Su Señoría:
Me
uno a mis compañeros que me han antecedido en el reconocimiento y
agradecimiento a la profesionalidad del señor Richard, de las
traductoras que tan eficientemente han trabajado y de los U. S.
Marshalls.
Me uno también a lo expresado aquí por cada uno de mis hermanos
en sus audiencias de sentencia. Me siento honrado de contar con la
amistad de esos compañeros y hermanos que con tanto valor y dignidad
recibieron sus injustas sentencias.
También quiero agradecer el profesionalismo de los abogados que
nos representan a los cinco y especialmente a Joaquín Méndez y la
oficina del defensor público del Distrito Sur de la Florida.
Si
para mí no estuviera bien claro que el fanatismo, el odio y la
irracionalidad contra Cuba se generan y estimulan solo por un
segmento minoritario de la comunidad cubanoamericana residente en
esta localidad, no hubiera aceptado ser representado por un miembro
de esa comunidad. Su profesionalismo en este caso es una muestra de
que, contrario a lo que quieren hacer ver quienes controlan los
medios de comunicación hispanos con su estridencia anticubana, la
mayoría de la comunidad cubanoamericana en la Florida tiene una
actitud racional hacia su país de origen aun cuando tengan opiniones
contrarias al gobierno de Cuba.
Eso lo demuestra también el hecho de que cientos de miles de
cubanoamericanos viajan todos los años a Cuba y envían dinero a sus
familiares.
Quienes crean que la radio cubana de Miami y las organizaciones
extremistas cubanas en esta localidad representan la forma de pensar
de la mayoría de los cubanoamericanos residentes en esta ciudad,
están cayendo precisamente en la trampa que ha tendido ese sector
extremista y minoritario, pero económicamente poderoso, para
presentar una imagen de unidad y representatividad de los
sentimientos de cientos de miles de cubanos que viven aquí, cuando
esa no es la realidad.
Su Señoría:
Yo pensé que la Fiscalía vendría hoy a esta Sala a solicitar para
mí una sentencia de un año de probatoria. Después de todo, eso fue
lo que esta misma Fiscalía le ofreció al señor Frómeta cuando éste
le compró a un Agente encubierto del gobierno un misil Stinger,
explosivo C-4, granadas y otros armamentos. No importa que el señor
Frómeta le hubiera confesado al propio Agente encubierto sus
intenciones terroristas y el uso asesino e inescrupuloso que haría
de esos materiales.
Después recapacité y me di cuenta de que esperar ese mismo
tratamiento por parte de la Fiscalía hacia mí era algo ilusorio,
pues yo soy cubano de allá, de la isla, y eso implica que al
acusarme entran a jugar consideraciones como la ignorancia de lo que
es Cuba realmente, el odio y la irracionalidad contra mi país,
estimulados por un sector extremista que controla lo que se dice
aquí sobre Cuba y se encarga de silenciar cualquier otra opinión más
racional.
Mientras estábamos celebrando nuestro juicio en esta Sala,
falleció en Miami Esteban Ventura Novo, y lo menciono porque creo
que encierra un símbolo.
Esteban Ventura Novo fue uno de los jefes de la policía del
dictador Fulgencio Batista en Cuba antes del triunfo de la
Revolución y fue responsable de la tortura, el asesinato y de-saparición
de decenas de jóvenes en la capital cubana. Todo eso sucedía con la
anuencia y el apoyo del gobierno de Estados Unidos, entonces
encabezado por Eisenhower.
Cuando el gobierno revolucionario tomó el poder en Cuba, Ventura
Novo y otros como él, responsables de crímenes contra el pueblo
cubano, fueron recibidos y cobijados por el gobierno de este país.
Muchos de ellos fueron usados, con la asesoría, dirección y
financiamiento de las agencias de inteligencia norteamericanas, en
su guerra sucia contra un gobierno que evidentemente contaba y
cuenta con el apoyo de su pueblo.
Se iniciaba así una historia de agresiones a Cuba en todas las
esferas de la vida económica y social del país. Una historia en la
que a la guerra económica, la agresión biológica, la guerra
psicológica a través de la propaganda y las amenazas de agresión
militar, se unen el terrorismo, el sabotaje, las acciones
paramilitares y los intentos de asesinato de los líderes políticos
de la Revolución, originados casi todos desde el sur de la Florida.
La Fiscalía dirá que eso es propaganda y paranoia de Cuba. Yo me
pregunto si tendrían vergüenza para ir a Cuba a decirles eso a las
madres, esposas e hijos que han perdido a sus familiares víctimas de
esas agresiones. Tales manifestaciones de la Fiscalía demuestran su
falta de sensibilidad humana y su incapacidad para ponerse en la
posición de la otra parte.
Mediante la organización directa por parte de agencias del
gobierno norteamericano, el apoyo de estas a los grupos extremistas
que las ejecutan, o simplemente dejándoles hacer sin una verdadera
persecución o el trato benevolente cuando alguien ha sido apresado,
las actividades de los grupos terroristas y paramilitares de origen
cubano radicados en el sur de la Florida han sido usadas como
instrumentos de la política exterior de este país hacia Cuba.
Los grupos terroristas de la extrema derecha cubana de Miami
fueron creados, entrenados y financiados por la CIA. Para el pueblo
cubano eso siempre ha estado bien claro. Si alguna duda quedara a
los presentes en esta Sala, ahí están los documentos desclasificados
por el propio gobierno de los Estados Unidos en 1997 y 1998, en los
que se reflejan las decisiones tomadas por altos dirigentes de este
país.
Uno de esos documentos se refiere a una reunión en la que
participaron funcionarios de alto nivel encabezados por el entonces
vicepresidente Richard Nixon y en la que se aprobó el llamado "Plan
de acción encubierta contra el régimen de Castro". En un memorándum
sobre dicha reunión, uno de los participantes en la misma, el
General Goodpaster comenta: "El Presidente dijo que él no conocía
plan mejor para manejar esta situación. El gran problema es la
filtración y la falla de seguridad. Todo el mundo tiene que estar
dispuesto a jurar que él (Eisenhower) no sabe nada de esto (...)
dijo que nuestras manos no deben aparecer en nada de lo que se
haga".
Yo me pregunto: ¿Qué podemos esperar dentro de 30 ó 40 años
cuando se decida desclasificar documentos sobre lo que ocurre hoy?
La mayor parte de los cubanoamericanos que hoy, 40 años más
tarde, se mantienen activos en su accionar terrorista contra Cuba,
son bien conocidos por los organismos de seguridad de los Estados
Unidos porque a ellos pertenecieron y de ellos aprendieron el manejo
de los medios técnicos y los métodos de trabajo.
Sus vínculos con los fundamentalistas de la extrema derecha de la
política norteamericana los ha llevado a aparecer vinculados a los
episodios más oscuros de la historia reciente de este país: el
asesinato del presidente Kennedy, el escándalo Watergate, el
asesinato de Orlando Letelier y Ronni Moffit y el suministro
clandestino de armas a la contra nicaragüense, en violación de las
leyes aprobadas por el Congreso. Su actuación siempre ha ido en
contra de los intereses del pueblo de Estados Unidos.
Quizás la complicidad y lealtad a ese sector político de esta
sociedad es la que les garantiza la impunidad en sus acciones contra
Cuba, brindándoseles la seguridad de que sus actividades serán
pasadas por alto por las autoridades e incluso de que se ejercerán
presiones políticas en su favor en caso de ser apresados. Los hechos
demuestran que así ha sido.
Ahí están los casos de Luis Posada Carriles y Orlando Bosh, ambos
con un amplio historial de vínculos con la CIA, quienes fueron los
autores intelectuales de la voladura de un avión comercial cubano en
pleno vuelo el 6 de octubre de 1976, hecho en el que murieron 73
personas inocentes.
Orlando Bosh vive libremente en esta comunidad gracias al "Parole"
otorgado por el expresidente George Bush a pesar de ser considerado
un peligro y un connotado terrorista por las propias autoridades del
Departamento de Justicia de este país.
Un papel importante en la concesión del "Parole" presidencial a
Orlando Bosh lo jugaron las presiones y recomendaciones de la
representante Republicana por la Florida Ileana Ros-Lehtinen. Es,
por tanto, defensora y protectora de terroristas.
Las evidencias presentadas por la Defensa, documentos sobre los
cuales tenía conocimiento el FBI, como vimos en el juicio,
demuestran que Orlando Bosh continúa conspirando desde Miami para
cometer actos terroristas contra Cuba. Nadie ha ido a arrestarlo.
El pasado 22 de agosto se publicó en The Miami Herald un anuncio
a página completa en el que un llamado "Foro Patriótico Cubano"
establece entre sus principios que reconocen y apoyan el uso de
cualquier método en la lucha contra Cuba. Uno de los firmantes de
esa declaración es Orlando Bosh. Con tal impunidad actúa.
El caso de Posada Carriles es aún más bochornoso. Fugado de una
cárcel de Venezuela en la que se encontraba por su participación en
la voladura del avión comercial cubano en el que murieron 73 civiles
inocentes, aparece en Centroamérica con un nombre falso bajo las
órdenes del Teniente Coronel Oliver North, funcionario del Consejo
de Seguridad de la Administración del presidente Reagan, involucrado
en una actividad ilegal, el llamado Irán-Contras, investigado
posteriormente por un Fiscal Especial.
Todo eso está documentado y lo conocen los Servicios de Seguridad
de Estados Unidos. Como conocen también que fue la FNCA la que
financió y organizó la fuga de Posada Carriles de la cárcel de
Venezuela.
Hoy, Luis Posada Carriles y otros tres cubanoamericanos
residentes en Miami, todos con una larga historia de participación
en acciones terroristas contra Cuba y también en territorio de
Estados Unidos, se encuentran detenidos en Panamá por participar en
una conspiración que se proponía volar en pedazos con explosivo C-4
el Paraninfo Universitario de la capital de ese país en el que Fidel
Castro estaría reunido con miles de estudiantes panameños.
Desde Miami se apoya a estos terroristas que están en la prisión
en Panamá, se recauda dinero en colectas públicas para su defensa y
para eso se utilizan las emisoras radiales cubanas, se ejercen
presiones a las autoridades panameñas y se coordina la defensa legal
de los terroristas mientras se crean condiciones para una eventual
fuga de los acusados. Demás está decir que aquí en la radio y la
prensa controlada por los cubanos de la extrema derecha se les
considera patriotas y no vulgares terroristas, que es lo que
realmente son.
Todo esto sucede ante los ojos de las autoridades de este país.
Pudiera hacerse un recuento extenso de las actividades
terroristas y paramilitares e intentos de asesinato de dirigentes
políticos cubanos organizadas desde el sur de la Florida. Sobre los
últimos la Comisión Church del Senado norteamericano documentó en
1975 una lista parcial de aquellos en los que la CIA participó
directamente, incluso auxiliándose de elementos del crimen
organizado. Tal es la falta de ética.
¿Qué opción le queda al pueblo de Cuba para defender su soberanía
y su seguridad?
Todos aquí en esta Sala estamos familiarizados con el concepto de
"causa probable" utilizado, entre otras cosas, para autorizar el
empleo de medios y métodos de investigación criminal, realizar
registros, arrestos, etcétera. ¿Quién en el gobierno de Estados
Unidos puede decir aquí en esta Sala que en estos últimos 42 años no
ha existido "causa probable" para justificar y avalar jurídicamente
la investigación de las acciones que se originan o financian desde
el sur de la Florida contra Cuba?
Durante nuestro juicio la Fiscalía, en un alarde de hipocresía,
amenazó con aplicar la Ley R.I.C.O. a testigos de la Defensa si
testificaban en esta Sala. Todo con el objetivo de evitar que
salieran a la luz las actividades terroristas en las que esos
señores habían participado.
La Ley R.I.C.O., aprobada por el Congreso principalmente para
combatir el crimen organizado, lleva más de 20 años en vigor. Nunca
se ha aplicado a ningún grupo de terroristas aquí en Miami a pesar
de que el gobierno tiene la información necesaria para hacerlo.
Ahí tienen un ejemplo de que sí hay leyes que permiten el
procesamiento criminal de esas personas y esos grupos.
Lo que sucede es que, cuando menos, no ha existido la voluntad
política de hacerlo. Si esa voluntad política existiera, muchas de
las organizaciones terroristas que hoy tienen sus oficinas
públicamente en Miami hubieran tenido que ser cerradas y sus
miembros apresados.
De una forma resumida esa es la realidad a la que el pueblo
cubano ha tenido que enfrentarse y con la cual ha tenido que
convivir durante más de cuarenta años. El pueblo cubano tiene
derecho a defenderse porque hasta ahora el gobierno norteamericano,
que es el encargado de hacer cumplir las leyes de este país y de
aprobarlas si es necesario para combatir los actos criminales, ha
hecho muy poco o nada para detener las actividades contra Cuba.
Es en ese contexto en el que llegamos a la década del 90. Cuba
atraviesa por la situación económica más crítica de los últimos 40
años, debido fundamentalmente a factores externos.
Los grupos terroristas radicados en Miami y aliados a la extrema
derecha política de los Estados Unidos interpretaron que era la hora
de dar el puntillazo final al Gobierno Revolucionario de Cuba y se
intensifican las acciones políticas por un lado y las actividades
terroristas por el otro.
La FNCA constituía la organización más influyente de la comunidad
cubana por los recursos económicos de que disponía y la influencia
que ejercía sobre políticos clave en la estructura del gobierno de
los Estados Unidos.
Su estrategia consistió en hacer aprobar medidas en el Congreso
que pretendían asfixiar económicamente al pueblo cubano con la falsa
esperanza de que este se levantaría contra el Gobierno
Revolucionario, a la vez que organizaba y financiaba desde Miami una
ola de atentados terroristas en Cuba con el objetivo de dañar la
economía ya en proceso de recuperación.
Esa ola terrorista contra instalaciones turísticas en Cuba fue
financiada y organizada por la FNCA. El terrorista principal, Luis
Posada Carriles, reconoció al periódico The New York Times su
responsabilidad en la autoría de esos atentados y el financiamiento
de los mismos con dinero proveniente de esa organización. En los
artículos publicados por ese periódico los días 12 y 13 de julio de
1998, Posada Carriles tácitamente admite que él funcionaba como el
brazo armado de la FNCA.
En esa misma entrevista explica que las autoridades
norteamericanas no han hecho ningún esfuerzo por interrogarlo sobre
los atentados terroristas contra hoteles en Cuba y atribuye esa
falta de acción a su larga relación con ellas. Sus palabras fueron:
"As you can see (...) The FBI and The CIA, don’t bother me, and
I’m neutral with them. Whenever I can help them, I do."
En los días siguintes la conocida prensa anticubana de Miami se
encargaría de borrar de la memoria de la comunidad las declaraciones
y graves afirmaciones que había publicado el New York Times,
haciéndolas desaparecer de los medios de comunicación locales con
algo que es una obsesión de esta comunidad: una supuesta enfermedad
del Presidente Fidel Castro. No importa que la historia fuera una
farsa y se desinflara en unos pocos días. Jugó su papel de hacer que
la gente común se olvidara de lo que había publicado el New York
Times y las repercusiones que tenían las declaraciones hechas a
ese periódico por Posada Carriles.
Los que no debían haber olvidado fueron el FBI y otras
autoridades norteamericanas, pues los artículos mencionados fueron
publicados los días 12 y 13 de julio. Exactamente 26 días antes de
la publicación de esos artículos, en La Habana, una delegación
oficial norteamericana, que incluía a miembros del FBI; recibió una
amplia información y se les suministraron filmaciones y grabaciones
que contenían evidencias de la participación de la FNCA y altos
directivos de la misma en la organización y financiamiento de actos
terroristas contra Cuba. Muchos de esos materiales constituyeron
pruebas de la Defensa en este caso.
Todavía Cuba está esperando, pasados más de tres años, por la
acción del FBI para detener a algunas de las personas involucradas.
El 26 de octubre de 1990 el señor Ángel Berlingueri, entonces
Agente Especial del FBI en la oficina de Miami, compareció en el
programa radial Mesa Redonda, que se transmite por la emisora WAQI
Radio Mambí. Casualmente este Agente participó ocho años más tarde
en mi arresto y testificaría posteriormente en esta Sala.
Su comparecencia tiene lugar en la misma emisora radial, con el
mismo locutor o entrevistador y en la programación que usualmente se
utiliza para recaudar fondos para las actividades contra Cuba, para
la defensa de terroristas y como medio de propaganda anticubana y
actividad política caracterizada por el fanatismo.
Allí fue donde compareció este Agente Especial del FBI.
Llama la atención que en sus palabras y explicaciones al público
sobre las supuestas actividades de agentes al servicio del Gobierno
cubano en el sur de la Florida, no se menciona nada que tenga que
ver con la seguridad nacional de los Estados Unidos, sin embargo, sí
se reconoce que hay grupos aquí en Miami que conspiran para derrocar
al Gobierno cubano. Algo que va en contra de la Ley de Neutralidad,
aunque esto último no lo menciona en su comparecencia.
En la misma el Agente del FBI reconoce que desde Miami se
ejecutan acciones y atentados contra el Gobierno de Cuba y que el
objetivo del Gobierno cubano es mantenerse informado sobre esos
planes. Para colmo este Agente del FBI, al despedirse, le informa a
los radioescuchas que sepan que "nosotros estamos luchando y tenemos
los mismos objetivos: que Cuba sea libre lo antes que se pueda."
Que yo conozca, el FBI no se creó ni tiene entre sus funciones
luchar por la libertad de ningún país. Pero, además, esas
declaraciones dejan bien claro la agenda política que tiene la
oficina del FBI en el sur de la Florida.
Coincidentemente esas declaraciones fueron hechas en octubre de
1990, precisamente al iniciarse una década en la que se incrementan
las acciones terroristas contra Cuba desde el sur de la Florida.
Declaraciones como esas, viniendo de un Agente del FBI y
realizadas en la emisora y la programación radial con las
características antes mencionadas, solo pueden tener el efecto de
estimular a los organizadores de acciones terroristas contra Cuba y
brindarles la seguridad de que no serán perseguidos por sus
acciones.
En esa misma emisora, en el mismo programa y con el mismo
moderador, compareció el señor Héctor Pesquera, Agente a cargo de la
oficina del FBI en el sur de la Florida, solo unos días después del
veredicto en nuestro juicio.
¿Qué puede hacer Cuba ante tales realidades para defenderse y
estar prevenida de los planes terroristas?
¿Se puede confiar en las autoridades del FBI del sur de la
Florida cuando se trata de asuntos que tienen que ver con la
seguridad de Cuba?
¿Se puede registrar ante el gobierno norteamericano alguien que
esté aquí para conocer sobre las actividades de grupos terroristas y
prevenir las mismas para evitar la muerte de inocentes?
¿Qué puede hacer Cuba para defender a su pueblo cuando las
embarcaciones procedentes de la Florida cargadas con armamentos para
atacarla son detenidas por autoridades norteamericanas y estas se
contentan con una explicación como: "Estamos pescando langostas"?
Eso lo escuchamos en esta Sala de un Agente del ATF que detuvo a una
embarcación cargada de armamentos y con mapas de Cuba a solo
cuarenta millas de sus costas.
El 23 de julio de 1998 el Miami Herald reproducía
declaraciones del terrorista Tony Bryant, quien se reía de que los
oficiales del FBI lo habían interrogado después que su lancha con
explosivos a bordo apareciera cerca de La Habana. Según refiere
Bryant al mencionado periódico, él prometió que no lo volvería a
hacer y lo dejaron ir.
¿Qué puede hacer Cuba cuando terroristas como Virgilio Paz y José
Dionisio Suárez, quienes volaron en pedazos a Orlando Letelier y
Ronnie Moffit en la capital de este país y después estuvieron
fugitivos de la justicia, cumplen solamente 7 años de su sentencia y
son sacados a la calle gracias a las gestiones de la FNCA que paga
sus abogados? Yo he conocido casos de reentry que han sido
sentenciados a más tiempo que ese.
Las primeras palabras de uno de estos individuos a la prensa
fueron para agradecer a la FNCA, a Armando Pérez Roura y la WAQI por
los esfuerzos realizados por ambos para su liberación. Es la misma
emisora y el mismo comentarista ante el cual comparecieron los
Agentes del FBI Berlingueri y Pesquera.
La realidad es que a Cuba no le queda otra alternativa que tener
personas aquí que por amor a su Patria y no por dinero la mantengan
al tanto de los planes terroristas y le permitan evitarlos siempre
que sea posible. Esa es la razón de mi presencia aquí.
Mientras la situación sea la que he descrito, Cuba tiene el
derecho moral de defenderse de la forma en que mis compañeros y yo
lo hemos hecho.
Su Señoría:
El pasado 11 de septiembre todos fuimos testigos de un acto
criminal y horrendo. Un acto deleznable que consternó a la mayor
parte de la población del mundo que conoció de esos hechos a través
de las cadenas de televisión. Los actos terroristas que durante años
se han cometido contra Cuba no han sido transmitidos por ninguna de
esas cadenas.
Permítaseme recordar que también un 11 de septiembre, pero de
1980, Félix García, diplomático cubano acreditado ante las Naciones
Unidas, fue asesinado en la ciudad de Nueva York por uno de los
terroristas que hoy se encuentra preso en Panamá junto a Posada
Carriles.
A raíz de los actos terroristas acaecidos en Nueva York y
Washington, la conciencia mundial de la necesidad de erradicar el
terrorismo se ha incrementado.
A las pocas horas, incluso minutos de esos sucesos, todos los
analistas y funcionarios de alto nivel del gobierno de este país
estaban ofreciendo declaraciones, informaciones y puntos de vista a
través de los medios de comunicación. Todos ellos enfatizaban la
necesidad de mejorar el trabajo de Inteligencia y la penetración de
los grupos que llevan a cabo tales actos y de quienes los apoyan y
dan refugio.
Estoy convencido de que Estados Unidos se sentiría orgulloso de
aquel de sus hijos que hubiera tenido la oportunidad y el privilegio
de haber evitado actos como los del pasado mes de septiembre. Ello
hubiera constituido un gran servicio a su pueblo y a la humanidad.
El Presidente Bush, en su discurso ante la sesión conjunta del
Congreso de la Nación el día 20 de septiembre del 2001, dijo:
"Esta noche somos un país que despertó al peligro y fue llamado a
defender su libertad."
Su Señoría:
Mi país y mi pueblo fueron obligados hace más de cuarenta años a
despertar al peligro y llamados a defender su libertad. Yo me siento
orgulloso de haber sido uno de los que previno a mi pueblo de esos
peligros.
Esa misma noche, el Presidente Bush expresó más adelante en su
discurso:
"... Nos uniremos para fortalecer a nuestras Agencias de
Inteligencia para así conocer los planes de los terroristas antes
que estos actúen, y encontrarlos antes de que ataquen."
Cuba, que ha sufrido ataques terroristas durante 42 años, tiene
derecho también a defenderse de esa manera. Hoy la nación americana
se une en la lucha contra el terrorismo, algo que para mi país ha
sido una necesidad y una realidad desde hace muchos años.
No puede haber doble rasero. El terrorismo debe ser combatido y
eliminado tanto si se comete contra un país grande y poderoso como
si es contra países pequeños. No hay terrorismo malo y terrorismo
bueno.
En el informe sobre Orlando Bosh, presentado por el Subsecretario
de Justicia en el año 1989, señor Joe D. Whitley, quien por su
posición administrativa estaba menos sometido a presiones políticas
o conveniencias de política exterior, este funcionario decía:
"The United States cannot tolerate the inherent inhumanity of
terrorism as a way to settling disputes. Appeasement of those who
would use force will only breed more terrorists. We must look on
terrorism as a universal evil, even if it is directed toward those
with whom we have no political sympathy."
Su Señoría:
Hoy Usted va a cumplir con esta etapa de nuestro proceso y
dictará la sentencia que considera apropiada.
Yo, por último, deseo reiterarle que nunca puse en peligro la
seguridad nacional de Estados Unidos, ni fue nunca esa mi intención
ni la de mis compañeros.
Lo que hice fue motivado por el amor a mi Patria y por la
convicción de que la historia demuestra que es la única opción que
le queda al pueblo cubano para evitar la muerte de inocentes
personas y la destrucción que traen aparejadas las acciones
terroristas que se cometen contra mi país.
En las manos del gobierno de Estados Unidos está el poner fin a
esos actos. Cuba ha demostrado su voluntad de cooperar en esa y
otras esferas como el narcotráfico con las autoridades
norteamericanas. Algo que es en el mejor interés de ambos pueblos y
que sí afecta la seguridad nacional de los Estados Unidos.
Son las autoridades de este país las que tienen que decidirse a
actuar en base a principios y sacudirse de la influencia perniciosa
de un grupo pequeño, pero poderoso económicamente, de mafiosos y
ultraderechistas de la comunidad cubana de Miami.
Sinceramente, confío en que algún día Cuba no tenga necesidad de
que personas como yo, voluntariamente y por amor a su país y a su
pueblo, vengan a este país a luchar contra el terrorismo.
Todo hombre que se respeta a sí mismo se debe antes que nada a su
Patria. En los años de presidio me acompañará siempre la dignidad
que he aprendido de mi pueblo y de su historia.
Muchas gracias,
Fernando González Llort