Se trata, al decir del doctor Sergio Rodríguez Morales, director
de la institución, de un estímulo al trabajo desarrollado durante
muchos años en la creación de clones de yuca, boniato, ñame y
malanga, así como sus tecnologías de producción para las diferentes
condiciones edafoclimáticas del país.
Respecto al cultivo de la yuca, el también miembro del Consejo de
Estado, resalta la obtención de dos clones, el INIVIT Y 93-4 y el
INIVIT Y 80+1, los cuales pueden llegar a producir más de 17
toneladas por hectárea, extendiéndose hasta la fecha en cerca de 32
000 hectáreas por todo el país.
Significó, además, la posibilidad de esta variedad para ser
empleada también en la alimentación animal, atendiendo a su alto
rendimiento y a su precocidad, además de la resistencia que la
caracteriza ante los avatares de la naturaleza.
En el caso del boniato, son tres los clones que sobresalen:
INIVIT B-2 2005, INIVIT B-240 2006, e INIVIT BS-16 2006, con
rendimientos que oscilan entre las 17 y 20 toneladas por hectáreas,
variedades producidas hoy en más de 35 mil hectáreas, refiere el
doctor Rodríguez Morales.
En cuanto a la malanga, destaca la propagación de cinco clones,
los cuales están extendidos en más de siete mil hectáreas de todas
las provincias. Aclara el científico, que en el caso de la Colocacia,
pueden lograrse rendimientos de unas 30 toneladas por hectárea, y
entre 12 y 15 en lo que respecta al género Xanthosoma.
Sobre el ñame, el director del INIVIT explica que esta constituye
una vianda que comienza a generalizarse ahora, en especial, los dos
clones fundamentales, el INIVIT Ñ/2008 y el Ñame Papa, con
rendimientos que oscilan entre las 12 y 15 toneladas por hectárea.
Expresa, asimismo, que en todos los casos, al desarrollar estas
tecnologías, los científicos del centro tuvieron en cuenta aspectos
relacionados con los sistemas de siembras, fertilización, manejo de
plagas y enfermedades, riego, cosechas y conservación post cosecha
del producto.
Los productores tienen la palabra
La economía de la nación, obligada cada año a erogar millones de
pesos para importar alimentos, y el pueblo, que en primera instancia
es quien más se beneficia de los logros del INIVIT, apremian porque
estos resultados sean extendidos y generalizados en el plazo más
breve posible.
De ellos está consciente el doctor Sergio Rodríguez, quien para
nada se encuentra satisfecho de los resultados alcanzados en la
propagación de las creaciones de la institución que encabeza, a
pesar del camino recorrido para extenderlos a toda la nación.
"Si te dijera que estamos en cero, estaría expresando algo
incierto. Creo que se ha avanzado un largo trecho y tenemos mejores
condiciones que nunca para cumplir lo estipulado en los Lineamientos
sobre el papel de la ciencia en la producción de alimentos", expresa
Rodríguez, quien pone como ejemplo el movimiento por el logro de los
100 mil quintales de viandas que lleva a cabo el INIVIT de conjunto
con la ANAP.
"Son 73 las cooperativas integradas a esta iniciativa, las cuales
se han convertido en entes multiplicadores de las mejores
experiencias en cada uno de los territorios, excepto en Holguín
donde no hay ninguna incorporada", reflexiona Sergio.
Y como esa, existen otras variantes para di-vulgar y generalizar
las innovaciones y tecnologías del INIVIT, como la entrega de
semillas de calidad a las formas productivas, refiere el directivo,
quien aclara que todo dependerá de la sistematicidad y consagración
de todos los en-cargados —científicos, productores y decisores—,
quienes de conjunto tienen la obligación de llevar a la práctica
esos resultados.