El "cometa del siglo", como previeron algunos astrónomos, no
sobrevivió a su acercamiento al Sol, después del cual la luminosidad
del objeto celeste se redujo en 100 veces, dijo el portavoz del
Observatorio Astronómico Púlkovo en San Petersburgo, Rusia, Serguéi
Smirnov, según la agencia de noticias rusa Itarr-Tass.
Sin embargo, de acuerdo con el astrónomo, el cometa no ha
desaparecido por completo y su cola todavía es visible, lo que
significa que después de su desintegración o evaporación dejaría
grandes fragmentos que pueden llegar a ser visibles para los
habitantes de nuestro planeta.
De acuerdo con Smirnov, la destrucción del cometa provocó un
fuerte descenso en su velocidad, así como el cambio de dirección del
movimiento de sus pedazos. Si el ISON no se hubiera destruido, se
acercaría a la órbita de la Tierra el 24 de diciembre, pasando a 65
millones de kilómetros de nosotros. Sin embargo, debido a la
desaceleración general del movimiento de la nube del cometa en
comparación con su núcleo, y al retraso de los trozos separados de
su cabeza, los restos del ISON cruzarán la trayectoria de la Tierra
alrededor del Sol una semana más tarde, justo antes del Año Nuevo.