¿La razón? Una sesión de prácticas propia del mes de noviembre,
el más intenso de la etapa de preparación general, con gran volumen
de trabajo y ejercicios para elevar los indicadores de fuerza
máxima, específicamente repeticiones de triple con cada pierna y
decátuple (diez pasos desde el inicio de la carrera hasta el
tanque).
Poco más de seis meses lleva Quesada rectorando los pasos de las
triplistas Mabel Gay (30 años y 14.67 metros como mejor marca),
Josleidy Ribalta (23-14.61), Dailenys Alcántara (22-14.58) y Liuba
Zaldívar (20-14.20). Su divisa, aplicar un cambio de mentalidad,
sobre la base de la constancia y entrega diaria a los
entrenamientos, como en aquellos tiempos cuando él era deportista
activo.
Es cierto, sus cuatro pupilas materializaron los registros
cimeros bajo la tutela de Milán Matos (ya retirado), el mentor de
tantas conquistas, con quien precisamente Yoelbi dio sus primeros
pasos en el arte de diseñar planes, programar cargas e intentar
mantener la tradición de una modalidad que atesora entre las damas
dos oros y tres platas desde su debut en Campeonatos Mundiales en
1993. Sobre la preparación, el panorama competitivo inmediato y el
horizonte de aspiraciones, accedió Yoelbi a conversar con Granma:
—¿Cómo asimilaron tanto Yoelbi como las muchachas el cambio?
—Al principio fue un choque impactante, había confianza en el
plano personal, pero cierta incertidumbre sobre si mi metodología,
mentalidad y preparación se podrían traducir en resultados. Poco a
poco hemos ganado todos en seguridad, las muchachas fueron elevando
sus registros en cada control. La fórmula no ha sido otra que
trabajo sostenido.
—¿Cuáles son las virtudes de cada una de sus alumnas?
—Para todo saltador, ya sea de longitud o triple, la carrera de
impulso es fundamental. De ella depende la coordinación y el éxito
de los movimientos posteriores, amén de las virtudes de cada quien,
ya sea en la explosividad del despegue a la hora de atacar la tabla,
el brinco, paso, o tiempo de vuelo.
"Mabel es una atleta que te exige mucho a diario, necesita
transitar con constancia todo el año por su cronograma de
preparación para buscar resultados de nivel. Es la capitana del
equipo, la más experimentada y técnica de todas y tiene en el paso
su principal arma.
"Josleidy adquiere velocidad muy rápido, de ahí que necesite de
11 a 13 pasos para despegar. Su carrera constituye la esencia de sus
saltos. Tanto ella como Mabel, por su elevada estatura, necesitan
mayor número de repeticiones, más volumen de trabajo.
"Liuba y Alcántara son más explosivas, les entran con todo a la
tabla y despegan luego de haber ejecutado 15 pasos".
—¿Perspectivas inmediatas?
—Para la etapa general los parámetros del grupo son excelentes,
la mirada en este primer periodo está dirigida hacia el Mundial Bajo
Techo de Sopot, Polonia, entre el 7 y el 9 de marzo próximo. Las
cuatro tienen opciones, irán las dos de mejores resultados en las
confrontaciones que tendremos a partir del 31 de enero.
Espigada atleta de 1,87 metros y 70 kilogramos de peso, natural
del distrito José Martí en Santiago de Cuba, donde se inició bajo la
égida de Bárbara Ortiz (madre del campeón olímpico Anier García).
Esa es Mabel Gay, la menor de cinco hermanos y única deportista de
su familia. Disciplinada como pocas, y fuera de las pistas amante de
la música romántica, el hip hop, y los colores morado y
azul...
—¿Si tuvieras que definir el año 2013?
—El peor de mi carrera. Afrontamos muchos problemas con la
preparación, al punto de que ninguna de nosotras hizo marca A
(14.40) para ir al Mundial de Moscú. En definitiva, asistí con los
14.32 válidos como registro B. llevábamos 15 días de vacaciones
cuando me llamaron para decirme que iba al Mundial. Esa recta final
la hicimos solos. Sin embargo, el quinto puesto y los 14.45 logrados
allí fueron una grata sorpresa, mi mejor marca del año y la prueba
de los avances en el esfuerzo realizado con Yoelbi. Poco a poco
progresamos todas desde la Copa Cuba. En los controles previos salté
14.17, 14.22 y 14.32.
—¿Dos momentos?
—La plata de Berlín 2009 y el bronce de Estambul 2012, ambos me
produjeron mucha felicidad. La primera, por el hecho de acompañar a
Yargelis Savigne y patentar ese uno-dos inédito en el podio; la
segunda, por lo inesperado. Fue una competencia de registros bajos y
yo no había estado bien.