de nuestro injusto y cruel
encarcelamiento.
Ni los castigos más perversos ni las decisiones más
inmorales contra nosotros han podido ni podrán mellar nuestra
firmeza y nuestra integridad.
Hace 8 años éramos los cinco, prácticamente solos,
en las condiciones más inhumanas posibles, enfrentando todo tipo de
presiones para doblegarnos y preparándonos para defendernos.
Claro, sabíamos que nuestro pueblo y muchos amigos
cuando supieran sobre nuestra situación y nuestra batalla por la
justicia y la libertad nos apoyarían. Hoy todo es bien distinto. Les
digo con total convicción que aquel "juicio" lo ganamos, por muchas
razones, pero sobre todo por denunciar y revelar el terrorismo
contra Cuba allí donde ha tenido impune madriguera la ciudad de
Miami y con ello demostramos el doble rasero del Imperio en su
llamada "guerra contra el terrorismo". Luego, ganamos también en la
apelación con la decisión honesta, valiente y justa de los 3 jueces
del panel que pidió un nuevo juicio, aquel 9 de agosto de 2005.
Todo lo que pasó al final solo explica cuán grande
puede ser la arbitrariedad y el odio contra Cuba.
Nuestra inocencia y razón fueron demostradas por la
opinión de un Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas que sin
prejuicios ni presiones concluyó que es totalmente arbitraria
nuestra detención.
Pero la muestra más contundente de que contra
nosotros se ha cometido una monstruosa injusticia es la indetenible
solidaridad que nos apoya y exige nuestra libertad, solidaridad a la
que no dejan de sumarse hombres y mujeres del mundo que perplejos e
indignados escuchan la historia de estos 8 años de nuestro encierro
y deciden sumarse al reclamo de su justicia.
¡GRACIAS POS RU INCONDICIONAL AMISTAD Y APOYO!
No digo nada más, solo acompaño estas líneas con
unos versos que tienen la voz de los cinco.
Un fuerte abrazo de Ramón, Gerardo, Fernando, René y
mío.
¡VENCEREMOS!
Antonio Guerrero Rodríguez
3 de septiembre de 2006
USP. Florence, Colorado
RAZÓN Y PRIMAVERA
Como es tan cruel este encierro
a ti, hermano, te digo: ¡UNÁMONOS!
Dame tu mano y aquella otra mano.
Vamos a luchar y crear.
Vamos a crecer y vencer.
Como puede ser largo este cautiverio
a ti, amada, te pido: ¡ESPÉRAME!
con tu pasión y tu paciencia,
con tu candor y tu fragancia
que te hacen ser cada vez flor
y más flor en la tormenta.
Seamos como la estrella
que resistió viajes oscuros
y tempestades de ásperas piedras.
Hoy, más que nunca, necesitamos estar unidos
no solo para juntar el grano vivo
no solo para cantar a la esperanza
hoy son imprescindibles nuestras manos
para desbaratar toda injusticia
y para construir la nueva hoguera
que una vez más demuestre
a la vileza y al encierro cruel
lo infinito
de nuestra razón y de la primavera.