Y no se trata de concesiones que faciliten la lectura sino de un
modo de poetizar donde la pirotecnia verbal no encubre el hipotético
vacío que parece emanar de algunos libros de poemas que se amparan
en lo experimental para ocultar un no tener qué decir aun en la
esfera de esa propia experimentación que proclaman.
Laura Ruiz es una poeta de oficio pero también una autora que
tiene todo un mundo de reflexiones amargas y filosóficas que
transmitir a sus lectores.
Valiéndose de un título del martiniqueño Aimé Cesaire no apela a
la intertextualidad como pudiera esperarse sino que nos muestra otro
país, el suyo, a través de un verso límpido, poderoso y anclado en
la realidad.
Aun valiéndose muchas veces de la ironía, quizás como defensa
ante un entorno doloroso y pletórico de renuncias, la autora
consigue un difícil equilibrio entre lo que pudiera convertirse con
menos contención en sentimentalismo y que, sin embargo, en su caso,
se torna un acto de racionalización gracias a cierto distanciamiento
del sujeto que no excluye un comprometimiento profundo con la
palabra.
Esa palabra, utilizada como medio y no como fin, viene acompañada
de propósitos y mecanismos de comunicación que si bien no tienen
nada que ver con el conversacionalismo nos recuerdan ese tono
vallejiano que tomó lo mejor de dicha corriente como medio de
expresión predominante.
Resulta también sorprendente la unidad temática y estilística
sostenida a lo largo de las más de sesenta páginas de un volumen
donde no hay posibilidad de altibajos o pasos en falso de manera que
cualquier poema de los agrupados en el libro tiene la valiosa
calidad de lo sabiamente trabajado a partir de presupuestos
estéticos tan válidos como eficaces.
Como bien afirma el jurado que antes le otorgó el Premio Milanés
"los poemas de Otro retorno al país natal trascienden la
inmediatez de lo vivencial con la difícil sencillez de la poesía
auténtica, sin enmascaramientos, en versos que testimonian íntimos
desgarramientos, escritos desde la madurez humana y estilística".
Cabe destacar finalmente la cubanía esencial de estos poemas
donde los asuntos de actualidad son enfocados con una perspectiva
ausente de pintoresquismos baratos.
Buena labor la de este Jurado que entre tanta hojarasca supo ver
los valores de un cuaderno que, reafirmo, no tuvo que apelar al
efectismo para mostrar la novedad de un lenguaje que asimila
sabiamente la tradición y no renuncia por ello a cualquier
benefactora influencia.
Recomendamos al lector este otro retorno que es también el
regreso de una poética que no pasa, no puede pasar de moda.