Se trata de una de las tantas piezas que ha logrado hacer o
recuperar, para suplir la falta de repuestos.
La lista es extensa, y abarca desde las patas de arranque de las
motos Suzuki, Yamaha o Lifan, hasta los cilindros, aros y pistones.
"Todo lo que podamos solucionar aquí, evita importaciones, por
eso nos enfrascamos en resolver cuanto sea posible y que ir al
almacén a buscar una pieza nueva, sea la última opción", dice.
Como él, los cerca de 50 trabajadores que integran el Taller de
Transporte del Ministerio del Interior (MININT) en Pinar del Río, se
ven obligados a diario a apelar a las innovaciones, para mantener de
alta un extenso parque de vehículos.
En total, 850 medios entre equipos pesados, como los camiones de
bomberos, autos ligeros y motos procedentes de varios países, con
diferentes marcas, y en la mayoría de los casos, con un tiempo
considerable de explotación.
Aun así, el teniente coronel Orestes Sán-chez, jefe de Transporte
del MININT en Vueltabajo, explica que gracias a la pericia del
personal bajo su mando, se ha podido mantener un coeficiente de
disponibilidad técnica de más del 95 %.
"Tenemos un movimiento de innovadores con un papel muy relevante,
al punto de que el 50 % de las soluciones que se dan en nuestros
talleres, depende de ellos", explica el oficial.
La experiencia no es nueva. Desde el surgimiento de la Dirección
General de Transporte del MININT, hace ya medio siglo, sus
trabajadores han tenido que sortear la falta de repuestos para
garantizar el funcionamiento de los medios empleados en la seguridad
vial, el orden público, la extinción de incendios, y muchas otras
tareas.
En un primer momento, a inicios de los años 60, el reto fue
mantener de alta los equipos heredados del capitalismo, de
fabricación norteamericana, cuyos componentes habían dejado de
entrar al país.
Luego, la llegada del periodo especial implicaría nuevos
desafíos, que en mayor o menor grado, se mantienen hasta nuestros
días.
No obstante, la dedicación de torneros, fresadores, mecánicos,
electricistas, soldadores, fundidores, chapistas, pintores, ha
conseguido atenuar el impacto de la escasez de repuestos.
El mayor Alfredo Betancourt, primer oficial de Transporte en la
provincia, explica que entre las piezas y accesorios que se fabrican
en sus unidades, están las zapatillas y juntas de todo tipo,
incluyendo de block, balancines, cárter, y de bomba de agua.
Unido a esto, los calzos de amortiguador y de hojas de muelle,
los piñones y catalinas de las motos, los cristales de los
intermitentes del Ural, del Waz, del Zil 130.
Por otro lado, se recuperan alternadores, motores de arranque,
tapas de block de aluminio, manillas de freno y de cloche de motos,
las patas de arranque, el puente delantero del Lada, depósitos de
líquido de freno de varios tipos...
Ello ha permitido asumir la rehabilitación de unos 40 vehículos
como promedio todos los días, a pesar de las carencias que padece el
sector del transporte, de las cuales no se halla exento el MININT.
Para que se tenga una idea de lo que ha representado el trabajo
de los innovadores, el mayor Betancourt precisa que "la mitad de las
soluciones que damos a los distintos medios, emana de nuestra área
de fabricación y recuperación".
Raciel Domínguez, fresador con una vasta experiencia en la
búsqueda de alternativas para devolverles la vitalidad a los medios
que entran al taller, vive convencido de la importancia de esa
labor. "Cada vez que logramos sacar un equipo con una pieza
recuperada, por pequeña que sea, estamos ayudando a la economía del
país", dice.
Sin duda, una contribución anónima, pero vital, para asegurar el
funcionamiento de los equipos de rescate y salvamento, los carros
especializados en la lucha contra incendios, los jeeps de la guardia
operativa, la policía de tránsito o la patrullas, y que el MININT
pueda cumplir su función de salvaguardar el orden interior y la
tranquilidad ciudadana.