10 de Mayo de 2002
Su recuerdo me acompaña
a todas partes
POR JOSE ANTONIO TORRES
--Servicio Especial de la AIN
Coleccionadora de
sueños, enemiga del olvido, lleva a su hijo en el alma. Por Tony no se cansa, lo espera,
persiste. Detrás de cada lágrima vuelve a verlo, sigue amándolo.
En el juicio contra su hijo percibió todos los
pecados capitales, pero el apoyo de los cubanos amortigua su dolor. Le cree a Fidel cuando
dice que tras la defensa de su hijo va todo un pueblo, va la dignidad humana.
¿Por qué si Tony nació en los EE.UU. está
tan ligado a la Revolución Cubana?
El papá de Tony jugaba pelota. En 1950 viajó
a los EE.UU. y tuvo bastante éxito en la liga profesional, después se lesionó y pese a
que hizo su mayor esfuerzo no pudo retornar al deporte.
"En esa etapa hicimos varios viajes, hasta que
nos radicamos en San Angelo, Texas, en 1954. Dos años después nació María Eugenia, mi
hija mayor, pero la situación económica era tan difícil que tuvimos que regresar.
"Unos amigos radicados en Miami prometieron
ayudarnos. Corría 1958 y recuerdo que antes de irnos para la Florida hicimos el
compromiso de retornar cuanto antes. Tony nació el 16 de octubre de ese año, y el 20 de
noviembre llegamos definitivamente a La Habana, a solo unos días del triunfo de la
Revolución.
"Nos integramos de inmediato a todos los
programas, en la casa se fundó un CDR, nos sumábamos a cada movilización. Aquella etapa
fue interesante y grata.
"Quizás ahí está la respuesta. Mi hijo se
formó en Cuba, vivió sus carencias y necesidades. Creció admirando el ejemplo del Che,
leyendo La Edad de Oro. Se formó en el seno de una familia obrera que lo educó en
las mejores costumbres, y como muchos jóvenes del país participó activamente en la
construcción del Socialismo.
"Tuvo que madurar muy temprano, su padre murió
víctima de una afección cardiaca en 1970. Como estudiante fue muy bueno, hace unos días
me topé a una de sus maestras y hablamos mucho de él.
"En pocas palabras, es un hombre humano,
respetuoso, no se rinde, no se doblega. Buen padre, hijo excepcional, concibe la historia
como la raíz que sostiene a la Revolución, de la cual sigue siendo uno de sus
combatientes de primera línea.
"En este mes de mayo estoy cumpliendo 70 años,
y me siento una mujer realizada, pero en medio del dolor, de ese dolor inmenso que como
madre siento, recibí quizás la más grande muestra de su entereza. ¡Cuando lo vi por
primera vez en la cárcel, me habló de su patria como el héroe que es!"
¿Cómo ha sido la comunicación entre ustedes?
Siempre mantuvimos una comunicación muy
fluida, aunque nunca me acostumbré a la distancia. Siempre acepté sus decisiones.
Primero cuando se becó en la escuela vocacional, luego al realizar los estudios
universitarios en la antigua Unión Soviética y después al casarse y radicarse en la
ciudad de Santiago de Cuba.
"Es cierto que su salida del país, primero a
Panamá y con posterioridad a Estados Unidos, marcó una gran diferencia, pero siguieron
siendo frecuentes los vínculos.
"Además de lo que representa esa situación
desde el punto de vista familiar, tuvimos algunas conversaciones serias por el hecho de
abandonar la Patria.
"Cuando se fue, a inicios de los años 90, me
dijo: Madre los principios aunque tú estés lejos no se dejan. A mí me
consta que salió del país enamorado, y como el amor no es una cosa que se encuentra al
doblar de la esquina, y uno tiene derecho a ser feliz, compartí su decisión, eso me
costó muchísimas lágrimas.
"Estuve en Miami a principios de 1998. Habíamos
pasado unas vacaciones juntos y regresé después del Día de las Madres. A él lo
detienen en septiembre, te imaginas el impacto."
¿Cuáles fueron las vicisitudes luego de la
detención?
Me enteré de inmediato, la novia de mi hijo
Margaret Becker (Maggie), llamó y nos dio detalles, luego las autoridades cubanas
vinieron a la casa y confirmaron que se realizaría una investigación.
"Sus condiciones en El Hueco, un área de
castigo de la prisión federal de Miami donde lo recluyeron, eran muy duras. Transcurridos
algo más de dos meses fue que logramos hablar por teléfono. Me dijo que no me
preocupara, que tuviera confianza.
"A diferencia de otros familiares de los cubanos
procesados por la misma causa, pude ver las diferentes etapas del amañado juicio que
inicialmente se extendió desde diciembre del 2000 hasta junio del 2001.
"Estuve cerca de cuatro meses, hasta que
terminó esa etapa, teníamos contacto los domingos en el penal. Cuando estuve frente a
él lo abracé muy fuerte, me vino el alma al cuerpo.
"Dijo muchas cosas sin insultar, sin herir a
nadie. En el penal lo dejaban tener solo lo necesario: su camisa, sus zapatos, sus versos,
sus sueños.
"Me explicó que pertenecía a una especie a la
cual ni se le exige, ni se le doblega. Me dio quizás una de las mejores definiciones de
la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA): sus integrantes tienen un alto nivel de
vida, pero muy baja calidad humana.
"Desde aquellos días su recuerdo me acompaña a
todas partes, cuando lo detuvieron comenzó mi hijo a nacer.
"En 1999 empezó a escribir un diario. Cada
narración la iniciaba con un verso, algunos suyos, otros de Martí, Retamar, Neruda y
muchos poetas más.
"Pero de todos sus escritos uno de los que más
me motivó, y evidencia su inocencia, fue la carta introductoria al álbum que envió a su
hijo el 25 de junio de 2001 con algunas de las supuestas pruebas que el FBI tenía en su
contra.
"Resultó que el Buró Federal de
Investigaciones (FBI) el día de mi arresto confiscó en mi apartamento y de la casa de
Maggie muchas pertenencias y entre ellas se llevaron todos los negativos de estas fotos de
tu infancia. Unos meses más tarde mi abogado me envía un paquete con fotocopias de
evidencias que el FBI había estado estudiando para utilizar en el juicio y estas
fotocopias eran nada más y nada menos que tus fotos de esos años de tu infancia.
¡¡¡Qué alegría!!! Nada puede evidenciar mejor mi inocencia que nuestro gran amor y
nuestros años compartidos que demuestran que siempre he sido un hombre dedicado al
trabajo, a la familia y al bienestar de la humanidad. Y como es lógico, no se atrevieron
a usar ninguna de ellas en mi contra..."
¿Qué conversaron previo a la sentencia?
El domingo, antes de que se diera a conocer el
veredicto final, estuvimos solos en el penal y nos preparamos. Acordamos mantener la
ecuanimidad, ser firmes al escuchar la sentencia. Esa ha sido una de las mayores pruebas
de mi vida.
"Estábamos claros, debíamos esperar lo peor.
Nada sería fácil. El día de la audiencia lo trajeron esposado, al verme me dedicó una
sonrisa. Si yo hablaba él me escuchaba, porque estábamos a una distancia de un metro,
metro y pico.
"Al lado de nosotros no pusieron público,
delante estaban los custodios, después él con las traductoras y su abogado. Fue un
momento difícil, porque cuando ves a una persona con una verdad tan grande y que no se le
entienda eso te saca de paso, te das cuenta que no hay sensibilidad humana.
"Ese día la sala estaba impresionante, dio la
casualidad que habían asistido desde horas muy tempranas algunos comités de solidaridad.
Todos nos saludaron con gran cariño."
¿Cuál fue su mayor impresión del proceso?
Cuando se paró a escuchar la sentencia, yo no
tenía ojos para ver cada uno de sus detalles, de pronto me percaté que en las manos
tenía La Historia me absolverá. Su dignidad fue más fuerte. Era todo un héroe.
Seguía siendo un revolucionario.
Usted fue testigo excepcional del amañado
juicio. ¿Confía en que los argumentos de la defensa serán reconsiderados durante la
apelación en el circuito de Atlanta?
Hablar de ese tema indigna, deprime. Lo vi casi
todo, desde la selección del jurado hasta la presentación de las pruebas acusatorias.
Iba solita a la corte, cuando aquello no me había operado de una lesión en la cadera y
tenía dificultades para caminar, me apoyaba a veces en un bastón.
"La sala era chiquita, había cinco filas de
asientos. La primera era para el FBI, la segunda para los familiares de los pilotos de las
avionetas derribadas el 24 de febrero de 1996 al violar el espacio aéreo cubano, la
tercera era la de los familiares de los acusados y las dos restantes para la prensa.
"Cuando la Fiscalía del Distrito Sur de la
Florida presentó el caso ante el jurado, Tony escribió un poema dedicado a José Martí
y una carta a su hermana donde recuerda ese verso del Apóstol: La victoria no está solo
en la justicia, sino en el momento y modo de pedirla: no es la suma de armas en la mano,
sino el número de estrellas en la frente.
"Esos detalles compensaban los ratos amargos y
dolorosos. Durante semanas en aquella corte, al igual que en todo Miami, la FNCA
aterrorizaba, chantajeaba, aunque considero que la fiscalía y el jurado se dejaron
presionar por consideraciones políticas, y no dude que hasta por dinero.
"Después fui, en diciembre del 2001, a las
vistas de sentencia. Los alegatos fueron contundentes, la actitud de los cinco cubanos
procesados fue tan digna que no quedaba espacio para fijarse en las patrañas de la
gusanera.
"Fue ridículo acusarlos de peligrosos espías,
asesinos o atentar contra la seguridad nacional de los EE.UU. sin existir una sola prueba
contundente. El FBI conocía la verdadera historia y ni con grabaciones pudo demostrar
nada.
"Todos lamentaron la pérdida de cuatro vidas el
24 de febrero de 1996, aunque nada tenían que ver con eso. El principal culpable de esas
muertes, el terrorista José Basulto, estaba libre y compartía con los agentes y fiscales
durante todo el juicio e incluso en la conferencia de prensa donde se dio a conocer el
veredicto.
"Fue irrefutable el recordatorio de Gerardo de
que los atentados del 11 de septiembre fueron perpetrados también con aeronaves, aunque
un poco más grandes que las de Hermanos al Rescate.
"Realmente esa corte no respetó las leyes
norteamericanas; dejan libres a los que como Basulto y Orlando Bosch tienen manchadas las
manos de sangre: el avión de Barbados, el asesinato de diplomáticos y decenas de
atentados.
"Los fiscales ocultaron casi el 90 por ciento de
las evidencias, ignoraron las valoraciones de generales y otros reconocidos oficiales
norteamericanos. Estos testigos demostraron que no era hipotética la razón del trabajo
de los cinco. Recordaron la ola de atentados terroristas que bajo la dirección de la FNCA
se perpetraron en 1997 contra hoteles e instalaciones de Ciudad de La Habana.
"A mi hijo lo condenaron por evitar la muerte de
personas inocentes, la pérdida de vidas humanas. Él lo dijo muy claro en su alegato:
Compleja, difícil ha sido la tarea de frenar estos actos terroristas, porque han gozado
de la complicidad o indolente tolerancia de las autoridades.
"En cuanto a Atlanta, no pierdo la fe, más vale
pensar que los principios del sistema judicial norteamericano prevalecerán. En Estados
Unidos también hay personas dignas. Ese es un pueblo bueno. Lo que vimos en Miami no fue
una corte, por el contrario fue una farsa.
"Es como él dice, no se ultrajó, no se
ofendió, no se cometió espionaje, su intención fue prevenir el crimen. La jueza no
quiso ver la verdad."
¿Cómo está la salud de Tony hoy?
Ahora está en la cárcel de Florence, estado
de Colorado. Desde su llegada lo colocaron en una unidad de castigo sin hacer ni violar
absolutamente nada, su único "crimen" fue defender a su pueblo de los
terroristas.
"Por lo que me cuenta en sus cartas parece haber
superado algunos problemas ortopédicos, lo preocupante es la gingivitis que padece hace
unos años. Esa enfermedad en la encía la tenía bajo control médico, y al estar preso
el tratamiento se fue al piso. Imagínate 17 meses metido en El Hueco, sin un cepillo de
dientes para lavarse, sin un dentífrico, que son medidas de precaución.
¿Qué espera usted de su hijo?
Su libertad, aunque estoy
convencida que para traerlo de vuelta a casa hay que apostar más por el pueblo que por la
justicia norteamericana.
Tomado de Juventud
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