La Organización Mundial de la Salud establece en su estrategia
farmacéutica que las personas deben tener acceso a los medicamentos
esenciales que necesiten; que sean inocuos, eficaces y de buena
calidad; y prescritos y utilizados de forma racional.
Una de las acciones para que el uso de fármacos sea más saludable
y prudente depende de cuán enterado e instruido esté el enfermo
acerca de su estado de salud y de la necesidad del tratamiento,
indicó la farmacóloga Giset Jiménez López.
Los pacientes, dijo, deben estar bien informados sobre las
características de los fármacos, pues no disponer de la información
adecuada a menudo supone el abandono del tratamiento, con el
consiguiente fracaso terapéutico e importantes consecuencias para la
salud.
En general, las personas dejan de cumplir un tratamiento porque
desaparecen los síntomas, o aparecen efectos indeseados, o porque se
les indica una dosificación "demasiado complicada", particularmente
en personas de edad avanzada, o una técnica difícil de realizar,
como el empleo de los inhaladores en enfermedades respiratorias.
La doctora Jiménez López, especialista de segundo grado en
Farmacología del Centro para el Control Estatal de Medicamentos,
Equipos y Dispositivos Médicos (CECMED), refirió que cuando se
informa al paciente se deben repasar aspectos como los efectos
esperados del medicamento: qué síntomas desaparecerán y cuándo, qué
pasaría si no se lo toma, qué efectos indeseables originaría y cómo
reconocerlos, cuánto tiempo duran y qué hacer si aparecen.
Otro aspecto importantísimo es darle las instrucciones ne-cesarias
sobre cuándo y cómo debe tomar el medicamento, cómo almacenarlo en
casa, por cuánto tiempo debe tomarlo y qué hacer, por ejemplo, si se
olvida tomar una dosis.
De igual forma debe advertírsele al paciente qué precauciones
debe tener durante el tratamiento, cuál es la dosis máxima
recomendada, la necesidad de seguir las indicaciones hasta el final
—por ejemplo, en el caso de los antibióticos—, y la importancia de
no interrumpirlos bruscamente en el caso de algunos
antihipertensivos, los corticoides consumidos durante un largo
periodo de tiempo o los anticonvulsivantes.
También se debe tener en cuenta que algunos medicamentos
ingeridos con alimentos, al ser tomados juntos pueden desencadenar
interacciones con resultados no esperados por el paciente. Y alertar
en qué circunstancias la persona no debe conducir vehículos u operar
maquinarias.
El profesional de la salud debe establecer el seguimiento del
paciente, si debe haber o no una próxima consulta, en caso
afirmativo cuándo, y en qué circunstancias acudir antes de lo
previsto.
Por último, debe tener la seguridad de que la información ha sido
entendida por el paciente, por lo que le solicitará que repita la
información básica y preguntarle si tiene alguna du-da. En el caso
de que se trate de un anciano o un niño hablar con la persona que lo
acompaña.
Consideró la especialista que de esta manera se mejora el uso de
los medicamentos en nuestro sistema de salud, con el resultado de
una mejor calidad y atención cuidadosa a las necesidades de los
pacientes.