5
de julio del 2008
“Yo
soy el niño de la foto”
El
sábado 5 de noviembre de 1988, en el estelar espacio que
Granma reservaba para materiales de género con amplio
interés social (Presencia 4 y 5), apareció una entrevista
que rápidamente acaparó la atención de los lectores. Por su
trascendencia, reproducimos el contenido de aquel magnífico
trabajo cuyo autor es el hoy Héroe de la República de Cuba,
Gerardo Hernández Nordelo
Por
Gerardo Hernández Nordelo Foto: ISMAEL GONZÁLEZ
Innumerables intentos, durante los años que
llevo visitando el hogar de Norte 174 en "El Alkázar",
Arroyo Naranjo, no habían sido suficientes para diluir la
férrea modestia de los integrantes de la familia De la O-Levy,
quienes allí residen. Con toda intención, mi última visita
se produjo en la tarde del pasado 8 de octubre, fecha en que
se conmemoró el aniversario 21 de la caída del Guerrillero
Heroico Ernesto Che Guevara.
“Una
de las veces que estuvo en la casa, a principios de 1960,
pasó largo rato con nuestro hijo de meses cargado.”
—"Pasa y siéntate ... "
—me dijeron con la hospitalidad que los caracteriza. Apenas
obedecí, y una vez más quedó ante mis ojos la inolvidable
imagen del Che, desbordante de ternura, sosteniendo en sus
brazos a un niño que retoza con sus barbas. —"¿Hablamos de
la foto?". Fue mi única pregunta. Esta vez la respuesta
sería afirmativa.
Bienvenida Levy Cordoví es la vicepresidenta
de su CDR y ha ocupado diferentes responsabilidades en la
FMC. Persona de poco hablar y de carácter enérgico, accede a
contarme la historia de la foto que durante tanto tiempo ha
llamado la atención de todo aquel que visita su casa. Para
ello, me habla de los años vividos junto a su compañero, el
doctor Vicente de la O Gutiérrez, quien falleciera hace
apenas unos meses.
Para
el bebé de entonces, el hoy ingeniero y militante de la UJC,
Ángel Ernesto de la O, esa foto llena de ternura ha sido,
además de un orgullo y honor, un compromiso constante para
ser cada día más modesto y más revolucionario.
—"Mi esposo —dice Bienvenida— fue médico
guerrillero y participó en la Invasión con la Columna 8
‘Ciro Redondo’, bajo el mando del Che. En la Sierra obtuvo
los grados de Capitán, y posteriormente fue ascendido a
Comandante. Al triunfar la Revolución lo envían como
director al hospital de Topes de Collantes, y viviendo cerca
de allí, el Che nos visitó en varias oportunidades. Era un
gran hombre...
"
Su voz se torna entrecortada. Hace una pausa
y continúa:
—"No me gusta hablar del Che, porque todo lo
bueno que se diga siempre resulta poco. Una de las veces que
estuvo en la casa, a principios de 1960, pasó largo rato con
nuestro hijo de meses cargado, porque a él le gustaban mucho
los niños. Entonces, un fotógrafo que estaba allí aprovechó
la oportunidad ..."
SÍ, YO SOY EL NIÑO DE LA FOTO
Han pasado 28 años, y el niño de aquella
fotografía lleva con orgullo en su identidad el nombre del
Che, y en el corazón, sus ideas. Ángel Ernesto de la O Levy
es ingeniero eléctrico, militante de la UJC, y posee la
medalla de Combatiente Internacionalista, recibida tras
cumplir misión en la hermana República Popular de Angola.
Este joven, ejemplar en su colectivo, labora
como especialista en el área energética del Poder Popular
Provincial de La Habana; gusta de la pesca y el ajedrez como
entretenimientos, y su vida la comparte con Irma, su
compañera.
— "Sí, yo soy el niño de la foto... —me
responde, mientras Bienvenida va en busca de la original,
pues lo que cuelga en la pared es una copia ampliada por un
pintor amigo—... No acostumbro a hablar de eso, pues mi
padre siempre me enseñó que el hecho de aparecer en la
fotografía junto al Che, más que un orgullo y un honor,
debía representar para mí un compromiso de ser cada día más
modesto, más sencillo y más revolucionario, como lo era el
Che."
UN BEBÉ QUE JUEGA CON LAS BARBAS DEL CHE
Tengo en mis manos la fotografía original.
El tiempo ha actuado sobre ella, pero aún pueden leerse en
un extremo los versos escritos en aquel entonces por el
padre, interpretando el sentir de su pequeño hijo. Ángel
Ernesto ha hecho silencio y es ahora Vicentico, su hermano
menor, ingeniero como él, quien continúa:
—"La foto es poco conocida, creo que
inédita. Una parecida se publicó una vez en la revista
‘Muchacha’, pero no era exactamente esta, aunque fue tomada
en el mismo instante. Casi nadie sabe quién es el niño. Un
vecino nos dijo una vez que la había visto, ampliada, en la
recepción de una empresa, y que los trabajadores pensaban
que era uno de los hijos del Che; entonces él aclaró que no,
que era mi hermano."
Nuestra conversación llega a su fin y existe
una certeza unánime: cualquier niño cubano pudo haber sido,
o mejor aún, cualquier niño del mundo pudo ser; pues todos
en brazos del Che habrían podido decir lo que expresó en sus
versos el padre combatiente, el Comandante De la O:
"... Juegas conmigo
honestamente por mí,
y yo halo tus barbas
porque sabes que luchaste
porque sé que ellas crecieron
para mi felicidad." |
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