Es la tercera vez que Jorge Luis participa en un Ejercicio
Bastión. La primera ocasión, en el 2004, era cadete. Y en la
segunda, en el 2009, ya llevaba charreteras de oficial. Sobre los
presentes días de intensa actividad aseguró que sacará nuevas
experiencias para ejercer mejor el mando de sus hombres y
perfeccionar los métodos de lucha.
"A lo largo de la salida al terreno nos hemos movido
constantemente, porque nuestros medios permiten hacerlo con
seguridad y rapidez. También hemos trabajado todo lo relacionado con
la cohesión de las dotaciones y el abastecimiento en condiciones de
campaña. El objetivo es permanecer listos para derribar los medios
aéreos del enemigo", precisó, aunque sus ojos estaban puestos en el
grupo de soldados que mejoraba el enmascaramiento del área.
Otro de los jóvenes oficiales de la unidad es el teniente Julio
Mario Carballido López. Participa por primera ocasión en una
actividad de esta envergadura, pero confía en la preparación
recibida en la escuela de cadetes y en el apoyo que le han dado los
compañeros desde el instante mismo en que se incorporó a la unidad.
De cada acción, dijo, obtiene lecciones. "Por ejemplo, conoces
que nuestras rampas se alistan en breve tiempo para batir un blanco,
pero las dinámicas que te ponen aquí, muy parecidas a las de un
combate real, demuestran las verdaderas cualidades de esos medios y
obligan a los hombres a adquirir habilidades, de las cuales depende
el resultado final".
A Julio Mario le gusta conversar con sus subordinados y encuentra
tiempo para hacerlo. Los soldados Idael Reyes Pantoja y Jorge Valdés
Cedeño corroboraron que el joven oficial les informó sobre las
acciones a realizar durante el ejercicio Bastión, y lo hizo con
tanta pasión, que en el pelotón de despegue todos decidieron que no
podían fallar en las acciones a desarrollar.
Al mayor de la reserva Juan Sarmiento Chacón le estimula
acompañar a los jóvenes oficiales, porque cree firmemente que tienen
alta preparación militar y política, condición esencial para cumplir
cualquier misión por compleja que sea.
"Colaboro a gusto con los ingenieros, técnicos, jefes de baterías
y pelotones. Les transmito mis vivencias, que no fueron pocas.
Participé en más de 35 maniobras y en varios lanzamientos de
cohetes".
Después de este intercambio un avión apareció en el cielo. Los
cohetes lo habían seguido desde que fue localizado por los radares.
Era una aeronave nuestra simulando una incursión enemiga. De no ser
así, habría sido derribada.