Artistas,
familiares, amigos y admiradores, recuerdan hoy al legendario músico
cubano Polo Montañez, fallecido hace siete años, cuando recién
saboreaba la fama.
En la comunidad serrana de Las Terrazas, Artemisa
donde vivió y actuó, se escuchan aún las anécdotas y melodías del
cantante, quien se convirtió en una estrella de forma inesperada.
Luego de trabajar en las plantaciones de caña y
realizar otros rudos oficios como el de leñador, Polo recibió con
asombro en sus manos un disco de oro y otro de platino por las
ventas de su primer CD Guajiro Natural.
Colombia, México, Francia y otras naciones de
América y Europa, vibraron con sus temas románticos, nacidos de
amores infortunados, y bailaron hasta el cansancio con sus bachatas,
sones y guarachas, interpretadas con un estilo muy peculiar.
Unas 100 letras dejó el compositor autodidacta,
nacido en un pueblo nombrado El Brujito, en las montañas de esta
provincia, donde de pequeño amenizaba guateques y otras fiestas
populares junto a su padre y hermanos, todos integrantes de una
pequeña banda familiar.
Entre la curiosidad y la nostalgia, decenas de
personas llegan cada día hasta su vivienda en Las Terrazas para ver
nuevamente, o por primera ocasión, su guitarra de madera, los discos
de oro y de platino, fotografías, trajes que usó el intérprete en
giras internacionales, sus botas altas y el sombrero blanco.
Vienen muchas personas, algunos lo vieron actuar,
otros conocen sus canciones, son emocionantes las muestras de
afecto, declaró a Prensa Latina Amauri Romero, sobrino del cantautor
y actual director de la agrupación Polo Montañez.
Durante varios días músicos de Artemisa y otras
zonas vecinas cantamos piezas escritas por el bardo como homenaje a
un artista de pueblo, a un campesino a quien el éxito lo tomó por
sorpresa.
No logro entender del todo lo que está ocurriendo,
nunca imaginé que podría vivir una experiencia así, es demasiado
para mí, pero de algo estoy seguro, soy el mismo a pesar de la fama,
confesó Polo en una de las últimas entrevistas concedidas a Prensa
Latina.
Sus letras son interpretadas por celebridades del
mundo del espectáculo como Marc Anthony y Gilberto Santa Rosa, en el
más insospechado cabaret bailan y corean melodías como Un montón de
estrellas, mientras entre copas otros hablan de su carisma, tanto en
escena como en la vida privada.
Para desempolvar la obra inédita, la agrupación que
lleva su nombre rescata números que no tuvo tiempo de grabar o
difundir.
En un sueño que tenemos los instrumentistas y
cantantes que lo acompañamos, Polo sigue en el alma de todos a
quienes abrazó y conmovió con su genialidad natural, afirmó Romero.