La palabra del pueblo

Oscar Sánchez Serra
oscar.ss@granma.cip.cu

Orgullosos, satisfechos... , representados. Así debemos sentirnos quienes depositamos en las urnas la confianza en los que hoy son los diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular, que ayer terminó sus trabajos en comisiones y estará desde hoy en su segundo Periodo Ordinario de Sesiones, correspondiente a la VIII Legislatura.

Escuchar a la diputada del capitalino municipio de Boyeros, Marlen Alfonso, reclamarles a los organismos de la administración central del Estado (en este caso el de Transporte en la comisión de Servicios), lo exageradamente extenso de sus informes, que deja sin tiempo la participación de los parlamentarios, no es solo exigir su espacio, es por sobre todas las cosas demandar el de quienes ella representa.

La información es muy buena, pero demasiado larga y nos deja poco margen para el debate, expresó.

Cuestionar la decisión de dejar de pavimentar 245 kilómetros de vías, por problemas con la mezcla asfáltica, por lo deficiente de ella, y exigir que lo que se haga se realice con calidad y se le dé el mantenimiento adecuado, es velar no solo por la seguridad de quienes transitamos, sino por la durabilidad y estado de los equipos de transporte, en otras palabras cuidar de la economía del país.

En la comisión de Salud, el villaclareño de Corralillo, Ariel Martín, cuestionó, en medio del acelerado proceso de envejecimiento poblacional de nuestra sociedad, la ociosidad de las instalaciones de los baños de Elguea, donde hace unos años se invirtió en tecnología, entonces de punta, y hoy están cerrados, sin prestar servicios a muchos padecimientos, propios del adulto mayor.

También en la comisión agroalimentaria, después de otro denso informe sobre los problemas de la producción de frijol y leche, los representantes de todos nosotros se involucraron en un rico análisis cuya brújula fue, sin cortapisas, las insuficiencias en el sistema de la agricultura, incluyendo productores e industria, las cuales caen finalmente en la mayor preocupación de la población, los precios de los productos a los que tiene que enfrentarse.

El pinareño Adalberto Fernández, en el tema del frijol, afirmó incluso que pagar 900 pesos por quintales al productor es exagerado y lejos de resolver el precio en la tarima, lo encarece todavía más, porque esa ventaja no lo lleva a producir más, por lo que a menor cantidad del producto, el precio no baja.

No son receptores nuestros legisladores, son voz de quienes los eligieron. Por eso defienden su espacio y llevan ante los entes administrativos, con fuerza, los principales problemas de la sociedad, y también los más sensibles, como ocurrió ayer en la jornada conjunta que realizaron las comisiones económica, de servicios e industria, construcciones y energía sobre el tema de los subsidios para la construcción de viviendas y la venta de los materiales de la construcción.

Y es también el espacio para que el Gobierno les rinda cuenta de su gestión y se ex-ponga al juicio y las opiniones de ellos, portadoras del pulso de la sociedad.

Ese es el parlamento cubano, con el poder y la singularidad de representar legítimamente, sino a su pueblo; el que hace que nuestra Asamblea Nacional sea el espacio de los representados frente a la administración, un ejemplo de nuestra democracia, la participativa, la que hace una literal ejecución de ese vocablo demo (pueblo) y cracia (poder).

 

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