Honduras

Solo la voluntad del pueblo puede lograr cambios

El candidato designado a vicepresidente por el Partido Libertad y Refundación, Juan Barahona, confía en la organización social de los hondureños para refundar el Estado

Sergio Alejandro Gómez

Restan menos de 48 horas para las históricas elecciones generales de este domingo en Honduras, que podrían poner fin a más de un siglo de dominio de los partidos políticos tradicionales y comenzar a sanar las heridas que se mantienen abiertas desde el golpe de Estado en el 2009 contra el presidente Manuel Zelaya.

FOTO: LAPRENSALibre, un partido fundado hace apenas dos años, ha logrado la movilización de millones de hondureños.

Juan Barahona, uno de los líderes sociales que protagonizó la resistencia en las calles contra la arremetida de la derecha, es hoy el designado a vicepresidente por el partido Libertad y Refundación (Libre), cuya candidata, Xiomara Castro de Zelaya, propone cambios profundos al sistema político y económico de su país.

Libre, que recoge a distintas fuerzas políticas progresistas y antifascistas, se ubica entre los primeros puestos de prácticamente todas las en-cuestas para disputarle la presidencia al candidato oficialista del Partido Nacional de Honduras, Juan Orlando Hernández. Un acontecimiento sin precedentes para una organización política fundada hace apenas dos años.

Barahona considera que el escenario en el que se decide el futuro de Honduras no ha cambiado mucho desde el 2009. "Las instituciones del Estado están dirigidas por el golpismo, la represión continúa, la violación de los derechos humanos continúa", declaró a Granma vía telefónica.

El también subcoordinador del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) aseguró que la derecha no tiene ninguna intención de entregar el poder y los actuales comicios se dan con sus reglas, leyes y árbitros.

"Aún así, con toda esa adversidad y situación política de represión y criminalidad, hemos avanzado. Tenemos una fuerza social que es el FNRP y una fuerza política que es el partido Libre".

Barahona apuntó que solo la voluntad del pueblo puede generar un cambio en Honduras, y ese respaldo popular es el que ha posibilitado el surgimiento de Libre.

Lograr ese objetivo no se avizora como una tarea sencilla. Además de conseguir la compleja unidad de diversas corrientes en una sola organización, Libre también debe enfrentar una oligarquía nacional que ya estuvo dispuesta a utilizar todos los métodos posibles para remover del poder a un presidente liberal, Manuel Zelaya, que había iniciado un prometedor proceso de transformaciones en beneficio de las clases populares.

Esos sectores no le perdonaron nunca a Zelaya, quien es dirigente del partido Libre y candidato a diputado, su adhesión a mecanismos de integración latinoamericana como el ALBA.

Pero Barahona confía en que hoy existen condiciones para dar continuidad a ese proyecto. "Una de las ventajas es la organización social del pueblo hondureño en el Frente y en el Partido. Esas dos instituciones tienen un gran respaldo en la población y eso nos permitiría hacer cambios con mucha fuerza y con mucho apoyo desde el poder".

Las modificaciones —refiere— comenzarían con la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente para avanzar en la refundación del Estado.

Pero la repercusión de una victoria no se limitaría al ámbito nacional. "Si nosotros ganamos las elecciones se fortalece la unidad centroamericana y latinoamericana, porque no podemos olvidar que Honduras ha sido geográfica y geopolíticamente de mucho interés para los Estados Unidos y eso, de una u otra manera, ha impedido que el país se inserte en la integración regional".

La decisión final la tomarán este domingo más de cinco millones de hondureños en capacidad de votar.

 

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