El Neoliberalismo es una fábrica de pobres

Alberto Anaya Gutiérrez, diputado federal del Partido del Trabajo en el Congreso de México, conversó con Granma durante su visita a Cuba

DALIA GONZÁLEZ DELGADO

"Hay que cambiar el modelo", repitió varias veces nuestro entrevistado durante el diálogo. "El modelo neoliberal se ha convertido en una verdadera fábrica de pobres".

FOTO: Maylin GuerreroAnaya es líder y miembro fundador del Partido del Trabajo (PT), surgido en 1990.

Para Alberto Anaya Gutiérrez, diputado federal al Congreso mexicano, el neoliberalismo impuesto en su país desde 1982 ha generado atraso, crisis agropecuaria y desempleo. "El 50 % de la población vive en situación de pobreza, al menos 28 millones en condiciones de pobreza extrema", nos comentó este hombre de vasta trayectoria política.

Anaya es líder y miembro fundador del Partido del Trabajo (PT), surgido en 1990. Ha sido en varias legislaturas diputado federal (1994-1997; 2000-2003; 2012... ) y Senador (1997-2000; 2006-2012).

El dirigente de izquierda asegura que el neoliberalismo ha causado "mucho descontento", ante la disminución del gasto público, y sobre todo porque el desempleo y la pobreza han sido el "caldo de cultivo para que la violencia se agudice, para la aparición de bandas criminales a lo largo y ancho del país, que han generado incertidumbre en la población".

"El proyecto neoliberal niega la oportunidad a los jóvenes de tener un futuro mejor". Actualmente hay ocho millones de ellos que ni estudian ni trabajan —afirmó Anaya— y eso los vuelve vulnerables a ser reclutados por el crimen organizado.

Por eso, a su juicio, para detener la violencia en México "hay que cambiar el modelo", y buscar uno que permita "mayor crecimiento, mayor desarrollo, acabar con la corrupción, con los lujos, los grandes sueldos de los funcionarios, y que esos recursos se destinen a empujar el desarrollo económico y social, a que los jóvenes puedan tener oportunidades".

"En esa perspectiva es que las izquierdas necesitamos trabajar para que estos gobiernos lleguen al poder, y se pueda aprovechar ese gran descontento popular que ya existe, para poder ganar las elecciones en el 2018".

Anaya confía en que en el futuro de México "la izquierda pueda ser gobierno".

Si eso ocurriera, las primeras medidas económicas que se tomarían para cambiar el modelo, serían "el rescate de Pemex (Petróleos Mexicanos); poner la renta petrolera al servicio de un proyecto nacionalista y popular, de una nueva economía, que busque el bienestar y el progreso de los mexicanos, en la óptica de un México independiente".

Actualmente hay un debate sobre Pemex, símbolo de soberanía desde la nacionalización del petróleo decretada en 1938 por Lázaro Cárdenas. El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, está proponiendo una reforma constitucional que permitiría a la petrolera asociarse con privados para la exploración y extracción de hidrocarburos, aunque ha dicho que la empresa seguiría en manos del Estado.

"Hay que limpiar la corrupción, tanto de funcionarios como del sindicato, hay que modernizar, pero manteniendo Pemex como patrimonio de los mexicanos", sostiene Anaya. "Nuestro partido está totalmente opuesto a una contrarreforma que implique la entrega de nuestra riqueza nacional de hidrocarburos al extranjero".

Durante su visita a Cuba, al diputado mexicano le fue otorgado el Reconocimiento 50 Aniversario del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP) por su labor solidaria. A propósito de las relaciones entre nuestros países, Anaya cree que debemos "rebasar esa historia negra de las relaciones que va desde 1997 al 2012; eso debe quedar en el pasado, fueron turbulencias que queremos dejar atrás". Recordó cómo siempre ha habido una "voluntad" de relaciones entre nosotros, "una gran colaboración en todos los ámbitos, tanto comercial como cultural y científico".

"Queremos que México y Cuba, pueblos hermanos, rescaten esas relaciones que siempre mantuvimos con la Revolución, algo que nos llevó en Punta del Este a ser el único país que se negó a romper con Cuba. Queremos que esas relaciones que siempre han sido cordiales y fraternas se realicen, en el marco del respeto a la no intervención y a la libre autodeterminación de los pueblos".

Hace dos meses, en una visita a La Habana, el canciller mexicano, José Antonio Meade, aseveró que su gobierno está "muy contento con la actualización de las relaciones", y además "muy comprometido" con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños.

"Estamos a favor de que México participe de manera más decidida en la CELAC", opinó al respecto Anaya. "Yo creo que México necesita mirar al Sur, porque mirando al Norte no nos ha ido bien".

 

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