López Gavilán, cuerdas e identidad

El director y compositor estará al frente de la Sinfónica Nacional el próximo domingo

PEDRO DE LA HOZ 
pedro.hg@granma.cip.cu  

Foto: Orlando DuránLa idea de despojar a la música de concierto de las normas de la etiqueta y refrescarla con los jugos de la tradición popular estuvo presente ya en la misma génesis del compositor que comenzó hace más de cuatro décadas a compartir espacio con el director de orquesta.

De ahí que el pasado fin de semana al cumplir 70 años —quién lo diría—, Guido López Gavilán nos regaló y se regaló a sí mismo, una breve mirada retrospectiva a sus aportes a la música de cámara, en una velada efectuada en la Basílica Menor de San Francisco.

Entre el punto de partida, De cámara traigo un son (1977) y uno de los actuales puertos de llegada, Ritmarc (2009) se advierte una manera muy orgánica, visceral, de incorporar, recrear y hasta reinventar células rítmicas, giros melódicos y rasgos estilísticos que a lo largo del tiempo han configurado la expresión sonora de la nación.

No hay complejos a la hora de citar textualmente las fuentes, como en el caso de Cantos de orishas(1999) o la emblemática Camerata en guaguancó (1993), pero los mayores logros se tienen en obras donde esas huellas se revelan en estructuras cuya complejidad no impide su transparencia, tales los casos de Habanera sensual y contradanza caprichosa (1987) y Ritmarc, partitura en la que despliega una construcción polirrítmica impecable e intensa resuelta únicamente sobre la base de instrumentos de cuerda.

Al frente de la orquesta Música Eterna, fundada por él en 1995, Guido ha sabido forjar una sólida herramienta interpretativa, lo cual se hizo evidente una vez más en esta jornada, a la que se sumó la Orquesta de Cámara de La Habana, a cargo de una directora en plena espiral ascendente y con profundas convicciones musicales, Daiana García Siverio.

El festejo por los 70 de Guido contó también con obras e interpretaciones de su hijo, Aldo López Gavilán Junco, de fértil imaginación pianística en un entorno que rebasa los compartimentos del jazz.

Entretanto la familia López Gavilán, con el añadido del violinista Ilmar, se apresta para protagonizar el próximo concierto dominical de la Sinfónica Nacional, a las 11:00 a.m. en la sala Covarrubias.

 

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